Los cuestionamientos del gobierno del expresidente Iván Duque con respecto a la falta de austeridad durante su mandato no han sido pocos. El pasado 21 de julio, la Fundación para la Libertad de Prensa —FLIP— denunció que la Presidencia de la República gastó, entre 2018 y 2022, más de 46 mil millones de pesos solamente en pauta publicitaria, la cual sirvió también para “mejorar su imagen y crear una narrativa paralela”.
Sumado a eso, la periodista Valeria Santos advirtió en su columna de la Revista Cambio que no solo la Presidencia realizó un derroche de recursos; también el Ministerio de Defensa, que en el último año de gobierno Duque estuvo a cargo de Diego Molano, aumentó “de manera injustificada” los gastos antes de la posesión de Gustavo Petro como jefe de Estado. Incluso, indicó que los gastos del dinero público abarcaron el pago de posibles nóminas paralelas.
Los derroches denunciados, explica Santos, se habrían dado incluso desde que Carlos Holmes Trujillo estuvo al frente de la cartera de Defensa, indicando que entre noviembre de 2019 y enero de 2021 fueron suscritos 58 contratos por prestación de servicios; y desde enero de 2021 (año en que llegó Molano al Ministerio) hasta el 31 de diciembre esos contratos aumentaron un 281 por cierto, pues se adjudicaron 221 más.
De acuerdo con la cartera, el incremento desmedido de estos gastos obedece al cumplimiento al artículo 53 del Plan Nacional de Desarrollo 2018-2022 —Pacto por Colombia, pacto por la equidad— y a la Ley del Veterano (1979 de 2019), por medio de la cual “se reconoce, se rinde homenaje y se otorgan beneficios a los veteranos de la fuerza pública y se dictan otras disposiciones”.
Le puede interesar: La Primera Dama, Verónica Alcocer y el Canciller de Colombia Álvaro Leyva rinden homenaje a la Reina Isabel II
“(...) Lo cierto es que al revisar los cambios realizados en la planta de personal de la entidad y los objetos de la contratación directa, no parece haber correspondencia entre la justificación y el gasto”, afirma Santos. Pero el derroche no paró ahí: con Molano al frente, el ministerio creó siete nuevas direcciones, 17 nuevos grupos de trabajo, y fueron creados (o reemplazados) 164 cargos de planta sumados a los 729 que había en diciembre del año pasado.
Este repliegue es justificado bajo el decreto 1874 de diciembre de 2021 “Por el cual se modifica la estructura del Ministerio de Defensa Nacional, se crean nuevas dependencias, funciones y se dictan otras disposiciones”; los cambios más notorios se vieron en el Viceministerio para las Políticas de Seguridad y Defensa y el aumento de la contratación por prestación de servicios se dio en el despacho del ministro.
La columnista también puntualizó que tampoco hubo austeridad de Molano Aponte en el primer semestre de 2022, periodo en el que fueron suscritos cinco contratos por un valor que sobrepasa los 10 mil millones de pesos, y ante el derecho de petición que ella envió a la entidad, Edgar Andrés Fandiño, “alfil de Molano que aún permanece en el ministerio”, no le dirigió toda la información contable sobre el costo total de planta durante los primeros seis meses del año.
Ante esto, indicó que esa omisión de la información podría concordar con las denuncias hechas por el nuevo gobierno de posibles nóminas paralelas en diferentes instituciones durante el mandato de Iván Duque. Las comunicaciones de MinDefensa tampoco habrían conocido el significado de la austeridad en el primer semestre del año: en dicho periodo, la administración Molano firmó 25 contratos, y uno de ellos fue entregado a la empresa Alotrópico S.A. por 595 millones de pesos. Dicho contrato tiene vigencia hasta septiembre.
“Esta empresa, constituida en 2015 por dos amigas y subalternas de Molano en el ICBF, ya había sido beneficiadas por una contratación directa de más de 800 millones de pesos”, expuso Valeria Santos en su columna ‘Molano, el ministro derrochón’.
SEGUIR LEYENDO: