La llegada del covid-19 significó mucho más que una crisis sanitaria. La pandemia rebosó la paciencia de los ciudadanos y dejó en evidencia las desigualdades, violencias e injusticias vividas por décadas en Colombia.
Un grupo de organizaciones detallaron todo ese descontento social en el informe Una mirada al cambio: Revelando las desigualdades y la violencia en Colombia que el COVID profundizó. El documento tiene el propósito de mostrar las consecuencias de décadas de olvido sin perder “la esperanza de transformar” la realidad del país.
“Desde la irrupción del virus, los ricos son más ricos y los pobres son más pobres”, puntualiza el informe. Carlos Mejía, director ejecutivo de Oxfam Colombia, calificó esa situación como “perversa” e “inaceptable”, teniendo en cuenta que esa cantidad de dinero acumulada en unos pocos “servirían para garantizar vacuna global y evitaría que nadie caiga en la pobreza”.
Si bien esa problemática afectó al mundo entero, los efectos significaron un retroceso para el país. Así lo recalcó Minouche Shafik, directora del London School of Economics: “En Colombia se necesitarían hasta once generaciones para pasar un nivel de ingreso bajo a uno de un ingreso medio”.
Teniendo en cuenta cifras de Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane): “Mientras en 2019 el 36 % de los colombianos era pobre, para 2020 la suma alcanzó el 42,5 % de la población”. Para ese mismo año la tasa de desempleo subió al 10,8 % y se agudizaron los problemas laborales como los bajos salarios, la precarización y la falta de prestaciones de ley.
La crisis del covid-19 mostró ―de una manera más cruda― cómo ciertas zonas de Colombia son más afectadas por la desigualdad. Hubo personas que ni siquiera murieron por el virus, sino de hambre.
“Las cifras revelan un panorama que agudiza la pobreza multidimensional en zonas como la Amazonía, una de las más afectadas”, manifiesta el informe. Jhon Fredy Arango Trujillo, investigador indígena, expuso ante las organizaciones que en el pulmón del mundo no hay cobertura de agua potable y tampoco red eléctrica.
De acuerdo con el documento, es necesario transformar el modelo económico actual “que profundizó el patriarcado, la dominación blanca y los principios neoliberales”.
Mujeres en primera línea frente al covid-19
Una mirada al cambio tiene un capítulo dedicado a las mujeres durante la pandemia del covid-19. “Han estado en la primera línea de lucha ―explican las entidades que trabajaron en el documento―. Su papel como cuidadoras principales, de las redes familiares y familiares se encuentra representado en la base sociolaboral más baja”.
Las mujeres no solo sufrían con más rigor los efectos de la pandemia, sino que vivieron una carga incrementada de trabajo no remunerado, especialmente con todo lo que trajo el confinamiento. “En Colombia, tres de cada diez mujeres de 15 años y más no tienen un ingreso propio”, según ONU Mujeres, dejando a esta parte de la población con un retroceso de casi una década en términos laborales.
“El retorno de los hombres al hogar incrementó los casos de intolerancia, incomprensión y maltrato psicológico hacia las mujeres”, comentó Yalira Dominguez, habitante de Quibdó, Chocó. Esas estructuras patriarcales que son más evidentes en las zonas más desiguales del país como Amazonas, Vaupés, Córdoba, Guanía, Nariño, Chochó y La Guajira.
“La pandemia ha retrasado el camino hacia la paridad y las mujeres y niñas siguen siendo las más afectadas”, añadió Carlos Mejía en el documento.
Paz y derechos humanos durante la pandemia
Los efectos de la pandemia desembocaron ―también por otras razones― en el paro nacional que empezó el 28 de abril de 2021. Cuando existió la posibilidad de vivir con una reforma tributaria que haría aún más difícil la economía durante la pandemia, los colombianos expresaron su inconformidad y descontento en las calles.
“Aunque el paro sembró un mensaje de esperanza sobre el futuro y las transformaciones necesarias para el país, también dejó trágicos resultados”, indicó el informe. Seguido a ello presentó los datos de la Cinep, en los que asegura que hubo un total de 7.620 agresiones en el marco de la protesta social. “Entre ellas homicidios, heridos, violencias sexuales y basadas en género, agresiones a personas de derechos humanos y prensa, y detenciones arbitrarias e ilegales”, agrego.
En materia de derechos humanos, la Cinep especificó que se registraron 1.472 casos de violaciones a derechos humanos, siendo 1.102 de la Policía Nacional y 286 de grupos paramilitares. A pesar de que eso sucedió durante el estallido social, las situaciones siguen repitiéndose como un patrón.
“La defensa de los derechos humanos se convierte en una tarea de alto riesgo”, concluyó uno de los apartes del informe.
Cabe señalar que las organizaciones que hicieron parte de la elaboración del informe fueron: Oxfam Colombia, El Programa Colombia de Diakonia, el Instituto de Estudios Interculturales de la Universidad Javeriana de Cali y el Cinep / Programa Para la Paz.
Este es el informe completo de Una mirada hacia el cambio: Revelando las desigualdades y la violencia en Colombia que el COVID profundizó:
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