La disputa de varias bandas delincuenciales por el cordón sur de Bogotá, que contempla las rutas de narcotráfico y comercialización de estupefacientes, ha sembrado zozobra en los últimos meses en la capital del país.
La guerra entre las bandas trasnacionales de ‘Los Marachuchos’ y ‘El tren de Aragua’ a generado inseguridad por cuenta de los 23 cuerpos descuartizados y embolsados que han encontrado las autoridades por cuenta de esta disputa territorial.
El barrio Santa Fe, en la localidad de Los Mártires se ha convertido en el fortín de estas bandas delincuenciales, pues históricamente desde este punto en el centro de Bogotá se maneja el expendio de drogas, los prostíbulos, hurtos, sicariato y ‘casas de piqué'.
Cabe señalar que la Fiscalía General de la Nación ha puntualizado que en este sector de la ciudad quienes mueven los hilos de lo que pasa en el barrio Santa Fe son Leonardo Andrés Araújo, alias Leo, y Samuel Bilora, alias Lobo, quienes ejercían su poder a través de la intimidación y violencia desmedida, como es el homicidio.
Los que se resalta de esta incursión de bandas delincuenciales trasnacionales en este barrio es que los habitantes de la zona habían alertado de su presencia a las autoridades.
“Definitivamente, estamos encerrados. La situación se desbordó y la prostitución se salió de su zona de tolerancia. Todo está sitiado y en todo momento; ya no es solo en las noches. En las tardes o en cualquier hora tenemos temor de salir a la calle porque se encuentra uno con cosas que no quiere ver”, dijo uno de los habitantes de la zona a El Tiempo (ET).
El sentimiento de inseguridad es latente, muchos afirman que temen salir a las calles, ya que las rencillas entre bandas se dan a plena luz de día ante la mirada de todos los vecinos de la zona. Eso sí, hay quienes señalan a los inmigrantes venezolanos como colonizadores de las actividades delictivas y resaltan el homicidio como método de mostrar poderío antes las otras bandas locales.
“Los venezolanos llegaron y se tomaron las mafias que ya estaban establecidas aquí y eso ha matado una cantidad de gente que no se imaginan. Sin mentirle, por semana están matando entre dos y tres personas y es entre ellos mismos, incluso, con la Policía ahí. Pero es que es muy difícil porque aquí tienen amenazado a todo el mundo”, señaló un hombre a El Tiempo.
Los investigadores le dijeron al ET que los cabecillas de las organizaciones locales, al ver la violencia de las bandas trasnacionales, entregaron el negocio y se pusieron a disposición de trabajar con estas organizaciones delictivas extranjeras.
Y es que los investigadores afirman que la guerra entre estas dos bandas integradas en buena medida por venezolanos se remontan al 2019, un año antes de la pandemia por el coronavirus y el confinamiento estricto en toda la ciudad.
La prostitución, además de ser un negocio lucrativo para quienes controlan la actividad en el sector, también sirve como una ‘red de espionaje’ para saber qué es lo que pasa en las calles y los que sucede en otras bandas delincuenciales en la zona.
Las bandas extranjeras estarían pidiendo más de un millón de pesos a las trabajadoras sexuales hasta por pararse a ofrecer sus servicios en una esquina de este barrio; lo que concordaría con el asesinato de una mujer que se había negado a pagar esta especie de “vacuna”.
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