Hombres y mujeres trans son los principales afectados por condiciones laborales en Colombia, según estudio

El Observatorio Laboral de la Universidad del Rosario y la Alianza Economía Formal e Inclusiva (EFI) analizaron las condiciones laborales y salariales de varios grupos poblacionales del país

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Los investigadores establecieron que el
Los investigadores establecieron que el salario de los hombres cisgénero se encuentra cerca al establecido como referencia, mientras que por debajo están los ingresos percibidos tanto por hombres trans como mujeres cis y trans. Foto: Colprensa

El próximo 18 de septiembre se conmemora el Día Internacional de la Igualdad Salarial, una fecha establecida por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para conseguir la igualdad salarial por actividades del mismo valor, que son ejercidas por personas de distintos géneros y condiciones socioeconómicas en todo el mundo. A propósito de la fecha, fueron publicadas las conclusiones preliminares de un estudio sobre la brecha salarial en Colombia, el cual concluye que la población trans es la que más resiente una disparidad salarial con respecto a personas que ocupan los mismos cargos.

El análisis fue llevado a cabo por el Observatorio Laboral de la Universidad del Rosario y la Alianza Economía Formal e Inclusiva (EFI), a partir de los resultados de la Gran Encuesta Integrada de Hogares (GEIH) adelantada por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) en el primer semestre de 2022. Los colaboradores compararon factores como la satisfacción con el trabajo y el rango salarial de varios grupos poblacionales diferenciados, versus un salario medio de referencia.

Los investigadores establecieron que el salario de los hombres cisgénero se encuentra cerca al establecido como referencia, mientras que por debajo están los ingresos percibidos tanto por hombres trans como mujeres cis y trans. “Las carencias en materia de ajustes razonables impiden el disfrute del derecho del trabajo y la igualdad salarial prometido en la Constitución para grupos especialmente vulnerables”, mencionó al respecto Iván Daniel Jaramillo, uno de los investigadores involucrados.

Hay un fenómeno curioso en lo que respecta a las mujeres con hijos: aquellas que tienen a cargo niños menores de 12 años ganan un salario equivalente al 80 % del de referencia. Cuando los hijos superan esta edad y adquieren cierta independencia, las mujeres con hijos ganan salarios por encima del estándar: el porcentaje es del 106 %.

Las brechas salariales no solo son un asunto de género, sino de raza y origen: aquellas personas que se reconocen a sí mismas como indígenas, afrocolombianos, palenqueros o raizales tienen ingresos del 62,2 % con respecto al salario de referencia. Las personas extranjeras —principalmente venezolanas, dada la condición de país vecino— reciben un 81,7 % del sueldo que otro recibiría por las mismas actividades.

Las personas en condición de discapacidad también enfrentan la problemática de la brecha salarial en Colombia: sus ingresos son de un 76,4 % con respecto al grupo de referencia. “La estrategia de remoción de barreras físicas, actitudinales y comunicativas para el disfrute de derechos de personas con discapacidad parece no haber entrado con suficiente propiedad al sistema de relaciones laborales en Colombia”, agregó Jaramillo.

“En este caso, personas con discapacidad mantienen rezagos no sólo históricos sino actuales y potenciales en materia del margen de remuneración que reciben por actividades, tendencialmente en la informalidad, que dificultan las estrategias de intervención y de corrección de este tipo de funcionalidades”, dijo el investigador.

Analizando otras características del empleo como formalidad y satisfacción laboral, se observa que las mujeres superan al grupo de referencia en términos de formalidad, mientras que los hombres trans (68,9%) y las mujeres trans (33,6%) se encuentran en niveles inferiores. Sin embargo, las mujeres trans presentan el mayor nivel de satisfacción laboral.

Hay una brecha acentuada en la formalidad dado que los grupos con autorreconocimiento étnico, condición de discapacidad y estatus migratorio tienen un porcentaje de formalidad muy bajo en comparación con los grupos de referencia. Sin embargo, la satisfacción laboral de los tres grupos en promedio supera el 94%.

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