No es fácil explicar que en una ciudad, capital del país, cuya superficie mide 1.775 kilómetros cuadrados, el promedio de velocidad del tránsito vehicular sea de 25 kilómetros por hora; algo que notan todos los habitantes de Bogotá, día y noche, así sea fin de semana, el tráfico vive colapsado; trayectos que son de 20 minutos pasan a ser de una hora o más. A esto hay que sumarle que la gran urbe está atestada de obras, todos los días hay un nuevo cierre vial, una calle en reparcheo, adecuación del sistema de transporte masivo, entre muchas otras cosas, al punto que el popular trancón sea hasta de bicicletas. BBC Mundo realizó un análisis y determinó que Bogotá es la ciudad con el peor tráfico de América Latina.
Al igual que el medio internacional, varias firmas auditoras y expertas en movilidad han determinado que las condiciones de movilidad en Bogotá son de las peores, no solo de la región, del mundo. Por ejemplo: el índice de tráfico presentado por Tom Tom ubicó a la capital como la cuarta ciudad con peor congestión del mundo.
Se estima que en las denominadas horas pico, un recorrido de 30 minutos tiene un aumento promedio entre 21 y 22 minutos adicionales; quiere decir, al año los ciudadanos pierden 164 horas de su tiempo en los trancones, casi 7 días.
“Un nivel de congestión del 55 % significa que, en promedio, los tiempos de viaje fueron un 55 % más largos que durante las condiciones de referencia sin congestión. Esto significa que un viaje de 30 minutos conducido en condiciones de flujo libre tomará 17 minutos más cuando el nivel de congestión sea del 55 %”, destaca el informe de Tom Tom.
El otro punto de referencia de BBC fue el índice Inrix, que sitúa a Bogotá como la ciudad más congestionada de Colombia, y la octava del mundo, perdiendo anualmente unas 94 horas en congestión vehicular; promediando unos 16 kilómetros por hora de velocidad.
“Bogotá lleva varios años estando en los primeros puestos y todo indica que este 2022 va a volver a entrar en el top 5, porque las demoras han aumentado un 36% respecto a la primera mitad del año pasado”, destacó Bob Pishue, analista de Inrix en el análisis de BBC.
Pero, según el informe, el trancón de Bogotá tiene varios puntos a tener en cuenta, primero, la incontable cantidad de obras, que se supone, buscan mejorar la movilidad, pero, el desalentador panorama lo entregó la alcaldesa Claudia López, señalando que la ciudad tiene un atraso de unos 50 años, a nivel de infraestructura, y para ‘ponerse al día’, las construcciones tardarán unos 10 años.
No obstante, según el informe, no dista de lo que pasa en las grandes capitales a nivel mundial, de hecho, señalan que Bogotá es referente en lo que deben hacer los otros, considerándolo como “una suerte de laboratorio de innovación”.
El dilema con la movilidad es que las alternativas de transporte tampoco ofrecen las mejores condiciones, Transmilenio, una de ellas y quizás la más importante, es repudiada por dos tercios de la ciudadanía. Allí señalan que cuando expertos en el tema salen a dar su opinión o solución son presionados por los medios de comunicación, con el fin de señalar a algún funcionario como culpable:
“Los expertos suelen ser arrinconados en los medios para señalar a un exalcalde como “culpable”. Y cada tanto hay un “trancón”, como les dicen acá, que se convierte en meme en las redes sociales”.
No obstante, los principales ‘culpables’ son 3 aspectos: densidad, segregación y geografía; Bogotá es una de las ciudades en el mundo con mayor densidad por metro cuadrado, dato aportado por Urban Reform Institute; puesto 39, siendo esto un punto clave para los problemas de movilidad, pues hay una inadecuada distribución de la población en el espacio.
Hay dos formas de entender la densidad: por población y por ocupación (o laboral, tomándolo textualmente), en conjunto con el Grupo de Sostenibilidad de la Universidad de los Andes, BBC logró establecer que principalmente en la capital se reside en el occidente, sur y noroccidente, mientras que el centro y el oriente es el sector de empleos.
Por kilómetro cuadrado, en el occidente hay entre 30 mil y 45 mil empleos, mientras que en centro hay en 7.500 y 30 mil. Mientras que, para los lugares de asentamiento, resaltando localidades como Bosa, Kennedy y Suba por kilómetro cuadrado pueden vivir entre 35 mil y 60 mil personas.
Esto lleva a un tema de segregación y desigualdad, pues esos centros densamente poblados, usualmente, son los sectores populares y estos mismos son los que tienen que hacer los largos desplazamientos para llegar a sus lugares de trabajo, mostrando una inequidad en la distribución de los recursos, primando un sector en específico, que en el estudio señalan al norte de la capital, obligando a que las personas tengan que invertir más tiempo y dinero en estos trayectos.
El último punto del problema es el manejo político, tomando como ejemplo el Metro o el Plan de Ordenamiento Territorial:
“Parte de la razón por la cual Bogotá no tiene metro es que los políticos no se han puesto de acuerdo en 50 años sobre cómo hacerlo, y las demandas en un país leguleyo han terminado frenando los proyectos aprobados. Otro ejemplo es el Plan de Ordenamiento Territorial, una supuesta estrategia consensuada de largo plazo que, sin embargo, no se ha podido renovar desde 2004 debido a las demandas y trabas legislativas. (...) El resultado es que algunos bogotanos, muchos de ellos mujeres de servicio doméstico, pueden pasar hasta 5 horas al día yendo y viniendo del trabajo”.
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