Este fin de semana se celebra en Colombia el Día del Amor y la Amistad. Es una fecha especial para los enamorados y una gran oportunidad para que la economía nacional siga su camino de reactivación: restaurantes, discotecas, centros comerciales y moteles esperan a cientos de clientes dispuestos a agasajar a sus parejas. No obstante, la festividad no es alegre para todos. Además de los involuntariamente solteros, los operarios de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (EAAB) se enfrentan a su propio dolor de cabeza: preservativos en las tuberías que causan problemas para el tratamiento de aguas servidas.
Este mal comportamiento de los usuarios del alcantarillado hizo que la empresa emprendiera la campaña Que el amor no contamine, con la que quieren invitar a las personas que expresarán su amor o lujuria este fin de semana a hacer un acto adicional de amor por Bogotá: arrojar los condones a la caneca de la basura y no al sanitario.
Los preservativos están fabricados de látex, un material orgánico, de casi nula porosidad y a prueba de fricción, por lo cual son confiables para evitar embarazos e infecciones. Además, en caso de emergencias, pueden ser usados para acumular agua y hacer nudos de alta resistencia. Todas estas cualidades de los preservativos juegan en contra cuando el condón usado entra al sistema de alcantarillado, porque se quedan atorados dentro de las tuberías o en las plantas de tratamiento de agua.
Además de los condones, otros productos de fibras vegetales causan problemas similares, como los pañitos húmedos o los copitos de algodón, puesto que no se desintegran con el agua y también causan taponamientos.
Para probarlo, un grupo de operarios de la EAAB compartió con la ciudadanía lo que ellos encuentran cuando adelantan mantenimientos preventivos en las alcantarillas de la ciudad. Detectaron que los lugares donde más se contaminan los desagües con preservativos son el centro, la Avenida 1° de Mayo; el Siete de Agosto, Las Ferias, la Carrera 15 entre calles 72 y 100; y áreas aledañas a Kennedy Central y Bosa La Estación.
Cristina Arango, gerente del acueducto, anotó que “arrojar por la tubería preservativos o material higiénico, como copitos o pañitos húmedos, provoca taponamientos al mezclarse con otros desechos y eleva los riesgos de encharcamientos e inundaciones en la ciudad”. Además, estos residuos se juntan con los escombros y las grasas de cocina que algunos usuarios —especialmente en restaurantes— siguen tirando por los desagüe. Todo esto causa un gran impacto ambiental en los ríos, humedales y quebradas de la ciudad.
Además de ser el mes del amor y la amistad, septiembre marca el inicio de la segunda temporada de lluvias en la ciudad. Un taponamiento generalizado de las alcantarillas de la ciudad puede ocasionar desborde de aguas servidas, inundaciones y hasta deslizamientos. Por ello, personal de la EAAB está recorriendo el sector de moteles y residencias de Chapinero para enseñar a los usuarios a disponer correctamente los desechos del amor.
“Hemos implementado cuatro acciones de prevención y mitigación de la vulnerabilidad por lluvias: la construcción de nuevas redes para ampliar la capacidad de drenaje; las labores de mantenimiento preventivo y de puntos críticos; el fortalecimiento de la capacidad operativa con nuevos equipos; y acciones de pedagogía con los ciudadanos para el buen manejo de las basuras y desechos”, concluyó Arango.
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