En la parte sur del planeta se encuentra la Antártida, un lugar donde las temperaturas pueden llegar a 57 grados Celsius bajo cero; sin embargo, cerca de las costas de ese gran bloque de hielo hay una cadena de volcanes activos. Y sobre esa cadena de monstañas uno hizo erupción para convertirse en una isla que, ha sufrido erupciones en los últimos años y se tiene registro de los años 1967, 1969 y 1970; se trata de la isla Decepción, que aún es un volcán activo.
En 1948 científicos argentinos construyeron en ese apartado lugar del mundo una base para poder estudiar el comportamiento de la provincia volcánica, únicos en la parte sur del planeta. La isla Decepción es un volcán activo con varias erupciones registradas en los últimos 50 años y en donde los científicos decidieron retomar las investigaciones para identificar señales que permitan comprender su comportamiento.
A ese viaje pudo llegar Adriana Ariza Pardo, una joven geocientífica colombiana de 25 años egresada de la Universidad de los Andes. Su pasión por las rocas, por la Tierra y después por los volcanes la atraparon mientras iba entendiendo más el planeta.
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Adriana es una fiel creyente de que lo sueños se hacen realidad. “Siento que cuando uno busca y busca algo de alguna manera llega y lo encuentra. La perseverancia es fundamental para cumplir objetivos y sueños”, relata Adriana Ariza en entrevista con Infobae Colombia.
Según ella, “hay que disfrutar el viaje para llegar a esos sueños. por ejemplo está Diana Trujillo, una colombiana que se fue con detrás de su sueño por explorar el espacio y hoy es directora de vuelos de la NASA y tiene la responsabilidad de llevar hombres y mujeres a la Luna y Marte y ¿cuánto le costó a ella? yo creo que muchísimo esfuerzo. Casos como el de ella hay de varios colombianos”, dice Adriana con una sonrisa que parece imborrable.
Adriana tiene el objetivo de trabajar en ciencias planetarias, es un tatuaje que tiene en su cabeza y para lograrlo está estudiando, buscando estudios que la acerquen a lograr ese sueño, como un posgrado que la encamine hacia ese lugar soñado. Lleva alrededor de tres años buscando esa idea, como la idea que se le apareció en una conferencia dibujándole en su conciencia la posibilidad de ir a la Antártida.
¿Viajar a la Antártida para explorar un volcán activo?
Adriana estaba en un diplomado en Bogotá donde se enteró por algunos conferencistas que existe el Programa Antártico Colombiano, una convocatoria anual para ser parte de las Expediciones Colombianas a la Antártida. Para poder ir a ese lugar, tenía que presentar un proyecto, el cual lo hizo sobre unas rocas que se encuentran en el interior de los volcanes llamados xenolitos. Ese proyecto lo presentó en 2019, antes de que iniciara la pandemia.
Sin embargo, su proyecto no fue aprobado por temas de embarcación y pandemia. Una vez reanudaron la convocatoria, Adriana no sólo estaba trabajando en proyectos nuevos, sino que mejoró su propuesta para entrar de nuevo a la convocatoria de la VIII expedición colombiana a la Antártica par el año 2021.
Adriana recibió la noticia con mucha felicidad, pero no sabía muy bien lo que vendría en adelante. La aceptación en junio de 2021 fue el inicio del viaje, uno que comenzó con las reuniones virtuales sobre temas teóricos, donde aprendió sobre “la isla, la zona protegida por el Tratado de Madrid, porque son las zonas protegidos y todo esto no le enseñaron en la parte teórica; también hubo presentaciones de los proyectos anteriormente, entonces uno podía hacer preguntas” aclaró Adriana Ariza Pardo.
Después tuvo que llegar a Cartagena para prepararsecon el Curso Pre-Antártico, obligatorio para participar del Programa Antártico Colombiano (PAC). Las primeras reuniones eran de planificación para saber cómo iba a funcionar, “es un curso teórico como práctico, en el cual nos enseñaron sobre PAC, el Tratado de Madrid, las zonas protegidas, no específicamente la isla Decepción sino en general de las zonas protegidas de la Antárida que son muchas y también; la parte práctica de supervivencia en el mar, de primeros auxilios, sobre los barcos, las embarcaciones que tiene Colombia”.
Además por si la embarcación donde iba a ser trasportada a la isla se hundía o tenía algún problema; así como aprender todos los estatutos y tratados internacionales sobre la Antártida. En Cartagena, hubo un día en que estuvo flotando sobre las aguas, sin probar comida.
El proyecto tuvo que sustentarlo de nuevo al grupo técnico de Argentina estando en Cartagena, quienes lo aceptaron, ya que era el único que cumplía con las necesidades de la exploración de la isla Decepción. La primera parte del viaje ya estaba lista. Además le realizaron todas las pruebas médicas en un corto tiempo, de sangre, del corazón, del cerebro, radiografías, ecografías y tuvo que soportar 17 inyecciones que correspondían a vacunas que se necesitan para ir a esa parte del mundo.
Ahora el tema que la preocupaba era el dinero, “tuve apoyo de algunas instituciones como GMAS SAS, la Sociedad Colombiana de Geología (SCG), la Asociación Colombiana de Geólogos y Geofísico del petróleo (ACGGP) y la Asociación americana de Geólogos del Petróleo Región Latinoamérica (AAPG-LAC)”. Además para costear temas como los exámenes médicos, seguro de salud y tiquetes , recibió algunas donaciones de personas cercanas como familiares o amigos.
El viaje inició el 13 de enero rumbo a Buenos Aires, allí allí comenzó una cuarentena en Ezeiza en predios de la Fuerza Aerea Argentina el 6 de enero, inicialmente eran unas 50 científicos y militares, numero que se fue reducuendo por las pruebas covid desde el primer día.
El 25 de enero salió la lista con las personas que dieron negativo en la prueba COVID, dentro de ellos, Adriana, quien permaneció 20 días en aislamiento. Al otro día a las 3:00 a. m. un bus los esperaba para viajar a la base militar en Palomar donde tomaríamos un Hercules C-130 rumbo a nuestra escala en Río Gallegos. De Río Gallegos tomamos otro avión Hércules que los llevó a la base Anártica chilenaFrei en Isla Rey Jorge donde Chile tiene una pista aérea de aterrizaje y ahí los esperaba ARC Puerto Argentino que los llevaría a la isla volcánica.
Dos días en embarcaciones duraron los científicos, pues en este viaje Adriana iba junto con otros científicos argentinos, en total un grupo de cinco.
“La llegada nos impactó a quienes ibamos por primera vez, es mucho masgrande de lo que nos imaginábamos, es gigante y magestuoso verlo por primera vez. Mucho más impactante de lo que se ve en los mapas y fotografías”.
Impacto de los volcanes en la Tierra
Dentro del equipo estaba el líder, Mariano Agusto quien ya había ido varias veces desde que era muy joven. Él estudia la química, los fluidos y los gases de la isla, así que él tomó muestras de gases de las fumarolas y de los lagos que tienen fumarolas para saber toda la composición química que tiene; él iba con un estudiante de doctorado, Lucas Guerriero, quien viajará a la isla para realizarmonitoreo en los próximos años.
También estaba Pablo Forte, quien trabaja en cenizas volcánicas de un evento volcánico. Clara Lamberti, iba a realizar muestreo del gas del suelo con multigas, muestro de flujo CO2 difuso y de temperatura del suelo.
Adriana estaba trabajando sobre el estudio de las rocas y los sedimentos. Pero, específicamente los xenolitos mantélicos, que se forman en el límite de la corteza, que son rocas que están compuestas de un mineral que se cristaliza a temperaturas muy altas. Entonces, con esa información se puede saber a qué profundidad se encuentra la cámara magmática, información sobre la formación del volcán, a qué temperaturas de formación de los magmas que hoy se muestran como rocas en la superficie.
Los xenolitos arrastrados por el magma a través del conducto magmático son la única forma de obtener muestras del interior de la Tierra, “entonces lo que hace el magma es transportar trozos de roca, junto con gases y fluidos, al llegar a la superficie y realizar erupción, se le llama lava, este se solidifica en el superficie con estos xenolitos en su interior”, aclaró Adriana.
Adriana estuvo 45 días realizando las muestras, una vez las recopiló, se quedaron en la isla para que fueran trasladadas por un barco Argentino a Buenos Aires y posteriormente crear una logística para hacerlas llegar a Bogotá, Colombia. Mientras tanto, desde que llegó el pasado 28 de abril, se ha dedica a divulgar no sólo las exploraciones que se hicieron dentro de la isla, sino también, la posibilidad de que otros jóvenes colombianos puedan viajar a este tipo de escenarios que parecen imposibles. “La Antártica es un continente de todos y su visita debe ser con fines de exploración, investigación y protección” nos cuenta Adriana.
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