Ladrones están desvalijando a Bogotá: se han robado más de 20 mil elementos de mobiliario público

La ciudad ha tenido que invertir más de 22.000 millones de pesos para reponer los bienes públicos que han sido hurtados en el primer semestre del año

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Canecas en Bogotá
Canecas en Bogotá

Se ha convertido en una escena común para los usuarios del transporte público en la capital no encontrar las señales informativas sobre las rutas porque han sido arrancadas por ladrones del mobiliario público. Esta problemática se extiende a varios elementos de Bogotá cuya reposición ha terminado por afectar el bolsillo de los ciudadanos y la administración distrital.

El concejal Andrés Onzaga emitió la alerta al dar a conocer las cifras que ha dejado el hurto de contenedores de basura, tapas de alcantarilla, luminarias, cestas públicas y señalizaciones del SITP, durante el primer semestre de este 2022, así como los costos de reposición que han acarreado los operadores y el Distrito.

Durante la primera mitad del año, fueron hurtados 20.687

De acuerdo con la investigación del cabildante de Alianza Verde, los contenedores de basura son los más hurtados en lo corrido del año con cifras que alcanzan 7.644 elementos, principalmente en Engativá con 6.699, Suba (449) y Barrios Unidos (395). La reposición representa un costo de $6.072.843.388 y, aunque este costo no lo asumen directamente los ciudadanos, sino los operadores, sí incrementan el precio de los contratos futuros para los concesionarios.

Otro de los elementos con más número de hurtos son las tapas de alcantarilla que ha aumentado un 65 % en comparación con las cifras del 2021. En el primer trimestre del año se han hurtado 2.749 tapas en las diferentes localidades, Engativá (325), Kennedy (319), Suba (313), Usaquén (253); con un costo total para la ciudadanía de $2.218.464.992. Lo que preocupa de esta situación es que termina por provocar accidentes viales y perjudica la calidad de vida de los habitantes de la capital.

En tercer lugar se ubican las luminarias que al ser hurtadas dejan a oscuras zonas de la ciudad e inciden en la seguridad. Las cifras ya superaron con creces las del año pasado, mientras durante el año pasado se robaron 1.517, en el primer semestre de 2022 ya llega a 1.943. Además de ser fundamental para la protección ciudadana, es un elemento costoso por lo que es uno de los que más vale en cuanto a reposición.

“Esta cifra es realmente preocupante, pero si miramos los costos es aún más aterrador el contexto, ya que asciende a $3.486.878.656″, señaló el concejal Onzaga. Las localidades con mayor afectación son Kennedy (264), Suba (242), Puente Aranda (166), Barrios Unidos (163) y Ciudad Bolívar (145).

La reposición de cestas públicas ha costado $14.970.031.411 solo en el primer semestre del año por el hurto de 6.357 elementos, de las cuales, entre los tres tipos que se encuentran instalados en la ciudad, cada una tiene un costo de $1.899.993. Las localidades más perjudicadas son: Puente Aranda (2.795), Ciudad Bolívar (1.178), Kennedy (1.411), Tunjuelito (812) y los Mártires (552).

Otro de los elementos es el mobiliario del SITP, que ha terminado por afectar la organización del sistema y la información que necesitan las personas para transportarse en el sistema público. El total de piezas hurtadas ha sido de 1.994; y las localidades con mayor afectación son: Kennedy (342), Engativá (217), Bosa (211), Suba (173), Usaquén (171).

Los maletines viales que han sido utilizados para la organización del transporte vial en medio de las múltiples obras de la capital también es otro de los mobiliarios afectados. A la fecha se reportan 665 unidades que ascienden al valor de $232.750.000, siendo los meses con más impacto enero (333) y febrero (187). Respecto de las Localidad con mayor reporte se encuentran Engativá y Barrios unidos con 205, Suba 112 y Puente Aranda: 125.

“Al final este incremento de afectación al mobiliario público en la ciudad está generando un gasto público anual de mil y miles de millones que se podrían invertir en proyectos que ayuden a mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. El destino de este dinero debería ir para los programas sociales, las universidades públicas, para la protección y bienestar de nuestras poblaciones con discapacidad, pobreza total, víctimas del conflicto armado, madres cabeza de hogar o con algún tipo de vulnerabilidad, que viven en nuestra ciudad; y no en la reposición de un insumo que en su momento se instaló y que hoy en día brilla su ausencia afectando la calidad y seguridad de vida de los bogotanos”, sostuvo el concejal Onzaga.

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