Efraín ‘El Zipa’ Forero: así fue su triunfo en la primera Vuelta a Colombia en 1951

La leyenda del pedalismo colombiano falleció a los 92 años este lunes 12 de septiembre, aquí recordamos el día en que coronó la primera Vuelta a Colombia, una gesta que jamás se borrará de los libros de historia por su dureza y por la gallardía del deportista

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Efraín 'El Zipa' Forero, primer ganador de la Vuelta a Colombia. 

Foto: Colprensa
Efraín 'El Zipa' Forero, primer ganador de la Vuelta a Colombia. Foto: Colprensa

Efraín ‘El Zipa’ Forero falleció a los 92 años, dejando un gran legado como deportista en el ciclismo colombiano. La noticia se conoció en las horas de la noche del lunes 12 de septiembre, lo que ocasionó una gran cantidad de mensajes hacia la leyenda deportiva nacida en Zipaquirá en 1930.

Forero también logró ser múltiple campeón nacional, quedándose con las ediciones de 1950, 1953, 1954 y finalmente la de 1958. El cundinamarqués fue uno de los primeros escarabajos que se dieron a conocer en el exterior cuando ganó títulos en los Juegos Bolivarianos realizados en Caracas, Venezuela en el 51 y en los Centroamericanos y del Caribe en el 54.

Sin embargo, su obra maestra la completó en 1951 cuando logró hacerse a la primera edición de la durísima Vuelta a Colombia. Todo comenzó por la idea de hacer una gran competencia que pudiera abarcar varias regiones del país, aunque antes de esta, ya había algunas competencias de gran importancia, la osadía de recorrer nuevos lugares hicieron que empresas privadas sacaran de su bolsillo un monto económico para patrocinar alguna de las 10 etapas que se corrieron para dicha edición.

Marcas como Avianca, Bavaria, Ultra, El Club Deportivo los Millonarios, además de Lansa, Frota Gran Colombiana y finalmente el diario El Tiempo, el responsable de que se llevara a cabo, pusieron de su parte para que el 5 de enero del año ya mencionado, se diera el banderazo de inicio con poco más de 30 ciclistas.

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La Avenida Jiménez con carrera séptima, justo enfrente de la antigua sede de El Tiempo, sería testigo de la impresionante ola de aficionados que llegaron para alentar a los deportistas en esta aventura que emprendían, principalmente desde Bogotá hasta el municipio de Honda en el Tolima.

‘El Zipa’ había hecho reconocimiento de varios kilómetros del trayecto meses antes, previendo, junto a los organizadores del evento, la viabilidad del mismo, pero no por esto se pensaba que tuviera ventaja frente a sus rivales, pues el terreno fue el mismo para todos, aunque la suerte no.

La dureza sería una de las características de la competencia que empezaba a hacerse paso en la historia, entre el barro, ríos, quebradas y carreteras destapadas, algo normal para mediados del siglo XX.

Efraín logró hacerse a la victoria de la primera etapa en Honda, pero no sin antes haberse pinchado en seis ocasiones. Las complejidades de la vía le permitieron sacarle al segundo corredor más de 20 minutos de diferencia, por lo que siempre tuvo un margen importante para reparar su máquina.

Fresno, Tolima sería la llegada de la segunda jornada, la cual volvió a ver como ganador al ‘Zipa’, sin embargo, en la tercera etapa se encontraría con la mala suerte de sufrir una dura caída. La madre de Forero que hacía de asistente en carrera, lo encontró al lado de la carretera y le ayudó a montarse en su bicicleta para continuar pedaleando para alcanzar y sobre pasar a sus rivales para alzar los brazos, con su humanidad golpeada, en Manizales.

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En ese entonces la competencia no solo dependió de que los ciclistas se enlistaran y pudieran pedalear a lo largo de cada una de las jornadas, sino que también había que tener en cuenta los menesteres de la caravana que seguía al pequeño lote, pues el combustible escaseó en la capital caldense, lo que hizo pensar que la aventura había terminado allí, no obstante, el problema se solucionó a tiempo y el camino continuó hasta poder culminar la Vuelta a Colombia, la cual terminó pasando por el Valle, Eje Cafetero, Ibagué hasta retornar de nuevo a la capital colombiana, en donde la meta final se había instalado en el barrio Muzú.

Allí se consagró como el gran ídolo del ciclismo y el deporte nacional. Los espectadores lo esperaron para poder alzarlo en brazos y felicitarlo por la tremenda carrera que hizo y que resultaron siguiendo por la radio.

‘El Indomable Zipa’ sería apodado desde entonces y la Vuelta a Colombia sería el escenario en el que el desaparecido corredor daría su golpe sobre la mesa como leyenda. Q.E.P.D.

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