El anuncio del presidente Gustavo Petro sobre un necesario incremento en el precio del galón de gasolina corriente debido al déficit de 40 billones de pesos al año en el Fondo de Estabilización de Precios de Combustibles (Fepc) generó toda clase de reacciones a favor y en contra.
Por ejemplo, el exministro de Hacienda José Manuel Restrepo, exfuncionario del Gobierno de Iván Duque, advirtió a Petro que el Gobierno saliente pagó 14,2 billones de pesos del déficit antes de salir y se dejaron 28,5 billones presupuestados así como otras fuentes de pago.
A su vez, el senador Gustavo Bolívar respaldó lo dicho por Petro, e incluso, instó a que el precio del galón de gasolina corriente cueste entre 16.000 y 18.000 pesos.
Además, Bolívar lanzó una fuerte crítica al expresidente Duque. Escribió que subirle el precio a la gasolina es “la venganza de Duque”. Según el congresista, el exmandatario “dejó 83 billones de pesos de déficit fiscal, 34 billones de pesos de deuda al Fepc, 400 billones de pesos de deuda que vence entre 2022 y 2026 y ahora el uribismo capitaliza su pésimo manejo económico que llenó de ruina a Colombia”.
La advertencia del presidente de la ACP
A la discusión por el alza del precio del galón de gasolina se sumó el presidente de la Asociación Colombiana del Petróleo y Gas (ACP), Francisco Lloreda.
“Si no existiese el Fepc el valor de los galones de gasolina corriente y diésel en las estaciones de servicio sería el doble, es decir, que están subsidiados en casi un 50 %. Este subsidio beneficia a todos los consumidores sin diferenciar el nivel socioeconómico, excepto la gasolina extra”, advirtió el máximo líder del gremio petrolero y gasífero.
El dirigente explicó que ya se analizaron varias soluciones, entre ellas eliminar gradualmente el Fepc y crear una franja de precio volátil sin subsidio y a partir de un valor activarlo, cambiarlo por uno directo a los más pobres, a ciertos sectores o actividades o con el subsidio reducir el impuesto nacional.
Además, que un ingrediente adicional es la inflación. “No es tan claro qué hubiese ocurrido si el Gobierno anterior hubiera iniciado la eliminación del subsidio, como no lo es en este momento en que la inflación es de dos dígitos. El peor impuesto es la inflación, en especial para los más pobres”, agregó.
Según él, la disyuntiva del Gobierno nacional es continuar con el subsidio de los combustibles y utilizar recursos que podrían tener otro destino o adoptarlo como una política social, como han hecho otros gobiernos, independiente de si lo financia finalmente Ecopetrol o la nación.
“En la mayoría de países los combustibles no se subsidian. El incremento del precio del petróleo incrementó el precio de la gasolina en prácticamente todos los países. Colombia ha sido una excepción. Solo ahora, algunos países contemplan subsidios”, enfatizó.
Lloreda también recordó que el Fepc se creó en 2007 para reducir la volatilidad del precio, cuando el internacional está por encima o por debajo del nacional. Se pensó para ahorrar en las épocas de precios nacionales mayores y “desahorrar” cuando el nacional estuviese por debajo del internacional.
“Han sido pocos los años en los que se logró ahorrar. El grueso de tiempo el Fepc resultó deficitario. Le correspondió al Gobierno cubrirlo. Ecopetrol prestó los recursos del subsidio, pues es el que refina el crudo y lo produce combustible o lo importa”, destacó.
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