El pasado 11 de septiembre de 2022, el presidente Gustavo Petro advirtió que el precio del galón de la gasolina debe subir para evitar que el déficit del Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (FEPC) siga creciendo.
La invasión de Rusia a Ucrania fue una de las consecuencias que hizo que el fondo se desestabilizara y, también, como dijo Gustavo Petro “por falta de pago del gobierno anterior de 10 billones por trimestre. Es decir casi 40 billones anuales. Casi la mitad del déficit del presupuesto nacional.”
Por estas razones, el Gobierno tuvo que invertir en el fondo, es decir, hacer giros para que los precios de los fósiles no tuvieran un cambio durante el primer semestre de 2022.
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Pero esta vez, el mandatario confirmó que subirá el precio de la gasolina como respuesta al déficit en el presupuesto nacional que se habría originado por “un subsidio creciente a los consumidores de gasolina”.
Este anuncio abrió un fuerte debate en todos los sectores que ven como nefasta la noticia del mandatario porque habría un aumento en los precios de la canasta familiar y afectaría aún más la economía colombiana.
Quienes posiblemente se verán afectados son los narcotraficantes, ya que la gasolina es uno de los compuestos que más se utilizan en la elaboración de la pasta de coca.
Las cerca de 358.000 hectáreas de coca sembradas en el mundo -según la Oficina de Política Nacional para el Control de Drogas de la Casa Blanca- están distribuidas en tres países andinos: Colombia (65 %), Perú (24 %) y Bolivia (11 %).
Según un informe de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito de 2020, Colombia pasó de 1.058 toneladas métricas en 2017 de producción potencial de clorhidrato de cocaína (puro) a 1.228 tm en 2020, es decir, un aumento del 13 %. Sin embargo, el mismo documento informó que se ha incrementó en un 27 % frente a 2013.
Aunque Colombia disminuyó la densidad de los lotes de cultivo, pasando de 11.100 plantas por hectárea en 2005 a 9.500 plantas/ha en 2020, una reducción del 14 %; pasó a una mayor capacidad de obtención de hoja por hectárea: de 4,7 toneladas métricas por hectárea al año (tm/ha/año) en 2014 a 6,4 tm/ha/año en 2020.
Las regiones que más aportan al total nacional de producción potencial de base de cocaína en 2020 fueron: Pacífico 32 %, Catatumbo 25 %, Central 20 % y Putumayo-Caquetá 19 %.
Los datos anteriores muestran el panorama actual del proceso de la cocaína en el país y para que el mercado del narcotráfico funcione se necesita un elementos relevante para la elaboración y el transporte: la gasolina.
En 2019 cuando Néstor Humberto Martínez era el fiscal de la Nación, encontró que 33 gasolineras en el país tenían ventas de alrededor de 1.2 millones de galones al año en zonas donde la población es menor que en una ciudad como Bogotá, donde las cifras son de alrededor de un millón de galones al año.
Dentro de esa investigación el municipio de Riosucio, Chocó, reportó ventas al año por más de 1 millón 200 mil galones de combustible, a pesar de contar con 20 mil habitantes.
“Una manera de corrupción del sector privado es vender gasolina y cemento para el más grave problema que tiene Colombia que es el narcotráfico ya se con la gasolina se desarrollan procesos catalizadores para generar la base de coca (....) A estas estaciones de gasolina les vamos a llegar en el curso de esta semana y la siguiente”, dijo Martínez Neira.
Para Mauricio Reyes, profesor de la Universidad Nacional, experto en política y derecho, la gasolina no es un factor importante en la elaboración de la cocaína. “Lo que hace el narcotráfico es que genera más gasolina de contrabando, pero no va modificar el aumento del precio de la gasolina. El narcotráfico va estar igual con o sin gasolina. Ellos tienen la capacidad adquisitiva para conseguir la gasolina al precio que sea”.
El especialista informa que no va ver un impacto en el precio final de la venta de cocaína, ya que tienen todas las rutas para conseguir la gasolina y porque pueden corromper a las autoridades que sean necesarias para tenerla.
Un informe de la oficina de las Naciones Unidas, resalta, además, que por la venta de la hoja de coca, la pasta básica y la base de cocaína producida en finca los cultivadores recibieron alrededor de $2,66 billones, distribuidos así: $1,21 billones obtuvieron los que vendieron la hoja de coca, y que equivalen a 52 % del total de cultivadores; mientras que el otro 48 %, quienes son los que procesan la hoja en finca y la convierten en pasta básica de cocaína, recibieron $1,44 billones.
De acuerdo con Reyes “no creo que el aumento en el precio de la gasolina vaya a afectar porque las ganancias son superiores a la elaboración del producto”.
La demanda total de sustancias químicas para la producción de pasta básica y base de cocaína presentó un aumento del 12 % en 2020, pasando de 92.000 a 103.000 toneladas de sustancias sólidas y de 469 a 525 millones de litros de sustancias líquidas con respecto a 2019.
Se calcula que alrededor de 93.000 tm de cemento se utilizan en el procesamiento de la hoja de coca para la extracción del alcaloide, correspondiente al 90 % de la demanda de sustancias químicas sólidas.
Una de las sustancias esenciales para el proceso de refinación es el permanganato de potasio; la demanda de este insumo en 2020 se estima en 150 toneladas métricas. Por su parte, el 99 % de las sustancias líquidas asociadas a esta etapa corresponde a gasolina u otro tipo de hidrocarburos, del cual se necesitan 520 millones de litros, (el equivalente a 208 piscinas olímpicas) también empleados en el procesamiento de la hoja de coca, mientras que la demanda de ácido sulfúrico ascendió a 2,9 millones de litros (concentración al 10 %).
Para procesar las 330.501 tm de hoja de coca y convertirlas en 490 tm de base de cocaína se requiere emplear un potencial de 148 millones de litros de sustancias químicas líquidas y de 29 mil toneladas de sustancias químicas sólidas.
Se estima que para extraer y refinar el alcaloide, en la región se demandaron 831.525 litros de ácido sulfúrico diluido al 10 %; este nivel implicaría que si un litro de ácido sulfúrico puro es desviado de una empresa legalmente constituida, podría convertirse en cerca de 10 litros de ácido sulfúrico adecuado para realizar el proceso de extracción del alcaloide.
El gremio de combustibles confirma que por la frontera con Venezuela ingresan 20 mil barriles diarios de hidrocarburo y que este porcentaje de ingresos a causa del contrabando impacta hasta en un 15 % la venta de gasolina en el mercado local y hay una gran posibilidad de que este combustible sea utilizado para la producción de la pasta de coca.
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