Falsos empresarios de fútbol manejaban una red de prostitución en Colombia y España

De acuerdo con la investigación, los criminales ofrecían a jugadores jóvenes la oportunidad de triunfar en el futbol europeo y apenas llegaban al viejo continente, los obligaban a prostituirse

Guardar
FOTO DE ARCHIVO. Una policía
FOTO DE ARCHIVO. Una policía hace guardia en la isla canaria de La Palma, en La Laguna, España. 21 de septiembre de 2021. REUTERS/Borja Suárez

Un escándalo que relacionaría empresarios de fútbol con prostitución habría estallado primero en España y habría llegado a manos de las autoridades colombianas debido a que estarían relacionados en la red tres connacionales.

Como lo informó la W Radio, la Fiscalía General de la Nación, estaría investigando a cuatro personas, tres colombianos y un español, señalados de conformar una red trasnacional de trata de personas a través de clubes deportivos de fútbol utilizados como fachada, entre esos estarían: Club Deportivo Quilmes, Club Deportivo Arsenal Bogotá y la Fundación para la Promoción Social y el Desarrollo del Deporte y la Recreación.

De acuerdo con la emisora colombiana, los acusados que fueron identificados como Guillermo Enrique Erazo Melo, Elvis Rojas Ariza, Carlos Arturo Suárez Hernández y Juan Luis Mora, este último ciudadano español, tendrían que afrontar cargos por trata de personas, abuso sexual, proxenetismo con menor de edad, constreñimiento a la prostitución, explotación sexual, concierto para delinquir y comercio de persona menor de 18 años.

De acuerdo con datos dentro de la investigación, la red habría caído en el 2020. De acuerdo con información de ese entonces, la red no solo funcionaba en Colombia y España, sino que se habría extendido por otros países de América Latina.

Las versiones iniciales indicaron que los criminales se hacían pasar por reclutadores deportivos y les prometían a jóvenes llevarlos a grandes ligas del futbol europeo. Sin embargo, cuando los deportistas arriban a España asesorados por un supuesto entrenador (mencionado como J. en los informes y que finalmente fue identificado como Juan Luis Mora) todo cambiaba.

Al inicio la red les ofrecían alojamiento y los medios para probarse en clubes de la zona. Sin embargo, según aseguró la Guardia Civil, el desenlace de esta terrorífica película era completamente distinto: eran incitados a prostituirse.

Pero los hechos no acababan ahí, pues cuando había un pago por estos hechos, los líderes del clan delictivo se aseguraban de quedarse con el dinero y amenazaban a los jóvenes con contarle a sus familias en Sudamérica con el fin de intimidarlos y hacerlos callar, para que sus seres queridos no descubrieran que habían viajado pensando que tendrían la chance de convertirse en estrellas del fútbol mundial y habrían terminado engañados por una red de trata y prostitución.

“Los jóvenes entrenaban en la azotea. Pasaban y se les veía la tristeza en la cara”, relató un vecino de la casa donde los tenían reclutados al medio La Voz Digital, apenas se descubrió la red. “Llevaban las botas de fútbol y eran amables y educados”, definió otro de las personas que vivía en la cercanía. Ninguno quiso acompañar su testimonio con su nombre por el medio a lo acontecido, aunque aseguran que uno de los jóvenes llegó incluso a trabajar temporalmente en un bar de la zona.

No es el primer caso de este tipo que relaciona a los dos países. En el mes de agosto, según comentaron las autoridades, se inició la investigación que dio como resultado la caída de una peligrosa red de explotación sexual que funcionaba en España y que tenía como víctimas a mujeres colombianas.

Según expusieron las fuerzas de seguridad de ese país europeo, las suramericanas eran obligadas a prostituirse en casas ubicadas en Tarragona luego de ser llevadas a ese territorio bajo engaños. A ellas se les prometía mejores oportunidades de trabajo, sin embargo, eran retenidas en contra de su voluntad. Del operativo resultaron capturados dos hombres y una mujer.

Los uniformados de la Policía española lograron desmantelar ese entramado criminal luego de intervenir dos viviendas. En esos espacios fueron decomisados seis teléfonos celulares, un computador, el pasaporte de una de las víctimas y otros documentos, y 2.130 euros. Las alertas de la existencia de este grupo delictivo llegaron a las autoridades internacionales luego de que se recibiera una llamada al servicio nacional de detección de víctimas de trata en la que se advirtiera que había mujeres que estaban siendo obligadas a ejercer actos sexuales en contra de su voluntad en aquella zona del país.

SEGUIR LEYENDO

Guardar