Así opera la temible columna Dagoberto Ramos, presuntos responsables del asesinato de siete policías en Huila

En los últimos seis años los miembros de este grupo disidente de las Farc han sido responsables de innumerables ataques a la fuerza pública y a civiles

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Disidencias de las FARC patrullaron
Disidencias de las FARC patrullaron la vereda Santo Domingo, en zona rural del municipio de Tame, Arauca. Foto: Archivo

El occidente del país todos los días batalla contra un enemigo interno: la Columna Móvil Dagoberto Ramos, integrada por disidentes de las extintas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc). Desde que la guerrilla firmó el Acuerdo de Paz en 2016, quienes no se acogieron al documento decidieron formar sus grupos alternos y así se consolidó este frente.

Si bien las Farc se terminó -al menos con ese nombre- y los criminales salieron de esa organización, la ideología de ese grupo sigue en la mente de los disidentes. En los últimos seis años los miembros de la Dagoberto Ramos han sido responsable de innumerables ataques a la fuerza pública y a civiles en las que se implementan estrategias de la extinta guerrilla.

“La estrategia de la Columna Móvil Dagoberto Ramos evoca las viejas prácticas de las FARC en el Cauca, sin embargo, esto no es sorprendente. El grupo está compuesto por antiguos miembros del Frente 6, la Columna Móvil Gabriel Galvis y la Columna Móvil Jacobo Arenas que operaban en el norte del Cauca y que desertaron del proceso de paz”, afirma el centro de investigación Insight Crime.

Actualmente, la Dagoberto Ramos opera principalmente en el Cauca, en los municipios de Caloto, Corinto, Santander de Quilichao, Toribío, Miranda, Páez, Jambaló e Inzá. Además, tiene células en los departamentos de Tolima y Huila. Justo en este último se reportó el más reciente crimen atribuido a esta columna.

El pasado 2 de septiembre siete agentes de la Policía Nacional fueron asesinados en la vereda de Corozal, corregimiento de San Luis, adscrito al municipio de Neiva. Según han reportado las autoridades, el ataque se habría generado con explosivos para luego ultimar a los uniformados con ráfagas de fusil.

Las autoridades están esclareciendo el caso, pero información entregada por el presidente Gustavo Petro da cuenta de que la Columna Dagoberto Ramos sería la responsable.

“Es este tipo de disidencias, son las que tienen que responder por estos hechos. Se habla de la Dagoberto Ramos, instalada más en el Cauca, o de Ismael Ruiz, que es el nombre que le dan a una organización de las Farc, también cercana a este territorio”, dijo.

En el pasado la Dagoberto Ramos también habría operado de forma similar para atentar contra policías. Se resalta el asesinato de dos uniformados en Santander de Quilichao, perpetrado en octubre del año pasado.

En cuanto a los ataques a civiles, hay que recordar el asesinato de la candidata a la Alcaldía de Suárez, Karina García, y otras cinco personas, entre ellas, su madre y una candidata al Concejo de ese mismo municipio. También la ola de masacres reportada en Cauca en 2019.

¿Quién ordenó los crímenes? La respuesta puede cambiar, y en algunos casos es incierta. Actualmente, la columna no tiene una línea de mando clara. Lo único seguro es que todos los militantes del grupo le apuntan a hacer lo que sea por proteger el negocio de narcotráfico que han construido.

No es fortuito que la Columna Dagoberto Ramos opere en Cauca, allí es donde tienen los cultivos ilícitos; tampoco es casual que tengan presencia en Huila y Tolima, dos departamentos estratégicos.

“Santander de Quilichao, por su cercanía con los municipios de Miranda, Caloto y Toribío, que conforman el Triángulo de Oro de la marihuana en el Cauca, es parte de la ruta de salida de los cargamentos que van hacia el suroccidente del país. También hacen presencia en Huila y Tolima, dos departamentos estratégicos para conectar el pacífico caucano con el centro y sur del país”, explica Insight Crime.

Así, con su accionar terrorista y su negocio ilícito, la Columna Dagoberto Ramos se ha consolidado como una de las más temidas en el occidente del país. Una célula disidente de cuidado que pasó de unas dos docenas de hombres armados a más de 1.000 integrantes en sus filas.

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