Este sábado 3 de septiembre, desde Armenia, el excomandante de las extintas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Rodrigo Londoño, envió un mensaje a través de una carta a quienes se separaron de los acuerdos de paz y retomaron las armas, para que acepten someterse a la nueva oportunidad de diálogo que ha extendido el presidente de la República, Gustavo Petro. Esto, luego de que las dos disidencias que operan en el Huila estén en la mira por el atentado que acabó con la vida de siete policías.
El líder natural del partido Comunes, que fue resultado de las negociaciones de La Habana, recordó que “han sido muchas las pérdidas humanas que el pueblo colombiano ha padecido a causa de la violencia política y de la injusticia social” y que todas las familias del país, desde las más acomodadas hasta las más humildes, han resentido el desarrollo del conflicto armado.
Londoño, quien era conocido con el alias de Timoleón Jiménez o Timochenko, confesó que los guerrilleros negociadores buscaban detener la barbarie de la guerra a través de la negociación. “Soñábamos con lograr por vías pacíficas las transformaciones profundas que requiere el país y tramitar las diferencias políticas por medios democráticos”, recordó.
“Sueño que abrazábamos desde el surgimiento mismo de las FARC-EP, como quedó consignado el 20 de julio de 1964 en el programa agrario de los heroicos marquetalianos. A ese sueño las FARC-EP jamás renunciaron. Bajo las orientaciones de los camaradas Manuel Marulanda y Jacobo Arenas, la paz con justicia social para Colombia se convirtió en el gran objetivo político. Así acudimos a los diálogos de La Uribe en 1985, a los de Caracas y Tlaxcala en 1992, al Caguán en 1998, y finalmente a La Habana en 2012″, anotó el exguerrillero.
Timochenko recordó que el acuerdo final de 2016 trajo consigo la confrontación política, “porque los opositores de las causas sociales, justas y altruistas han sido siempre enemigos poderosos de la solución negociada y de la terminación de la guerra. Las recientes revelaciones sobre los entrampamientos a quienes han luchado por la paz, así como los asesinatos de firmantes y otros incumplimientos de lo acordado dan cuenta de ello”.
En este punto, hizo una declaración sobre el valor de las vidas perdidas, tanto las de firmantes como las de quienes entraron a las disidencias: “jamás debieron haber sucedido. Todas las vidas son valiosas y no hay justificación valedera para la persistencia de la violencia”. Al considerar que las muertes deben parar y el futuro de Colombia debe ser pacífico y próspero, Timochenko ofreció su experiencia y compromiso para que quienes siguen en el conflicto puedan llegar a acuerdos.
“Quienes retornaron las armas tienen una segunda oportunidad sobre la tierra para abandonar definitivamente la violencia y contribuir a la construcción de la paz soñada. Así lo ha manifestado en reiteradas ocasiones el gobierno del presidente Gustavo Petro, atendiendo el anhelo popular de construir en Colombia una paz total. El momento histórico por el que atraviesa el país demanda su retorno a los senderos de la negociación, para allí reencontrarnos como compatriotas y avanzar, con decisión y a paso firme, hacia la reconciliación nacional”, concluyó.
Cabe recordar que, tras visitar el corregimiento de San Luis, donde ocurrieron los hechos, Petro dijo que “es altísimamente probable que integrantes que hoy llaman disidentes hayan sido responsables de este atentado. Y en esa medida es este tipo de disidencias las que tienen que responder por estos hechos. Se habla de Dagoberto Ramoso, de Ismael Ruíz”. A esa conclusión llegó porque el sector siempre ha sido zona de influencia de la guerrilla extinta.
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