Reforma tributaría acabaría con tres grandes beneficios de la Ley del Libro y aumentaría su valor

Infobae Colombia habló con el director de la Cámara Colombiana del Libro para conocer qué acciones se han adelantado, ante el Gobierno nacional, para que la industria no se vea afectada y siga creciendo

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Las preocupación de Aristizábal se centran en dos artículos del texto de la reforma, que actualmente se discute en las comisiones económicas del Congreso, el artículo 9 y el 69, que, juntos, acabarían con tres grandes incentivos tributarios que goza la industria editorial gracias a la Ley del Libro. Foto: Colprensa.
Las preocupación de Aristizábal se centran en dos artículos del texto de la reforma, que actualmente se discute en las comisiones económicas del Congreso, el artículo 9 y el 69, que, juntos, acabarían con tres grandes incentivos tributarios que goza la industria editorial gracias a la Ley del Libro. Foto: Colprensa.

Desde la Cámara Colombiana del Libro, su director, Emiro Aristizábal ha estado ventilando cómo el texto de la reforma tributaria, tal como fue radicado en el congreso el pasado 8 de agosto, impactaría negativamente en la industria editorial colombiana.

Las preocupaciones de Aristizábal se centran en dos artículos del texto de la reforma, que actualmente se discute en las comisiones económicas del Congreso, el artículo 9 y el 69, que, juntos, acabarían con tres grandes incentivos tributarios que goza la industria editorial gracias a la Ley del Libro (Ley 98 de 1993).

El artículo 9 de la reforma modifica el artículo 240 del Estatuto Tributario, al crear una tarifa general del impuesto de renta del 35 %, anulando, así, el parágrafo cuarto del mismo artículo que contempla, actualmente, una tarifa especial del 9 % para las personas jurídicas “cuya actividad económica y objeto social sea exclusivamente la edición de libros, revistas, folletos o coleccionables seriados de carácter científico o cultural, en los términos de la Ley 98 de 1993″.

Mientras que el artículo 69 de la reforma que deroga, entre otros muchos artículos de varias leyes, los artículos 28 y 30 de la Ley del Libro (98 de 1993), que protegen y eximen de pago de impuesto de renta a los ingresos de los autores y traductores por concepto de derechos de autor (art. 28); y deducen de la renta bruta las inversiones que se hagan para la ampliación o apertura de nuevas librerías, hasta en un quinientos salarios mínimos legales vigentes y sin que estas deducciones cubran el 100 % del impuesto de renta y sus complementarios.

Estas son las preocupaciones del director de la Cámara Colombiana del Libro, que piensa que estas modificaciones a la Ley del libro, no solo afectarían a la industria editorial, en toda la cadena del libro, perjudicando a los autores, traductores, editores, editoriales, librerías y finalmente, al mismo público lector; sino que no representarían ningún recaudo importante para las arcas estatales, al no ser, la industria editorial, una amplia generadora de ingresos.

Aristizábal, además, reitera que, la ley, en sus casi 30 años de existencia a ‘sobrevivido’ a 19 reformas tributarias que nunca la han tocado. Ponderando, además, que la ley fue tan bien diseñada que, para el momento de su expedición, en 1993, ya contemplaba el papel que jugaría, en la industria, el libro electrónico.

Infobae Colombia habló con Aristizábal para conocer qué acciones se han adelantado, ante el Gobierno nacional, desde la Cámara Colombiana del Libro, para que la industria no se vea afectada y siga creciendo.

¿Ha habido algún tipo de acercamiento con el Ministerio de Hacienda para resolver las preocupaciones que desde la Cámara Colombiana del Libro han encontrado en el texto de la reforma tributaria y que se han ventilado en los últimos días?

Hemos tenido varios contactos. Yo he tenido una conversación con la ministra de Cultura Patricia Ariza y le informé de esto. También hemos tenido comunicaciones con el Ministerio de Hacienda no directos, pero le hemos escrito al ministro, y por supuesto estamos teniendo reuniones con senadores y representantes sobre todo de las comisiones terceras que son las que hacen el estudio inicial de la reforma.

La Ley del Libro ha sido el eje fundamental del desarrollo de la industria editorial colombiana y, desde que se expidió el año 93 ha habido 19 reformas tributarias, y ninguna reforma la toca y ahora con esta, se trata ya de hacer estos cambios que afectan mucho. Yo creo que son más los perjuicios que los ingresos que obtendría el gobierno.

En los diálogos con la ministra de Cultura, ¿qué respuesta ha dado ella a estas preocupaciones?

Yo tuve una reunión con ella y le manifesté, pues, nuestra preocupación. A pesar de que yo creo que a lo mejor ya sabía de estos problemas con la reforma, no me comentó nada, pero tomó nota. Incluso me pidió, por favor, que le enviara un documento. Le envié un documento en el que explicaba estos tres cambios de los cuales estamos hablando.

Luego me volvía a encontrar con ella, en el acto en el Palacio de San Carlos en el que se anunció que México será el invitado de la Feria del Libro de Bogotá del otro año. Allí volví a hablar con la ministra, y ella me dijo, que había recibido los documentos y que ya estaba al tanto. Eso fue lo que me comentó, pero más allá de esto ya no me he dicho nada más. Simplemente, le dije, ministra, eso es demasiado importante no para el libro sino para la cultura y bueno, estamos esperando sus buenos oficios ante el Ministro de Hacienda.

¿Esos han sido los únicos acercamientos que han tenido con el Gobierno nacional?

Directamente con el gobierno, no. Hemos tenido reuniones con senadores y representantes, porque, la reforma ya la están estudiando, y les hemos manifestado nuestra preocupación.

El libro tiene una ventaja y es que es el libro tiene amigos en todas partes, entonces a los senadores y representantes les ha preocupado. Hemos hablado con senadores del gobierno, de la oposición. La intensión es hablar con todos los partidos y manifestarles nuestra preocupación y, sobre todo, manifestarles que la industria editorial tampoco es una gran industria de utilidades y con grandes aportes a una reforma tributaria. Consideramos son más los perjuicios que le causaría al mismo gobierno en su política cultural, que los ingresos que recibiría.

Entendemos que el gobierno está tratando de recoger nuevos ingresos para todos los gastos sociales y todo lo que tiene previsto, pero consideramos que es más el perjuicio que puede causar a toda la cadena del libro, porque está afectando desde el autor a hasta el editor. Coge a los autores, a los editores, a las editoriales y a las librerías.

¿Hay ánimo en los congresistas para cambiar esos artículos que están en la reforma?

Con los que hemos hablado todos han manifestado su preocupación y su ánimo de que, ya en la discusión, se introduzcan cambios. Ahora, no te puedo decir que hemos hablado con la mitad del Congreso de la República, pero a los que manifestado nuestra preocupación y les hemos explicado, también están preocupados, pues, dicen que al libro y a la lectura hay que protegerlos, y se han manifestado de acuerdo en que estos artículos salgan de la reforma tributaria.

¿Qué dicen desde el ministerio?

En Infobae Colombia se buscó respuesta a estas preocupaciones ante el Ministerio de Hacienda, sin embargo, desde la cartera financiera colombiana dijeron que, por lo pronto, no habría una comunicación oficial, pues, se está esperando a que, desde las comisiones económicas del congreso, se produzca la ponencia sobre la reforma tributaria.

Mientras se espera la respuesta del Ministerio de Hacienda, acá se enuncian los demás artículos que deroga el artículo 69 de la reforma tributaria y que también afectarían al sector cultural colombiano.

El artículo 16 de la Ley 814 de 2003, que contempla beneficios tributarios por la donación o inversión en producciones cinematográficas en el país.

“Tendrán derecho a deducir de su renta por el periodo gravable en que se realice la inversión o donación e independientemente de su actividad productora de renta, el ciento sesenta y cinco por ciento (165%) del valor real invertido o donado”.

Lo que redundaría en que la producción audiovisual se reduzca de forma significativa y perjudicará a todo el gremio que depende de esto.

Mientras que, al derogar el artículo de la 9 de Ley 1556 de 2012, que crea incentivos para que productores nacionales e internacionales usen el país como escenario y eso crea trabajo, además, permite que los interesados tengan una reducción del 40 % del impuesto tributario, se perjudica la mano de obra y las posibilidades de visibilización del país y sus artistas.

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