En medio de los problemas de inseguridad causados por las disputas territoriales en Buenaventura, el municipio portuario más importante del Pacífico colombiano, la vida se abrió paso de forma inesperada: el paso de un ejemplar de jaguar fue captado por las cámaras de seguridad de un hotel, en una zona turística del distrito vallecaucano.
Las imágenes del felino se grabaron durante la noche del pasado martes 30 de agosto, pero se hicieron virales al día siguiente. Según las autoridades ambientales, se trata de un jaguar hembra que recorría, sin compañía, los alrededores de unas cabañas turísticas del sector de Piangüita. Esta es una playa concurrida de Buenaventura donde se puede hacer avistamiento de ballenas en temporadas apropiadas.
El director de la regional Pacífico Oeste de la Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca (CVC), Marco Antonio Suárez Gutiérrez, mencionó que en los últimos meses han instalado cámaras trampa en varios puntos del puerto, desde Magüipi hasta Piangüita, para seguirle la pista a este tipo de felinos y a otras especies de animales autóctonos. “Asimismo, no hemos parado de realizar acciones de educación ambiental que eviten el conflicto felino-humano. Por ahora, lo que vamos a hacer específicamente ante esta aparición son acciones disuasivas para espantar a cualquier individuo de jaguar”.
Algunos pobladores del puerto han acusado a los jaguares de robarse y comerse los perros domésticos que encuentran a su paso, por lo cual ha crecido el miedo a que supuestamente ataquen a los habitantes o turistas del puerto. Afirman que este sector “no es hábitat de tigres, ni de leones, ni de jaguares, ni de cocodrilos”, y que nunca en su vida habían visto a felinos de ese porte en su ciudad.
No obstante, la CVC ha señalado que estos animales se alimentan de pequeños mamíferos roedores, como el guatín y el armadillo, que en teoría son endémicos. No obstante, las personas los cazan y ahuyentan de los sitios que empiezan a habitar. Al no encontrar sus presas habituales, los jaguares se acercan a las instalaciones humanas para encontrarlas.
Por ello, el funcionario pidió que no se satanice la presencia de los jaguares en el sector, ya que “detalla que las condiciones naturales de la zona son buenas y que este felino tiene una importante población que no debe ser atacada”.
Además, Sánchez recordó que el jaguar “no es un animal agresivo ante la presencia del ser humano, al contrario, lo evita, pero se deben tomar unas medidas inmediatas para evitar un encuentro nefasto”. Si bien los jaguares no atacan a las personas, sí se defenderán en caso de sentirse intimidados. Entonces, en caso de ver un ejemplar, lo ideal es llamar a las autoridades ambientales y no interactuar con él, ni para ahuyentarlo ni para agredirlo.
Los ejemplares de panthera onca son los felinos más grandes de América, y los terceros más grandes después del tigre y el león. Recorren el país de norte a sur y en su camino contribuyen a controlar la población de las especies que hacen parte de su cadena alimenticia. De acuerdo con el portal ambiental Mongabay, quedan unos 163.098 jaguares en el mundo, de los cuales Colombia alberga unos 16.598, lo que lo convierte en el tercer país hogar de esta especie, después de Brasil y Perú. Están en la lista roja de especies amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
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