¿Perfilamiento? Robaron computador de periodista de la revista Cambio

El medio de comunicación señaló que quien robó el equipo no se llevó ningún otro objeto de valor, incluidos los costosos audífonos que la comunicadora tenía conectados

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Vista de un hacker trabajando
Vista de un hacker trabajando en un computador, en una fotografía de archivo. EFE/Sascha Steinbah

El equipo periodístico de la revista colombiana Cambio denunció este 31 de agosto que fue víctima del hurto de uno de sus equipos, el cual contenía información de varias investigaciones adelantadas. Dadas las características del hecho, no descarta que esté siendo perfilado o saboteado dentro del ejercicio de su trabajo periodístico.

El hurto tuvo lugar este martes 30 de agosto en las oficinas de la revista, ubicadas en la localidad de Chapinero, en el norte de Bogotá. Allí, según lo denunciado por el medio de comunicación, un hombre ingresó y se llevó el computador de la literata y periodista María Fernanda Fitzgerald. Ella misma mencionó desde su cuenta de Twitter que su equipo de trabajo “tenía archivos de múltiples investigaciones sumamente delicadas, alrededor de vulneraciones a los derechos humanos”.

Aunque —por desgracia— robos de equipos ocurren todos los días en el país, con el fin de revenderlos o usar sus partes como repuestos, en el medio de comunicación no creen que se trate de un delito con propósitos económicos. Tienen dos motivos para no considerar esa posibilidad.

En primer lugar, porque el comunicado de Cambio dio detalles adicionales de lo que estaba almacenado en el computador: “varias investigaciones de muy alta sensibilidad, entre las que se incluían datos sobre trata y explotación sexual de niñas, niños, adolescentes y mujeres. Además, contenía múltiples archivos concernientes a abusos policiales, y archivos de contratos irregulares celebrados entre el Estado e industrias privadas. Adicionalmente, las entrevistas y pruebas de varias otras investigaciones relacionadas a abusos de derechos humanos en el país”.

Segundo, porque en la oficina de redacción había otros computadores sin seguridad y el ladrón pudo haberlos tomar fácilmente, pero no lo hizo. “Las circunstancias indican que el ladrón perseguía un blanco específico, porque teniendo otros computadores al alcance, además de unos audífonos de alta gama que estaban conectados al computador hurtado, no se llevó nada más”.

Entonces, la periodista —que ganó un Premio Simón Bolívar en 2020 por el especial periodístico “El segundo a segundo del disparo que mató a Dilan Cruz”, elaborado junto con el medio digital Cerosetenta— y sus colegas en Cambio tienen motivos para pensar que están siendo perfilados. Por ello, pidieron que el incidente sea investigado a profundidad.

De todas maneras, Fitzgerald aclaró que no perdió del todo la información que contenía su computador. “A quienes están preguntando: la información tiene copia y está encriptada. Estamos reforzando la seguridad física también. Gracias a quienes se han preocupado. Un abrazo enorme”, contó en su cuenta personal.

Garantías para la libertad de prensa

Aunque la Fundación para la Libertad de Prensa no se ha pronunciado sobre el incidente de Fitzgerald, sí divulgó un informe reciente sobre la libertad de prensa en el último cuatrienio, en la presidencia de Iván Duque Márquez. La organización no gubernamental señaló la gran cantidad de desaciertos que tuvo el mandatario con medios de comunicación, presupuesto para prensa y perfilamiento de periodistas.

El presidente implementó una estrategia lesiva contra la libertad de prensa”, concluyó en el documento. También resaltó que desde el Gobierno se tuvo una posición parcializada con los medios de comunicación, poniendo en riesgo la libertad de expresión e integridad de periodistas.

Entre las cosas que señalaron —aparte de los más de 46 mil millones de pesos en campañas propagandísticas para destacar los logros gubernamentales, incluido el programa televisivo Prevención y acción— estuvo el perfilamiento desde presidencia a diferentes periodistas y generadores de contenido digital. Señalaban públicamente como enemigo o negativo a los contrarios o detractores del gobierno Duque, mientras presentaban como positivos o amigos a los más afines con sus ideales.

El gobierno actual no ha dado motivos para que el gremio periodístico pueda sentirse preocupado por sus libertades, pero es demasiado pronto para emitir conclusiones sobre las garantías reales con las que contará la prensa en los próximos cuatro años.

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