El último tiempo ha sido bastante intenso para las librerías de la capital. Algunas de ellas han tenido que implementar estrategias para atraer más clientes, ante la crisis que vive el sector, que se acrecentó desde el inicio de la pandemia por el COVID-19, y no a todas les ha surtido efecto, como fue el caso de la librería Luvina, que después de 18 años tuvo que migrar su sede física al mundo digital, dejando su habitual esquina cultural en el barrio La Macarena.
Fuera de la ciudad, más exactamente en Armenia, la periodista Claudia Morales tuvo que cerrar su librería Árbol de Libros, debido a la poca rentabilidad que estaba generando.
Lo bueno, en medio de todo, es que así como unas deben dar un paso al costado, otras ganan fuerza y se amplian y hasta cambian de sitio. Es el caso de las librerías Prólogo y Matorral, que recientemente estuvieron en el radar de los lectores, estrenando nuevos espacios.
Por su parte, la librería dirigida por Mauricio Lleras, hoy supervisada por su hijo, José Manuel Lleras, se desplazó de su anterior ubicación, en la casa Arsenal, a la altura de la calle 67 con carrera sexta, unas cuadras más arriba, a la carrera quinta con calle 67.
La librería, especializada en narrativa, cuenta con un sitio más amplio para los lectores, en una casa de tres pisos que comparte con oficinas y una firma de moda. En la última planta, hay un espacio para eventos, con capacidad para unas 50 personas.
Prólogo Libros nació hace 15 años en la calle 96 con carrera 11b y se han trasteado tanto que, en entrevista con Diario Criterio, Mauricio Lleras dijo: “el otro día me llamaron de la ACLI (Asociación Colombiana de Libreros Independientes) a decirme que si en el próximo curso para libreros podría dictarles uno sobre trasteo de librerías”.
El nuevo espacio es ideal para lectores que disfruten del silencio y la quietud, pues no se trata de una librería que esté llena 24/7. Por la forma en que fue concebida, le apunta más al nicho. ¿Su fuerte? La novela policiaca. Si alguien quisiera encontrar buenos libros de este género, no debería dudar un solo instante en ir a Prólogo. De paso, se enamoran del sitio.
Entretanto, la librería Matorral, que cuenta con uno de los espacios más bellos en la ciudad, tomó también el lugar que dejó la librería Luvina, cedido directamente por el librero Carlos Luis Torres, con el objetivo de que Andrés Archila y César Hernández asuman el reto de mantener con vida ‘La esquina cultural de La Macarena’.
En cuestión de días, Matorral se instaló en su nuevo espacio y ahora cuentan con tres sedes, dos en Bogotá y una en Tabio. Podría decirse que su especialidad es no tener especialidad, o sí, tienen un poco de todo lo que les puede llegar a gustar a los lectores más curiosos.
Fue fundada por César Hernández y Andrés Archila, en marzo de 2019. Su primer espacio también estaba ubicado en Teusaquillo, en un lugar muy pequeño que apenas si daba para tener libros en exhibición y en las estanterías. Tenían un jardín frontal para eventos y en el que los visitantes podían sentarse a hablar, tomar un café o disfrutar de una cerveza fría.
Durante la pandemia, sus redes sociales crecieron tanto que se vieron en la necesidad de ampliar su espacio. No se movieron de la zona, pero sí dieron con un lugar que ahora es el favorito de muchos lectores en la ciudad. Se aliaron con Diosa, una cervecería artesanal, y en compañía trabajan en este espacio que maravilla a vecinos y visitantes esporádicos por igual.
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