La refinación de hidrocarburos juega un rol transversal en el crecimiento económico del país y su capacidad e independencia energética. Aunque su participación en la generación de valor agregado ronda el 1.38 % del total de la economía, los encadenamientos productivos que se derivan de la actividad la convierten en un sector estratégico para la dinamización del aparato productivo.
Los principales actores del sector son la Refinería de Barrancabermeja y la Refinería de Cartagena (Reficar) que, en conjunto, tienen una capacidad instalada cercana a los 400.000 barriles diarios.
Eso permitió, entre otras cosas, el autoabastecimiento de Colombia y le ha dado ventajas estratégicas frente a países que son importadores netos, más aún en un entorno de alta volatilidad que ha encarecido el costo de las compras al exterior.
De forma particular, la modernización de Reficar es un proceso fundamental en ese propósito. En línea con lo establecido en los documentos Conpes 3312 y 3336, que tenían el objetivo de crear una alternativa robusta a la refinería de Barrancabermeja, se propuso la renovación de las instalaciones de Reficar, con el fin de duplicar su capacidad de producción y mejorar los estándares de calidad de los derivados generados por la planta.
Con eso en mente, la Asociación Nacional de Instituciones Financieras (Anif) analizó en detalle la importancia del sector de la refinación para la economía colombiana. Así mismo, mencionó cómo el proyecto de innovación de producción de la principal refinería del norte del país impacta de forma positiva la seguridad energética, la reducción en las emisiones y la relación con la economía local.
Refinación en la industria colombiana
Desde la última década, el sector de la refinación y mezcla de combustibles constituye una parte importante de la industria manufacturera nacional. Eso permite el aprovechamiento de la materia prima producida en el país, puesto que antes se vendía sin ninguna transformación. Ahora, estos productos son demandados por el mercado doméstico. Así mismo, la participación del sector, que rondaba los 6,5 % en 2010, está en constante crecimiento y escaló hasta el 2021 a un 10.9 %, llegando a ser incluso 12.4 % antes de las afectaciones generadas por la pandemia del covid-19.
“Esa ganancia en participación va en línea con la puesta en marcha de la Refinería de Cartagena que, luego de su modernización, incrementó su capacidad de transformación de materia prima en productos de valor. En efecto, la evolución de las actividades de refinación en el 2016 llegó a tocar un pico de crecimiento anual en el segundo trimestre de 25.4 %”, indicó la Anif.
Además, la operación de la refinería mejoró los procesos de producción y evitó que esa actividad registrara variaciones negativas en 2016 y 2017, a diferencia del resto de la industria manufacturera que, en conjunto, decreció en estos dos periodos.
Encadenamientos
Los beneficios del crecimiento en esta industria no solo se miden por su aporte en el crecimiento del valor agregado, sino también en los encadenamientos productivos que genera con otros sectores. En efecto, el sector de refinación del petróleo y fabricación de productos químicos tiene fuertes lazos con el resto de la economía. Con base en la información de la Matriz Insumo – Producto (MIP) se pueden establecer estas relaciones.
Los encadenamientos hacia atrás hacen referencia a qué tantos bienes o servicios demandan estas actividades de otras para su funcionamiento. De forma análoga, los encadenamientos hacia adelante indican qué tanto otros sectores de la economía demandan los bienes producidos por estas.
“En últimas, a través de la MIP se pueden identificar cuáles actividades tienen mayor capacidad de arrastre al promedio de la economía. El sector de refinación y mezcla de combustibles pertenece a los sectores clave, pues sus encadenamientos tanto hacia adelante como hacia atrás son mayores que la media del aparato productivo. En últimas, esas actividades poseen la capacidad de ser grandes demandantes de materia prima, por ejemplo, del sector de la minería y de otras industrias, así como generadores de insumos que otras actividades deben usar para su funcionamiento, en particular el transporte que, a su vez, usan la mayoría de las actividades”, sostuvo la Asociación.
Esas interrelaciones hacen de la refinación un sector esencial para generar efectos spillover en el agregado macroeconómico.
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Objetivos Conpes y cumplimiento
El documento Conpes 3312 de 2004 dio los lineamientos del Plan Maestro de Desarrollo (PMD) de la Refinería de Cartagena, que tenía como propósito la modernización de la planta y los cumplimientos de algunas metas esenciales para el abastecimiento y la seguridad energética del país.
En efecto, el documento Conpes planteaba como principal objetivo el de “aumentar la capacidad de refinación de 70.000 barriles por día a 140.000 barriles por día, sin aumentar los costos fijos, modernizando las plantas y procesos, reduciendo el contenido de azufre en gasolinas y diesel para cumplir la legislación vigente (nacional e internacional), aumentando así el valor agregado a los productos”.
Además del aumento en la transformación de productos de valor, el Conpes definió algunos elementos para optimizar los productos finales. Por ejemplo, “mejorar la calidad de los productos refinados, reduciendo el contenido de azufre en gasolinas de 1.000 partes por millón (ppm) actuales, hasta 300 ppm para el consumo nacional y 30 ppm para exportar y en diesel de 4.500 ppm actuales a 500 ppm para consumo nacional y 30 ppm para exportar”.
A la fecha de emisión del documento, la refinería generaba perdidas por su esquema tecnológico y comprometía el suministro de combustibles al país, por lo que quedaba en manos de Barrancabermeja la importación permanente de combustibles para solventar la caída en la oferta del mercado local, en caso de una eventual bancarrota.
“Hoy, 18 años después y resultado de la renovación de la refinería, su operación da cuenta del cumplimiento de las metas establecidas por el PMD. Para nombrar algunos ejemplos, el diesel exportado contiene tan solo 10 ppm de azufre cuando la norma exige que sean máximo de 300 ppm. Así mismo, la capacidad de carga de barriles por día alcanza hoy una carga promedio de 150.000 barriles por día, 10.000 barriles más alto que lo trazado en el PMD y 80.000 más de la capacidad de producción en el 2004″, precisó.
Junto con Barrancabermeja, estas dos refinerías son las encargadas de transformar la mayor parte hidrocarburo que produce la economía en productos de alto valor, que pasan por toda clase bienes, desde combustibles hasta los aceites. Por ejemplo, Barrancabermeja abastece el 90 % de petroquímicos que demanda el país.
Por su parte, Reficar se posiciona como el único proveedor de combustibles en la Costa Caribe, lo que garantiza la seguridad energética en la región. En efecto, las ventas nacionales ascienden a los 2.856 millones de dólares.
Además, a 2021 la planta logró la meta de llevar el costo unitario por barril de 5,6 dólares, valor que permite una mejora sustancial en la respuesta de la refinación ante los fuertes ciclos de volatilidad que registra el precio del crudo.
Todo eso, junto con la vocación productiva del país, posicionan al petróleo y sus derivados como un sector estratégico. En efecto, el crudo es el principal producto de exportación del país pues representa un 20 % del total de las ventas al exterior.
Austoabastecimiento, derivados y modernización
Ante esto, la Anif concluyó que las inversiones hechas en el sector de la refinación permitieron a Colombia mantener su autoabastecimiento de combustibles y derivados petroquímicos.
Además, considerando el papel que juega el sector, no solamente por su valor agregado, sino por ser un sector crítico en los encadenamientos productivos, los resultados que muestra la modernización del sector son favorables.
“En este desempeño positivo, el rol de Reficar ha sido y continuará siendo fundamental y su papel a futuro será cada vez más relevante. Si se considera el nivel de ingresos operacionales y la capacidad de producción, con la renovación se logró mejorar los costos unitarios y el margen bruto por barril. Además, la planta logró cumplir las metas iniciales propuestas en el Conpes 3312, por lo cual fue objeto de tan importante inversión y se convirtió muy rápido en la segunda refinería de mayor capacidad en el país y líder en productos con baja concentración de partículas contaminantes”, subrayó la Anif.
En ese sentido, destacó la entidad, el país dio un salto cualitativo en la calidad de la refinación de combustibles al lograr niveles de ppm muy por debajo del límite regulatorio.
“Con eso, Reficar ratifica su relevancia como activo estratégico de la nación. En suma, la refinación se destaca como uno de los sectores más estratégicos en el tejido productivo del país y sus efectos positivos trascienden su propia actividad”, anotó la Anif.
También destacó que la generación de productos de alta calidad, impulso a otras actividades económicas, abastecimiento y abaratamiento del transporte vía producción local, son los más destacados, lo cual posiciona al sector como uno de los ejes fundamentales para la creación de valor y la proyección de crecimiento de la economía nacional.
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