El 19 de agosto, en las horas de la mañana, autoridades de la capital colombiana informaron que hacia el norte de Bogotá encontraron cuatro cadáveres en una camioneta. Las autoridades concluyeron que las víctimas habían sido asesinadas y que el caso estaría relacionado con un ajuste de cuentas.
La hipótesis surgió luego de que la Policía determinará que las víctimas, que fueron tres hombres y una mujer; tenían muestras de que fueron sometidos a tortura y asesinados con tiros de gracia. El comandante operativo de la Mebog, Edgar Cárdenas, señaló a la emisora Blu Radio que fueron habitantes del sector los que alertaron a las autoridades sobre la presencia de una camioneta vacía en la vía.
“Se hace una primera verificación a través de lo que se logra ver por los vidrios y se observan unos cuerpos. En la inspección que realiza la Policía Judicial se encuentran tres cuerpos de hombre y uno de una mujer. Estamos estableciendo a través de la investigación cuál puede ser la hipótesis y qué fue lo que sucedió”, dijo el uniformado en la emisora.
Tras pasar unas semanas del macabro hecho, la Defensoría del Pueblo, sacó unas nuevas alertas, donde advirtió la persistencia de los riesgos para la ciudadanía que habita la capital, producto de los hechos de violencia generados por grupos armados ilegales y organizaciones delincuenciales que tiene presencia en Bogotá. En este sentido, advirtió que, incluso, podría ya existir presencia del Clan del Golfo y que esta estructura narcotraficante podría estar detrás de la masacre ocurrida en el norte de Bogotá.
“Hemos venido haciendo seguimiento a la Alerta Temprana para Bogotá y podemos corroborar que se presenta una exacerbación del riesgo advertido el año pasado, demostrada en el aumento de delitos de alto impacto, lo que podría estar relacionado con la disputa territorial derivada de la expansión de un actor ilegal externo, el cual tiene como objetivo la consolidación como grupo hegemónico en el control de las rentas ilegales producidas en la capital del país”, puntualizó Carlos Camargo.
En esta misma línea, condenó los múltiples hechos que han venido atormentando la ciudad, entre esos, los asesinatos colectivos, asesinatos individuales, tortura, entre otro: “Reiteramos nuestra preocupación por la ocurrencia de homicidios colectivos y selectivos en los últimos días en Bogotá, en donde se manifiesta el uso de violencia extrema como mensaje simbólico que se envía a las estructuras criminales en disputa”.
Recordemos que otro dato que salido en la investigación de este crimen, señaló que el carro donde aparecieron las personas, fue comprado por el expolicía Juan Carlos Useche en marzo de 2022, y que una de las víctimas fue el exuniformado quien había dejado la institución en 2006, cuando era patrullero en Cali, ya que tenía varios antecedentes de criminalidad.
Al igual que su pareja sentimental, Leidy Betancourt y dos escoltas que fueron identificados como Leonardo Sanabria y Élder José Perosso Zabala, quienes habían sido capturados por la Policía Metropolitana y judicializados por la Fiscalía.
Asimismo, la alcaldesa Claudia López, agregó que la Fiscalía y la Policía han establecido que él seguía en actividades criminales de narcotráfico y lavado de activos. A su vez, se informó que las víctimas del crimen habrían sido citadas en un lugar a las afueras de Bogotá, donde los sicarios los asesinaron.
Por ahora la investigación continúa, hay 100 investigadores en el caso, quienes están analizando 50 cámaras con más de 150 horas de video, las ubicaciones de los asesinados a partir de sus teléfonos móviles e, incluso, por sus últimas conversaciones, según confirmó el coronel Herbert Benavides, comandante (e) de la Metropolitana de Bogotá.
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