“Hay una guerra que amenaza con extenderse en el tiempo y en la geografía, vinculando diversos países de una u otra manera”, así se refirió el presidente Gustavo Petro, a la invasión de Rusia a Ucrania que ha tenido efectos no solo económicos en el mundo, sino sociales y climáticos.
En el marco del Consejo Presidencial Andino, el mandatario expuso que se deben tomar medidas desde las instancias multilaterales para frenar este conflicto que ha generado un fuerte impacto negativo en América Latina en materia de importación de insumos para la producción agraria.
Incluso, el jefe de Estado invitó en el cónclave realizado el lunes 29 de agosto en Lima —Perú— a “hacer un exhorto a iniciar conversaciones de paz entre Ucrania y Rusia” para que lo manifestado en este tipo de encuentros sea replicado en otros escenarios internacionales, ejerciendo presión para hacer un proceso de pacificación entre ambos países. En ese sentido, habló de la violencia en Latinoamérica y una de sus causas: el narcotráfico y la producción de cocaína.
Y es que a pesar de los rumores sobre una supuesta legalización de esta droga en el país, el ministro de Justicia, Néstor Osuna, ratificó que al menos en este cuatrienio, esto no ocurrirá: “Si ha habido alguna información que se haya podido entender en ese sentido, hay que aclararlo, no se va a legalizar la cocaína en este gobierno”, declaró el funcionario el pasado 23 de agosto. Sumado a eso, Petro afirmó este lunes que, si bien la política de drogas instaurada hace más de medio siglo ha fracasado, se deben buscar otras medidas para hacerle frente a esta problemática.
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”Hemos fracasado en algo que se llamó la guerra contra las drogas y su balance es un millón de latinoamericanos muertos, la mayoría colombianos, y cada vez más mexicanos y centroamericanos”, señaló el presidente colombiano. Sumado a eso, advirtió que de acuerdo con estadísticas estadounidenses, cerca de 70 mil personas mueren al año por sobredosis de otras sustancias a las cuales “no le hacen la guerra”, como el fentanilo, advirtiendo que el saldo de personas afectadas en el mundo puede ser más negativo con respecto a los afectados por cocaína.
“Si proyectamos más hacia adelante, tendríamos otro millón de latinoamericanos muertos por homicidio, millones de latinoamericanos y norteamericanos presos, la mayoría de raza negra, y habría 2.800.000 estadounidenses muertos por sobredosis por algo que nosotros no producimos: el fentanilo”, avisó el jefe de Estado. Ante el escenario planteado, propuso convocar una asamblea andina de países de centro y Sudamérica para discutir la política de drogas.
El objetivo de esa reunión solicitada, no solamente es proponer transformaciones a la política actual contra el narcotráfico, sino también evaluarla, comparar cifras, “ver objetivamente si conduce a algún puerto o si al contrario nos está hundiendo en el fondo de un abismo violento”. En la reunión, a la que también asistieron los mandatarios de Ecuador (Guillermo Lasso) y Bolivia (Luis Arce), el dirigente progresista hizo mención a la crisis climática.
En ese sentido, estuvo de acuerdo con lo expuesto por Lasso sobre los peligros que rodean la abundante biodiversidad en Latinoamérica, incluyendo la Amazonía. Además, acentuó en que ese tema debe ser uno de los ejes centrales de la comunidad andina, y plantear los próximos desafíos en esta materia: “creo que debemos ser más poderosos, juntar más voces”, indicó Petro.
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