El trabajo sexual en Colombia tiene clientes, simpatizantes y detractores. Los primeros no se limitan a quienes cruzan las zonas rojas: también son quienes han llenado neveras y pagado cuotas iniciales de finca raíz al comprar fotografías o videos hechos por creadores de contenido. Los simpatizantes son quienes respetan esta actividad económica, cuando nace de la decisión informada y voluntaria de un adulto.
Los detractores tienen muchas caras: la del mercenario que cree en sociedades imposiblemente limpias, la del legislador que consume en privado y niega en el Capitolio, las de los religiosos que tienen tanta moral que tienen dos, y las de un sector del feminismo radical que solo concibe una forma —y solo una— de liberación. Sus argumentos contra una forma de ganarse la vida, más allá de rebasar los límites de la libertad de expresión, dejan al sector del trabajo sexual en una situación vulnerable en términos laborales, humanitarios y económicos.
Contra estas circunstancias, un grupo de personas dedicadas al trabajo sexual empezó a concebir, desde hace más de un año, la Asociación Sindical de Trabajo Sexual en Colombia (Astrasex). “Hemos reconocido que la necesidad inmediata es la regulación laboral digna. Decidimos unificarnos como gremio para poder hacer un llamado con la legitimidad que se necesita, sentimos que desde el sindicato podemos armarnos de herramientas y espacios para alcanzarlo”, dijo Katherine Ángel, presidenta del sindicato, a Infobae Colombia.
Astrasex reunirá a personas que ejercen trabajo sexual virtual y sus vertientes, pornografía y sus vertientes, trabajo sexual callejero y trabajo sexual presencial en establecimiento comercial, spa, wiskeria, motel y demás. Su primer comité directivo está conformado por Ángel, Carolina Calle —su vicepresidenta— y Amaranta Hank —su secretaria ejecutiva—.
Esta agremiación es consciente de que no es la primera de su tipo en Colombia: en 2008 nació la Asociación de Mujeres Buscando Libertad (Asmubuli) y en 2016 fue fundado el Sindicato de Trabajadoras Sexuales de Colombia (Sintrasexco), ambos sindicatos vinculados a la Red Latinoamericana de Trabajadoras Sexuales de Latinoamérica y el Caribe (RedTraSex).
“Conocemos el trabajo de Sintrasexco pero no nos sentimos representadas por esta organización. Astrasex propone reunir la caras de los actores que reúnen las diversas modalidades del trabajo sexual y trabajar por todes”, explica Ángel. Entre otros motivos, este cisma puede explicarse porque los otros espacios gremiales son exclusivos para personas asignadas femenino al nacer.
“Reconocemos que al existir tantas modalidades del ejercicio solemos tener diferencias marcadas y se convierten en luchas dispersas, incluyendo a nuestras hermanas trans, que tienen una lucha junto a la nuestra. Es el momento de poner el pare, crear juntanza y luchar juntes por una sola causa. Así nace el sindicato”, explica la presidenta de Astrasex.
El gremio tendrá su evento de inauguración el próximo 11 de septiembre en el barrio Santa Fe, ubicado en la localidad de Los Mártires, en el centro de Bogotá. Este sector está históricamente ligado al trabajo sexual desde los años 80. Ese día, a las 10 de la mañana, se firmará el documento de conformación de Astrasex y se hará una actividad de juntanza, con una olla comunitaria para 500 personas.
“La intención es reunirnos en un espacio de reivindicación, un sitio histórico en la memoria del trabajo sexual, compartiendo en comunidad desde la olla popular que se ha convertido en un eje importante entre las compañeras que trabajan en situaciones de vulnerabilidad”, explicó Ángel.
Una vez constituida formalmente, “la idea es reunir la mayor cantidad de trabajadores sexuales posibles en el país, desde las diversas modalidades del ejercicio y con las diversidades sexuales de quienes lo ejercen”. Por eso, la agremiación invita a quienes ejerzan cualquier modalidad de trabajo sexual en Colombia a comunicarse y hacerse miembro.
Con respecto a las miradas suspicaces y reprobadoras que están recibiendo desde ya por parte de conservadores y abolicionistas, a poco menos de 24 horas de anunciar el nacimiento de Astrasex, Ángel tiene dos cosas para decir:
“Principalmente, que nos respeten y respeten nuestro derecho a la sindicalización, que dejen de perseguirnos porque no somos el enemigo. Pero, además, contarles que esta es la muestra de que no somos dos, que somos muchas personas que nos reconocemos como trabajadoras sexuales en el país, más de cien mil, y este sindicato y alianza gremial será la prueba de que solo queremos garantías y derechos humanos”, dijo la presidenta de este sindicato.
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