En las últimas horas la Armada de Colombia hizo entrega, como parte de su compromiso con la seguridad humana, en conjunto con el Ejército Nacional, de un área libre de sospecha de minas antipersona a la comunidad étnica de Puerto Pizario, ubicada en la ribera del río San Juan entre los departamentos de Valle del Cauca y Chocó.
En atención a la solicitud realizada por las poblaciones indígenas Wounaan y las comunidades afrodescendientes que habitan en el litoral del río San Juan, se realizó una jornada de trabajos de verificación con caninos antiexplosivos en áreas cercanas a sus asentamientos en las que se sospechaba que grupos criminales habían instalado artefactos explosivos.
Durante cinco días tropas de la Armada de Colombia y del Ejército Nacional verificaron con equipos especializados y binomios caninos los sectores conocidos como Limoncillos, Nueva Floresta y los caminos cercanos a las quebradas de Docordó, Dopurma y Llano, que habían dejado de ser frecuentados por los habitantes del sector para desarrollar actividades de agricultura y pesca debido a la sospecha de presencia de minas antipersona, causando miedo y posible confinamiento en los pobladores de la región.
Las labores de verificación permitieron entregar una zona libre de sospecha de minas a las comunidades que habitan en esta zona del litoral Pacífico, garantizando su seguridad humana, tranquilidad, dignidad, el retorno a sus actividades diarias y la protección de sus derechos humanos y ancestrales.
Desarticulan banda de tráfico de tortugas en peligro de extinción en el Amazonas
En otras noticias, autoridades ambientales de Colombia lograron desarticular a una de las bandas de tráfico de animales silvestres más grande del departamento del Amazonas.
La operación la realizaron en conjunto la Armada de Colombia y la Policía del Amazonas al conocer que los delincuentes se disponían a enviar un cargamento de tortugas, aparentemente, a Brasil.
Según trascendió, la banda estaba utilizando una embarcación peruana, que transitaba por el río Amazonas y que fue interceptada por efectivos de la Armada Nacional de Colombia. Al realizar una inspección a detalle del navío, los uniformados descubrieron 12 tortugas que hacen parte de especies en vía de extinción que, además, eran transportadas en pésimas condiciones sanitarias.
El vicealmirante Harry Ernesto Reyna, comandante de la Fuerza Naval del Sur, explicó que “la embarcación generó una alerta para los guardacostas, ya que navegaba de forma irregular con el fin de atracar en el puerto de Leticia, Amazonas, sin tener los permisos reglamentarios”.
Según detallaron las autoridades, todas las tortugas halladas son de agua dulce y correspondían a especies como:
“Morrocoy, charapa y taricaya se encuentran catalogadas como especies vulnerables y en peligro crítico de extinción en Colombia, debido a que son extraídas de su hábitat natural para traficarlas de forma ilegal, para comercializarlas en el mercado de las mascotas o son cazadas para el consumo humano”, añadió el vicealmirante.
Así mismo, conforme información de las autoridades, los delincuentes también llevaban un oso perezoso en una jaula.
Es importante mencionar que, según ambientalistas expertos, en Colombia hay cerca de 32 especies de tortugas (cinco especies marinas y 27 continentales), razón por la que nuestro país es determinante para que estas no dejen de existir. A pesar de esto, de las 32 especies que habitan en los mares y en los ríos de Colombia, 12 tienen algún grado de amenaza, tres en peligro crítico de extinción, cinco en peligro de extinción y seis en estado vulnerable.
Sin embargo, las tortugas no fue lo único que las autoridades encontraron dentro de la embarcación. También había 41 metros de madera incinerada tipo Caracolí. La preocupación por esta carga es que, según el oficial, “para traficar los 41 metros de madera incinerada tipo caracolí se tuvo que talar aproximadamente una hectárea y media de bosque vivo, produciendo daños irreparables para la reforestación del medioambiente”.
Las autoridades informaron que la madera incautada está avaluada en 12 millones de pesos, pero que en el caso de las tortugas no hay un valor específico; sin embargo, en los mercados en los que se comercializan de manera informal normalmente pueden tener un precio entre 20 a 30.000 pesos colombianos.
Por este caso, las autoridades detuvieron a dos señalados traficantes peruanos, que podrían pagar hasta 30 años de cárcel. También regresaron a su hábitat al oso perezoso y a las tortugas con sus bebés.
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