Con la victoria de Jay Vine en la etapa 8 y Remco Evenepoel defendiendo su maillot rojo con éxito, la novena etapa de la Vuelta a España marcará la despedida de la comunidad de Asturias, que al parecer ha dejado claro que este año será cosa de tres la disputa por el título. Solo Primož Roglič y Enric Mas parecen estar capacitados en el pelotón para competir con el belga. Pero aún falta camino por recorrer antes de sacar conclusiones.
La etapa del domingo se presenta como una versión un poco más tranquila de lo visto este sábado. Consiste en un recorrido de 171,4 kilómetros entre Villaviciosa y Las Praderas, que termina en ascenso y ya se vio en la edición de 2018 de la Vuelta. El vencedor de la fracción ese día fue Simon Yates, hoy en la sexta posición a dos minutos de Evenepoel.
Es un recorrido algo traicionero, en el sentido de que no hay ni un momento decididamente plano, ni ascensos demasiado largos. Sin embargo, el nivel de esfuerzo que se pide a los corredores va en continuo ascenso durante la jornada. Tras unos cuantos ascensos cortos fuera de categoría, llegan los puertos de categoría uno tras otro. Primero, el Alto del Torno, de segunda categoría. Luego el Mirador del Fito, de primera categoría. Después dos puertos de tercera categoría en Alto De La Llama y La Campa.
En La Campa hay buenas oportunidades de fuga, pues además de que es un ascenso con bonificación no es excesivamente empinado. De acuerdo con la cantidad de corredores en pie de guerra para entonces, los 23 kilómetros finales podrían dar espectáculo y resultados importantes tanto en la general como en la clasificación de la montaña.
Para terminar, el ascenso de Las Praderas de primera categoría decidirá el ganador de la etapa. Con una distancia de 3,75 kilómetros, su pendiente media es del 12,6%, por lo que es una subida bastante empinada. El primer y el último kilómetro son los más duros de este puerto. En el primero la pendiente llega a rozar o superar el 15%, lo que representa un gran esfuerzo que irá dejando corredores rezagados. En la parte final los ciclistas se tienen que abrir paso a través de un piso de hormigón y una carretera más estrecha.
No se esperan vientos que tengan demasiada incidencia en el desarrollo de la carrera. Sin embargo, si se espera una temperatura superior a los 30 °C durante la fracción que podría hacer de los puertos de montaña un desafío mayor.
Tres por encima del resto
La novena etapa de la Vuelta puede ser la última oportunidad hasta el regreso de la montaña en la etapa 12 para marcar diferencias en la clasificación. Evenepoel y el Quick-Step se defendieron bien en la fracción del sábado en una etapa más exigente que la del domingo, por lo que esta vez no debería ser muy distinto el panorama.
A menos, claro, que Roglič y Mas tengan algo más para decir. Sobre todo el esloveno, más experimentado en esta clase de ascensos cortos. Por su parte el español procurará mantenerse en una situación donde no pierda demasiado tiempo para afrontar los puertos de montaña de la siguiente semana (más propios para escaladores puros como él) con más confianza.
Tampoco se puede descartar a Jay Vine, que con la del sábado sumó dos etapas en esta edición y ha ganado confianza para pelear tanto la montaña como por puestos más altos en la general. En lo que se refiere a los colombianos, Sergio Higuita y Miguel Ángel López siguen siendo las cartas más confiables, pero no parece que sea una etapa tan favorable para ellos dadas sus características como escaladores de fondo.
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