La historia del obispo colombiano nombrado cardenal y que estuvo secuestrado por las Farc

El religioso fue ordenado en la mañana del sábado por el papa Francisco, durante el primer consistorio que se celebró en pleno agosto

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Imagen: Conferencia Episcopal de Colombia
Imagen: Conferencia Episcopal de Colombia

A finales de mayo pasado fue anunciada la noticia de que el papa Francisco nombró a 21 nuevos cardenales de la Iglesia, entre ellos Jorge Enrique Jiménez Carvajal, el arzobispo emérito de Cartagena, quien fue ordenado por el sumo pontífice en la mañana de este sábado, 27 de agosto.

Así entonces, el religioso colombiano tendrá la posibilidad de entrar en la capilla Sixtina a elegir al nuevo papa cuando así corresponda, junto a un grupo de 16 electores menores de 80 años: cinco americanos, cinco asiáticos, ocho europeos y dos africanos.

De ese modo, el número total de cardenales en el mundo aumentará a 227, los electores pasarán de 116 a 132 y los no electores de 91 al 95. Todos ellos estarán presentes en el ensayo del cónclave que se llevará a cabo la próxima semana y que, según el historiador eclesiástico Alberto Melloni del diario La República, tiene “un claro sabor preconclavario porque el papa ha anunciado en repetidas ocasiones que la ‘puerta de la renuncia está abierta’”.

Quizás el papa lo convocó para verificar la calidad de los nombres que ha elegido o para crear un poco de sociabilidad cardenalicia: pero ciertamente los cardenales nunca han visto un consistorio como este”, explicó el italiano, quien es también presidente de la Cátedra de Pluralismo Religioso y Paz de la Unesco.

Cabe mencionar que los actuales cardenales de Colombia son: monseñor Pedro Rubiano Sáenz, monseñor Rubén Salazar Gómez y ahora monseñor Jorge Enrique Jiménez.

Un repaso por la historia del nuevo cardenal colombiano

Jiménez Carvajal nació en Bucaramanga, Santander. Se ordenó como presbítero el 17 de junio de 1967. Ha trabajado en la Pastoral Social del Episcopado de Colombia, en el Instituto Teológico Pastoral la Celam, en la Congregación de Jesús y María y la Confederación Latinoamericana de Religiosos. Además, estudió filosofía en la Universidad Javeriana, le encanta la docencia y pertenece a la congregación religiosa de los padres Eudistas.

El 9 de noviembre de 1992, el papa Juan Pablo II lo nombró obispo de Zipaquirá y el 6 de febrero de 2022 fue designado como arzobispo coadjutor de Cartagena. Mientras que el 28 de marzo de 2021, el papa Francisco aceptó su renuncia del episcopado.

Foto: Arquidiócesis de Cartagena
Foto: Arquidiócesis de Cartagena

En el transcurso de su ministerio sacerdotal, el ahora cardenal se desempeñó como formador en el Seminario Valmaría (1967-1971). De igual manera, fue miembro de la Comunidad Eudista del Minuto de Dios y responsable del área social de la misma (1972-1978).

En su historial también destaca que hizo parte del Equipo del Secretariado Nacional de Pastoral Social del Episcopado Colombiano (1975-1978). Director de Estudios del Instituto Teológico Pastoral del CELAM en Medellín (1979-1988). Superior Provincial de la Congregación de Jesús y de María (1988-1992) y Secretario de la Confederación Latinoamericana de Religiosos (1989-1991).

Se ha desempeñado como Secretario General de la Conferencia Episcopal de Colombia (1993-1995), Secretario General del Consejo Episcopal Latinoamericano-CELAM (1995-1999) y presidente de este (1999-2003).

Su oscuro capítulo como secuestrado de las Farc

El 11 de noviembre de 2002, el país se conmocionó con la noticia del secuestro de monseñor Jorge Enrique Jiménez, quien en su momento fungía como obispo del municipio de Zipaquirá.

El religioso fue capturado por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia cuando, junto a Desiderio Orjuela, párraco del municipio de Pacho, se dirigían a una iglesia rural del territorio cundinamarqués a celebrar unas confirmaciones.

Sin embargo, la pérdida de la libertad del prelado duró apenas cuatro días, pues gracias a una operación de rescate del Ejército Nacional, en la cual participaron más de mil soldados, se logró liberarlo a él y a Orjuela, después de que sus captores (seis guerrilleros, cuatro hombres y dos mujeres) huyeran del lugar donde los tenían al ser hostigados por los uniformados.

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