Hace un mes, el 25 de julio de 2022, en el corregimiento sucreño de Chochó tres jóvenes fueron asesinados a bala; los responsables habrían sido agentes de la Policía Nacional que, después de los hechos, presentaron a Carlos Alberto Ibáñez Mercado, Jesús David Díaz Monterroza y José Carlos Arévalo Contreras como integrantes del Clan del Golfo dados de baja en operativos de respuesta al plan pistola liderado por esa banda.
Sobre este triple ‘falso positivo’ hablaron los padres de los tres muchachos, y todos estuvieron de acuerdo en que, si bien debe haber justicia en este caso, el perdón también es fundamental, sobre todo con los posibles causantes de los crímenes. Carlos Arévalo, papá de José Carlos, señaló que después de escuchar el crudo relato de la Fiscalía sobre la manera en que fue torturado y herido el joven, dijo que no ha dejado de pensar en abrazar a cuatro de los patrulleros implicados y perdonarlos.
“Yo quisiera que esos cuatro muchachos que tienen escasamente unos 50 días de estar en la Policía prestando el servicio, quisiera tenerlos de frente y darles un abrazo. Y sí, darles mi perdón”, manifestó Arévalo. De paso, afirmó que en la cabeza de los uniformados no tenían contemplado matar a los tres jóvenes.
“Yo lo siento así, quisiera poder decírselos a ellos mismos de corazón”, añadió el padre de la víctima. Concretamente, uno de los patrulleros a los que quiere perdonar por lo ocurrido es a Rafael Barbosa, quien tiene 20 años y llevaba solamente 39 días en la institución.
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De hecho, él fue uno de los que testificó en contra del coronel Núñez —sobre quien cursa una circular roja de Interpol— asegurando que fue él quien le disparó a los jóvenes en la parte trasera de la patrulla que manejaba Jesús María Bolaño. El otro patrullero que recibiría el gesto de perdón de Arévalo es Santiago Garavito, de 20 años de edad también y el cual llevaba un mes y nueve días ejerciendo como uniformado de la Policía.
De hecho, Garavito era uno de los patrulleros que iba en el platón donde, de acuerdo con los testimonios conocidos por la Fiscalía, Núñez atacó a bala a los tres jóvenes para argumentar después que eran integrantes de las Autodefensas Gaitanistas de Colombia —como también es conocido el Clan del Golfo—.
Sumado a su versión, el padre del joven asesinado dijo que pudo haber una gran influencia del alto mando sobre sus subalternos a la hora de presenciar los crímenes.
“Creo que el actuar del oficial los indujo a errar”; empero, reprochó el hecho de que desconocieran el hecho antes de ser capturados. Al respecto, vale indicar también que los policías no aceptaron los cargos de homicidio agravado, tortura, privación ilegal de la libertad y destrucción de material probatorio imputados por la Fiscalía.
“Las víctimas fueron objeto de agresiones y padecimientos por heridas con elementos contundentes y arma blanca por parte de policías adscritos a la dirección de Infancia y Adolescencia del Departamento”, señaló el ente acusador en la audiencia de imputación, donde también se llegó a la conclusión de que el coronel destituido Benjamín Núñez fue el principal responsable de estas ejecuciones extrajudiciales.
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