Durante los últimos años, y en particular desde el plebiscito con referencia al Acuerdo Final de Paz (2016), medios de comunicación y analistas asumieron que Colombia está partida en dos. La actualidad social y política del país se caracteriza por la abundancia de discursos que enfrentan a la población colombiana. La rápida y amplia difusión de dichos discursos y su capitalización en el plano político permitieron el surgimiento de aseveraciones que concluyen que el país está muy polarizado.
Pero qué tan cierto es este escenario de polarización. El Estudio de Reconciliación y Polarización en Colombia de Movilizatorio, el laboratorio experto en transformación social que trabaja por promover la participación ciudadana de forma activa y consciente para una sociedad mejor, logró evidenciar que los perfiles morales de la población colombiana demuestran una relativa homogeneidad que permiten matizar la idea de que existe una fractura social profunda en el país.
Lo anterior quiere decir que, a pesar de la amplia percepción de polarización y de la polarización generada alrededor de agendas temáticas, existe en Colombia una unidad de valores morales sobre los cuales es posible construir grandes acuerdos de país.
Además, en el estudio se detectaron cuatro clústers psicográficos segmentados en función de las variables analíticas de demografía y preferencias políticas, panorama político y emociones hacia el país, valores morales, áreas temáticas y medios de comunicación y preferencias electorales.
Los clústers
Tradicionalistas: según el estudio, este grupo tiene entre sus características más representativas de ser el mayor defensor del statu quo y el de mayor afiliación religiosa al Catolicismo. Su apego al orden y a las instituciones de defensa y seguridad da cuenta de que éstas son entendidas como fundamentales para el logro de una mejor sociedad.
Aunque más del 50 % del grupo se autoreconoce como apático. Sus posiciones ideológicas se alinean con el patriotismo, el autoritarismo y con valorar positivamente el rol del hombre en la sociedad, así como con posiciones conservadoras en temas de género, fuerza pública y afiliación religiosa.
Indiferentes: en este perfil se ubicó como tendencia a personas que se caracterizan por manifestar su desconfianza frente a las personas e instituciones. Este grupo, que concentra a la mayor población joven, que tiene un perfil mayoritariamente urbano y los menores índices de afiliación religiosa, convive entre la aspiración de que existan esquemas fuertes de autoridad y orden y la incredulidad frente a que el sistema actual sea funcional.
De manera consistente con su desconfianza del gobierno, las instituciones y la gente en general, este clúster poblacional se muestra preocupado por la corrupción, el funcionamiento del sistema y la migración venezolana.
Pesimistas: entre las características que definen mayoritariamente a este grupo se encuentran personas con bajas condiciones materiales, carencias educativas y altos niveles de desempleo, lo cual explicaría que este segmento muestre tendencias a la valoración negativa del presente y el futuro, tanto individual como comunitariamente, identificándose como actores carentes de esperanza y víctimas del sistema.
Este es el segmento con mayor presencia de población rural, por lo cual se puede inferir que sea un segmento altamente afectado por el conflicto armado del país y su afiliación con estructuras autoritarias, denotando la añoranza de un sistema funcional y que proteja sus derechos. Este segmento se preocupa por la contaminación del agua, la corrupción y el sistema de salud.
Vocales: en este segmento las personas tienden a definirse por su autoreconocimiento como actor del cambio social. Los vocales se destacan entre otros segmentos, por su alta afiliación ideológica y participación en la vida política y comunitaria, y por su posición optimista frente al futuro y el funcionamiento de las instituciones.
También es el segmento que presenta un mayor consumo de medios alternativos de comunicación, que desconfía más de los medios tradicionales y que le asigna mayor responsabilidad a los medios sobre la división del país.
País homogéneo
Finalmente, de este estudio, que analizó más de 2.600.000 trinos durante 2020 y las respuestas de 2.000 encuestas, se puede concluir que Colombia es un país relativamente homogéneo en sus valores morales y demandas sociales. El reconocimiento de lo anterior conlleva a decir que no hay factores altamente determinantes para concluir que Colombia es un país completamente polarizado. Esto se profundiza cuando se entiende que los factores de división poseen una naturaleza temática/coyuntural, mientras que los factores de unión poseen una naturaleza sustancial.
A su vez, la influencia que tiene la base moral de la sociedad sobre las preferencias de la población colombiana predomina sobre la que podría tener la base ideológica o sociodemográfica. Factores de arraigo a la idea de lealtad, justicia, cuidado, pureza y autoridad son determinantes a la hora de entender cómo opera y se materializa la psicología de la población colombiana.
Además, se debe entender que la polarización en Colombia encuentra su nicho en un lugar discursivo ampliamente impulsado por actores que la instrumentalizan para generar condiciones favorables a sus intereses.
Prioridades y matices
Según aclara la socia directora de proyectos y estrategia de Movilizatorio, Lina Torres, entender y desarticular las dinámicas de polarización del país es una prioridad para acercar a la ciudadanía con causas y tomas de decisión.
A su vez, la investigadora asociada de Movilizatorio y experta en datos, María de los Ángeles Lasa, aseguró que el “Estudio de Reconciliación y Polarización en Colombia cuestiona la aseveración de que Colombia es un país polarizado y echa luz sobre un escenario más matizado donde la polarización es temática y coyuntural y la unidad es sustancial en aspectos centrales”.
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