La semana pasada fue bastante violenta y mortal para las personas que trabajan por sus comunidades y la defensa de los derechos humanos en el país, aparte de los tres homicidios de líderes sociales que se tenían reportados, se suman dos más en Antioquia y Risaralda respectivamente.
En el Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz) indicaron que una de las víctimas era Elmer Castañeda, quien fue ultimado con arma blanca el pasado sábado 20 de agosto en el barrio Galaxia, en el municipio de Dosquebradas, al norte de Pereira (Risaralda).
La misma ONG indicó que Castañeda fue en dos ocasiones candidato para el Concejo de la población en donde le quitaron la vida. También fue conciliador en la Asojuntas Comuna 10 y estaba encargándose de la preparación de las elecciones de la Federación Acción Comunal de Risaralda, donde iba a participar en una plancha alternativa.
Otro de los líderes sociales asesinados fue Luis Fernando Cuesta Lozano, de 28 años, quien fue ultimado por hombres armados el pasado lunes 16 de agosto en el barrio Primero de Mayo en el centro del municipio de Apartadó (Antioquia).
Indepaz indicó que Cuesta Lozano se destacó por el trabajo que llevó a cabo durante su vida por la comunidad de la mencionada población, históricamente afectada por la violencia del conflicto armado en Colombia. También fue candidato al Concejo Municipal por el Movimiento Cívico Cañizalistas y en la actualidad laboraba en un supermercado de la zona.
Se debe recordar que la semana pasada se había conocido de la muerte del líder indígena Mariton Jusayu Ipuana, de la comunidad wayuú en el municipio de Uribia (Guajira) quien formaba parte de las autoridades de esa etnia del norte de Colombia.
El hombre fue asesinado frente a su familia por hombres armados que después de amenazar a la comunidad de Malirrou, donde residía la víctima, ingresaron a su vivienda -hacia las 10 la noche del pasado jueves- y lo ultimaron, de acuerdo con la información preliminar que recogieron Indepaz.
En esa ONG señalaron que Jusayu Ipuana además de ser una autoridad indígena, también formaba integraba la organización Nación Wayuú.
“Hombres fuertemente armados, camuflados bajo la oscuridad de la noche, caminaron sigilosos hasta la comunidad, irrumpiendo la tranquilidad y procedieron a amordazar a todas las personas que a esa hora dormían”, citaron en la emisora RCN Radio de un comunicado de la mencionada asociación indígena.
Y, además, se reportó que en Puerto Wilches, (Norte de Santander) apareció el cuerpo sin vida de Carlos Rincón, presidente Asojuntas. Las autoridades indicaron que el hecho ocurrió en la vía que conduce al matadero municipal de la localidad, en donde un par de sujetos en motocicleta aprovecharon para atacar al dirigente cívico.
De acuerdo con las primeras informaciones que se conocen del hecho, el líder había sido amenazado con anterioridad en múltiples ocasiones y, según versiones preliminares, su nombre aparecía en los últimos panfletos que circularon de las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC), más conocidas como Clan del Golfo.
Según explicó RCN Radio, por las amenazas, Rincón había requerido un esquema de seguridad por parte de la Unidad Nacional de Protección (UNP) el cual le había sido otorgado.
Por su parte, el alcalde de Puerto Wilches, Jairo Toquica, manifestó que el municipio está de luto, ya que el líder se dedicaba desde hace varios años a apoyar diferentes causas sociales y a la constante lucha por los derechos humanos.
El otro líder asesinado fue Elmer Lenin Guerra Castro. La Gobernación de Antioquia confirmó que su cadáver fue recuperado por miembros de la comunidad cuando se inició su búsqueda, luego de que reportaran que los habían secuestrado junto con su esposa.
De acuerdo con la autoridad regional, Guerra Castro fue visto al pie de la carretera que conduce de la vereda Cañavera hacia el casco urbano de Segovia, sitio minado por la AGC y el Ejército de Liberación Nacional (ELN).
La Secretaría de Gobierno, Paz y No Violencia del departamento informó que Guerra Castro fue retenido por “armados ilegales” en el lugar conocido como El Aporreado, en el municipio de Segovia. En este mismo hecho fue retenida su esposa, Yuliana Galeano, quien apareció con vida luego de estar en poder de miembros de las Autodefensas Gaitanistas por más de 20 horas.
Según se informó desde la alcaldía de Remedios, Galeano –quien es secretaria de la Junta de Acción Comunal de la vereda El Carmen– llegó a Segovia y de inmediato fue atendida por personal médico.
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