Andrés Pastrana afirma que la reforma tributaria es “anacrónica, regresiva y desestimulante”

A través de su cuenta de Twitter, quien fuera presidente de Colombia entre 1998 y 2002, periodo desde el cual existe el impuesto del dos por mil, envió un mensaje al Partido Conservador para no apoyar el proyecto de Gustavo Petro

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Andrés Pastrana, expresidente de Colombia
Andrés Pastrana, expresidente de Colombia entre 1998 y 2002. Foto: Colprensa.

El expresidente de Colombia y cabeza visible del Partido Conservador, Andrés Pastrana Arango, opinó este miércoles 24 de agosto a través de su cuenta de Twitter sobre el nuevo proyecto de reforma tributaria, recientemente presentado ante el Congreso de Colombia por el ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo. También ha soltado críticas hacia la visita del Gobierno español al país y lo que él percibe que será la política antidrogas en la presidencia de Gustavo Petro.

Sobre la iniciativa para recaudar 25 billones de pesos en impuestos para programas sociales, Pastrana afirmó que los 40 miembros de la bancada conservadora en el Congreso debería abstenerse de apoyarla porque la considera “anacrónica, regresiva y desestimulante”, además de mermar los ingresos de los colombianos.

“El Partido Conservador no debe votar una Reforma Tributaria anacrónica, regresiva y desestimulante que golpea el bolsillo y las pensiones de los colombianos, y va en contravía de la generación de empleo y el crecimiento económico”, dijo en Twitter el expresidente.

Varias opiniones ha despertado el trino de Pastrana. Entre otras cosas, algunos ciberusuarios han volcado sus propias palabras contra él. Otros han cuestionado que el conservatismo estuviera dispuesto a apoyar reformas tributarias como la del exministro Alberto Carrasquilla, que desató el paro nacional de abril de 2021 —aunque el propio Pastrana se declaró en contra en aquel entonces—.

“La anacrónica es la opinión de @AndresPastrana_ sobre una reforma que precisamente busca corregir un sistema tributario que sí es regresivo”, mencionó la abogada Silvia Serrano (@silviajserranog).

Cabe recordar que, con su puño y letra, el señor Pastrana firmó el Decreto 2331 de 1998, dedicado a aliviar la situación crítica de la banca y el sector cooperativo de la época. El artículo 29 de esa disposición legal estableció “temporalmente, hasta el 31 de diciembre de 1999, una contribución sobre transacciones financieras como un tributo a cargo de los usuarios del sistema financiero y de las entidades que lo conforman”.

En cristiano, Andrés Pastrana fue el responsable de imponer el impuesto del cuatro por mil —en aquel entonces, dos por mil—, una medida que recauda cuatro pesos por cada mil en cualquier movimiento financiero. La medida lleva casi 22 años de vigencia porque sustraer dinero de las cuentas de las personas es sencillo en términos operativos. Además, no ha habido voluntad política de desmontarla pese a las consecuencias que ha traído consigo, como la desbancarización de algunos sectores de la sociedad que no quieren tributar.

Incluso el ministro Ocampo dijo que este impuesto continuará en el gobierno Petro, toda vez que sería una práctica manera de recaudación y representaría un rubro importante. “Continúa, no hay forma de reemplazarlo, llevamos no sé cuántos gobiernos y en ninguno hemos tenido una propuesta interesante de cómo reemplazarlo por otras fuentes interesantes de recaudo” aseguró.

Precisamente, el entonces presidente de la ANIF, Armando Montenegro, había calificado de regresiva esta medida impuesta que no tenía ningún propósito social —el propio texto del cuatro por mil explica que su recaudo está ”destinado exclusivamente a preservar la estabilidad y la solvencia del sistema”— y terminó afectando a quienes no tenían más opción que recibir la nómina en una cuenta.

“El impuesto a las transacciones financieras es regresivo, entre otras cosas, porque un grupo muy amplio, que no dispone de otro contacto con el sector moderno que el uso del sector financiero, termina pagando plenamente el impuesto (con razón se ha dicho que éste es un impuesto a la nómina) mientras que otros agentes económicos más sofisticados encuentran mecanismos para evadir o eludir el tributo”, dijo Montenegro en una columna para El Tiempo.

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