Este martes 23 de agosto, el ministro de Justicia de Colombia, Néstor Osuna, compartió una serie de propuestas que buscarían la transformación del sistema penitenciario en el país, en las que se priorizaría la reparación de las víctimas antes que el castigo penitenciario a los agresores.
El jefe de cartera, quien hizo parte de la instalación de la Comisión Accidental de Seguimiento, Vigilancia y Control de la Situación Penitenciaria y Carcelaria en la Comisión VI del Senado, señaló que desde el ministerio se han contemplado una serie de propuestas, que aún se encuentran en borrador, en las que se antepone la reparación de las víctimas sobre la cárcel, como medias de justicia restaurativa.
“Tenemos que pensar en un sistema de castigo que tenga como centro a la víctima. De qué le sirve a una persona que le hayan robado el celular, o que la hayan maltratado, o que haya sido víctima de cualquier delito, que su agresor pase una temporada en la cárcel. ¿No serviría más que organizáramos un encuentro entre el agresor y la víctima?”, señaló el ministro Osuna durante la sesión.
En ese sentido, compartió una propuesta, que fue considerada controvertida por algunos sectores, en la que se contempla que si un ladrón es capturado después de hurtar un celular, este deberá restaurar a la víctima con un equipo nuevo y debería pagar un semestre del servicio de telefonía.
En ese sentido, el ministro señaló que este tipo de propuesta podría que no fueran bien recibidas por la sociedad; sin embargo, indicó que la restauración y la reparación de las víctimas deben ser el propósito del sistema punitivo, en las que también se contemple el trabajo social.
“La justicia puede buscar la forma de reparar a las víctimas y eso puede ser más importante que el castigo penitenciario. Queremos buscar formas de mezclar el castigo tradicional con formas restaurativas donde la víctima propone cómo sería restablecida. Se lograría un acuerdo y, si eso restablece a la víctima, agresión o patrimonio, pues debe darse”, señaló el ministro Osuna.
Asimismo, señaló que se debía trabajar para que las cárceles se convirtieran en espacios de resocialización, una idea a la que se ha sumado la vicepresidenta Francia Márquez, y que involucraría al Ministerio de Educación, en la que se contempla llevar la universidad a los centros penitenciarios del país para la formación profesional de las personas privadas de la libertad.
En ese sentido, indicó que el desafío en esta materia era pensar en el tipo de educación, se debía priorizar en estos espacios para facilitar que los reclusos salieran de las cárceles y tuvieran altas posibilidades de empleo, asimismo, indicó que junto a la ministra de Trabajo, Gloria Ramírez, se ha contemplado la ampliación del Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA) para este propósito.
“La mejor forma de combatir la reincidencia es que las personas que han sido privadas de la libertad encuentren empleo. Tenemos que apostarle a esto. Una persona que tenga un empleo puede rehacer sus lazos sociales, familiares, espirituales, entonces las medias de resocialización que serán de formación profesional, técnica y medias culturales”, indicó el ministro, explicando que esta estrategia buscaría la educación artística de los reclusos.
Estas propuestas buscan hacerle frente al hacinamiento de las cárceles y la sentencia de la Corte Constitucional que ordena a los actores sociales un acuerdo para hacer de las cárceles sitios dignos y diseñar una política penitenciaria acorde a la Constitución.
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