Destruyen placa conmemorativa a don Raúl Carvajal quien protestó por el asesinato de su hijo que se negó a perpetrar ‘falsos positivos’

Un despreciable hecho de vandalismo denunció el Movimiento de Víctimas de Crímenes de Estado (Movice) luego de que fuera destruida la placa conmemorativa de don Raúl Carvajal, el adulto mayor que protestó durante casi una década en un camión, donde vivió los últimos años de su vida, al señalar que el homicidio de uno de sus hijos, que era militar, quedó en la impunidad y se habría dado porque se negó a perpetrar ‘falsos positivos’.

“La placa en memoria de Raúl Antonio Carvajal Pérez, más conocido como “Don Raúl”, víctima del falso positivo de su hijo Raúl Antonio Carvajal Niño, ha sido destruida”, informaron en su cuenta oficial de Twitter, junto con una foto en la que se evidencian los daños a la losa en la que se mencionaba la lucha del señor Carvajal.

Seguido, en el Movice pidieron a los ciudadanos que se respetara este homenaje al padre de una de las víctimas que dejó la macabra práctica de algunos militares, durante el gobierno del expresidente Álvaro Uribe, con la que buscaban beneficios y prebendas al presentar la mayor cantidad de subversivos abatidos, pero que años después se estableció que eran civiles inocentes o guerrilleros en estado de indefensión que los mismos uniformados asesinaron, crímenes que se denominaron como ‘falsos positivos’.

“Exigimos protección y respeto por las expresiones de memoria de las víctimas de crímenes de Estado”, agregaron en su mensaje.

Don Raúl murió sin conocer la verdad de lo que le ocurrió a su hijo

El honorable adulto mayor falleció en junio del año pasado como una de las miles de víctimas que dejó el covid-19 en Colombia. Pese a su avanzada edad pasó los últimos años de su vida en un camión donde protestó contra los gobiernos de los expresidentes Álvaro Uribe, Juan Manuel Santos e Iván Duque ante la impunidad en el esclarecimiento de la muerte de su hijo quien formaba parte del Ejército de Colombia.

Aseguró, hasta su último suspiro, que los asesinos estaban dentro de esa misma institución y se sustentaba en una llamada que tuvo con su hijo días antes de su muerte en la que, al parecer, este le había contado que se iba a retirar de la fuerza militar porque lo estaban obligando a asesinar campesinos para hacerlos pasar como guerrilleros muertos en combate. “Las cosas se están poniendo feas”, le dijo en su momento el cabo, relató varias veces Don Raúl.

En febrero de 2011, cuando Juan Manuel Santos ya era presidente de Colombia, Don Raúl logró hablar con Álvaro Uribe y lo señaló como uno de los culpables de la muerte de su hijo. “Ustedes son unos asesinos, si no tuvieran que ver con el asesinato de mi hijo hubieran dejado que se investigara”, reclamando por las indagaciones que se adelantaron en ese tiempo y que no han dado un resultado claro.

El Ejército le informó que su hijo, el cabo primero Raúl Antonio Carvajal Londoño, fue dado de baja en aparente combate con la guerrilla el 8 de octubre de 2006.

En esa misma llamada el militar le contó que iba a ser abuelo y que en diciembre de 2006 le llevaría a conocer a su nieta, promesa que no se cumplió.

En el informe que recibió Don Raúl ese mismo año, le dijeron que su hijo fue asesinado en el Cerro de la Virgen por la columna Arturo Ruiz de las Farc en conjunto con la columna de Héctor del Eln, pero Medicina Legal indicó que no se podía establecer con qué armamento fue asesinado el cabo porque el cuerpo fue manipulado.

Según el informe que dio a conocer el teniente Dimir Pardo Peña comandante de la unidad Destructor Uno, todo se dio en el marco de una operación denominada como ‘Serpiente’ que estaba bajo la comandancia de la Segunda División de la Brigada Treinta del municipio de El Tarra, Norte de Santander. Ese informe dice que el 8 de octubre de 2006 hubo enfrentamientos con la Arturo Ruiz y que ahí cayó el cabo.

Pero el comandante de de la estación de Policía de ese municipio, intendente Pedro Miguel Mendoza Álvarez, dijo que entre el 5 y el 12 de octubre de ese año no hubo ningún hecho de alteración del orden público entre el Ejército y grupos guerrilleros. Lo mismo apoyó el personero municipal que no conoció de ninguna actividad relacionada.

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