El pasado sábado, en el corregimiento de Cuturú del municipio de Caucasia (Antioquia), las autoridades reportaron un doble homicidio tras lo que sería un enfrentamiento entre integrantes de los grupos armados al servicio del narcotráfico Los Caparros y las Autodefensa Gaitanistas de Colombia, más conocidas como Clan del Golfo.
Según informaron en la emisora Blu Radio, la comunidad, que permanece confinada ante la oleada de violencia, reportó de un intercambio de disparos en una de las vías del barrio Punta de Piedra, en la mencionada población del Bajo Cauca antioqueño.
Según la información preliminar, se trataría de alias Pablito y de ‘Chicharrón’, quien recientemente había purgado una condena en la cárcel.
Entre tanto en el periódico El Colombiano consultaron con Juan Gabriel Rodríguez, personero de El Bagre, quien confirmó que hay una disputa por las rentas criminales entre los dos grupos descendientes de las extintas Auc y la guerrilla del Eln.
“Preocupa los últimos hechos de violencia, secuestro, torturas y la indolente práctica de desaparecer y tirar los cuerpos al río”, señaló en el diario de medellinense.
De hecho el funcionario indicó que los municipios que conforman esta subregión de Antioquia hay un incremento en los enfrentamientos, en especial en Tarazá, Zaragoza, Cáceres, El Bagre, Caucasia y Nechí.
Ante la situación, en el Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz) alertaron porque los enfrentamientos estarían respondiendo a un fenómeno de violencia transnacional en el que podría exacerbarse la violencia entre estos grupos que históricamente delinquen en esa zona del país.
“Esto puede generar una nueva ola de violencia debido a que hay grandes antecedentes de enfrentamientos entre esos dos grupos, ya que es un corredor estratégico geográficamente en el triángulo del Bajo Cauca antioqueño sur de Córdoba, y el norte de Antioquia, una zona de disputa y despliegue de grupos armados ilegales como (El Clan del Golfo), Los Caparros, así como la presencia histórica del Eln y los frentes 18 y 36, (disidencias de las extintas Farc)”, explicó Leonardo González, coordinador del Observatorio de Derechos Humanos de Indepaz.
Lo más grave, explicó el experto, es la oleada de violencia deriva de la guerra total que libran carteles mexicanos que tienen presencia en Colombia.
“Como lo sucedido en Cáceres y Tarazá en el 2021, donde se incrementaron las masacres y homicidios selectivos por los enfrentamientos entre estos grupos, esto también puede suceder en este año. Mucho tiene que ver las disputas entre los cárteles mexicanos de Sinaloa y Jalisco nueva generación en México pues estas se trasladan a Colombia donde (los grupos armados ilegales mencionados) les garantizan la seguridad para producción transformación transporte de base de coca”, agregó González.
Precisamente, el pasado viernes fue asesinado en Segovia (Antioquia) Elmer Lenin Guerra, un líder social que se desempeñaba como Coordinador de Trabajos Comunitarios de la Junta de Acción Comunal de la vereda El Carmen del municipio de Remedios.
La Gobernación de Antioquia confirmó que el cadáver fue recuperado por miembros de la comunidad cuando se inició su búsqueda, luego de ser reportado su secuestro.
De acuerdo con la autoridad regional, Guerra Castro fue visto al pie de la carretera que conduce de la vereda Cañavera hacia el casco urbano de Segovia, sitio minado por la AGC y el Ejército de Liberación Nacional (ELN).
Este viernes la Secretaría de Gobierno, Paz y No Violencia informó que Guerra Castro fue retenido por “armados ilegales” en el lugar conocido como El Aporreado, en el municipio de Segovia. En este mismo hecho fue detenida su esposa, Yuliana Galeano, quien apareció con vida luego de estar retenida por más de 20 horas por miembros de las Autodefensas Gaitanistas.
Según se informó desde la alcaldía de Remedios, Galeano –quien es secretaria de la Junta de Acción Comunal de la vereda El Carmen– llegó a Segovia y de inmediato fue atendida por personal médico que la está valorando.
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