El fenómeno de ‘La Niña’, de acuerdo con lo que reportó la Defensoría del Pueblo, el pasado domingo, tiene a 100 municipios en alerta. Inundaciones y deslizamientos de tierra azotadas a las comunidades de diferentes sectores del país. Según lo argumentado por esa entidad, es necesario que el Sistema Nacional de Riesgo de Desastres adopte ‘medidas urgentes’ para evitar tragedias y contrarrestar los efectos negativos que trae consigo la temporada de lluvias. La Defensoría calificó de preocupante la situación, pues, según datos del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), tan solo en la última semana, 70 municipios están en alerta roja por riesgo de inundación y 29 por deslizamientos.
Tal y como se evidencia en los conteos que expuso la autoridad, el departamento que mayor exposición tiene a inundaciones es Antioquia, con 17 de sus municipios en riesgo. Le siguen Casanare, con 15; el Meta, 15; Bolívar, 11; Cesar, 4; Córdoba, 3; Atlántico, 2; Guaviare, 1; Santander, 1 y Vichada, 1. A esto se suma que Antioquia tiene 12 municipios en riesgo de deslizamientos; Meta, 4; Casanare, Cesar y Santander 2. Boyacá, Caldas, Cundinamarca, Magdalena, Nariño, Norte de Santander y Risaralda tienen un municipio, cada uno, en peligro. “Por eso, es urgente que el sistema de riesgo tome medidas inmediatas”, argumentó el Defensor del Pueblo, Carlos Camargo.
“Son preocupantes los riesgos y las consecuencias que puede traer el fenómeno de la Niña a las comunidades más apartadas y vulnerables. Si no se toman medidas urgentes pueden presentarse condiciones que afecten los derechos humanos”, añadió Camargo. En medio de su intervención, resaltó que las comunidades, en medio de estas situaciones, ven afectados sus derechos de vivir en ambientes sanos. Destacó que los ciudadanos ven vulnerada su salud, su trabajo, su vivienda, su seguridad alimentaria y su acceso al agua. Es de recordar que de acuerdo con la Organización Meteorológica Mundial, el fenómeno de La Niña podría mantenerse vigente hasta el año 2023.
Durante la semana pasada, el Ideam informó que para el segundos semestre de este año, las precipitaciones pueden llegar a tener una intensidad entre un 80 % entre débil y moderada. “El modelo de predicción climática del Ideam para la precipitación estima durante el trimestre consolidado agosto-septiembre-octubre, volúmenes superiores al 30 % por encima de los promedios históricos en la mayor parte de la región Caribe y Andina. Para el resto del país se prevén precipitaciones propias de esta época del año”, comunicó la entidad.
Teniendo en cuenta datos de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), entre marzo y junio de este año 80 personas murieron en Colombia como consecuencia de las lluvias. Así mismo, se calculó que hubo unas 34.114 familias damnificadas. Hacia el 2021, añadió la Defensoría del Pueblo, ocurrieron 802 inundaciones, lo que superó las cifras de lo ocurrido en el año 2020, en el que se contabilizaron 428.
Para el año 2022, según la UNGRD, se tiene contabilizado el fallecimiento de 170 personas fallecidas como consecuencia de las variaciones climáticas. También se tiene registro de 186 heridos, 25 desaparecidos, 810 viviendas destruidas y 40.810 viviendas averiadas.
En medio de esta coyuntura, también durante la semana pasada, desde esa misma organización se entregó una lista de lineamientos que indicaban la ruta a seguir frente a lo que podría generar este fenómeno natural en el país.
“Este tipo de evento puede tener efectos en la salud de las personas, por ejemplo, aumento de las Infecciones Respiratorias Agudas (IRA) incluida la posibilidad de un mayor contagio por Covid-19, incremento de las Enfermedades Transmitidas por Vectores (ETV), aumento de las enfermedades transmitidas por agua y alimentos (Enfermedad Diarreica Aguda – EDA, Hepatitis A, Fiebre Tifoidea y Paratifoidea y cólera) por la afectación de los sistemas de abastecimiento de agua para consumo, incidencia de agresiones de animales potenciales transmisores de rabia y ponzoñosos e incremento de accidentes ofídicos, entre otros”, reveló Luis Fernando Correa, jefe de la Oficina de Gestión Territorial de Emergencias y Desastres.
“Todo lo anterior nos debe animar a prepararnos de mejor forma para que el sector salud pueda enfrentar esta temporada (...) Algunas de las recomendaciones son: Identificar y fortalecer la vigilancia epidemiológica, realizar articulación intersectorial de las direcciones departamentales, distritales y municipales, disponer de insumos y logística para responder a los eventos de salud que pudieran incrementarse con esta segunda temporada de lluvias y las clínicas y hospitales deben activar sus planes de emergencia y contingencia”, agregó en su intervención.
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