Luego de cuatro días de retraso y la ola de indignación que causó la ausencia de Gustavo Petro en la fecha inicial —el pasado martes 16 de agosto—, el evento de reconocimiento de tropas finalmente tuvo lugar caída la noche del sábado 20, en presencia del presidente de Colombia y el ministro de Defensa, Iván Velásquez.
En el discurso que el mandatario dio frente a los uniformados que desde ahora están a su servicio, Petro afirmó que el soldado está al servicio del pueblo —y no al contrario— y que este entregó un mandato de cambio al elegirlo a él, de modo que los integrantes de la Fuerza Pública tendrán que ayudar a posibilitar dicho cambio.
El presidente reconoció la función de protección a la soberanía del país que ejercen estas fuerzas. Acto seguido, señaló que la amenaza más grande a la soberanía es la operación de carteles narcotraficantes del extranjero, que usan los recursos naturales y humanos del país sin permiso, y adquieren armas poderosas para delinquir a costillas de Colombia en redes internacionales complejas.
“¿Cómo quitamos ese riesgo de la historia y del futuro de Colombia? Es una tarea que tiene que continuar indudablemente si pasamos de estas violencias hacia un país en paz, porque el país tiene que defenderse de ese tipo de crimen multinacional, saberlo, entender y saberlo desactivar antes de que cause un inmenso daño en el corazón de la patria, en la democracia”, afirmó el mandatario
Otra amenaza a esta soberanía, añadió, es el deterioro de los recursos naturales del país, en cuya ausencia los colombianos tendrían que huir al exterior para satisfacer sus necesidades básicas, como el acceso al agua: “si se quema la selva amazónica, no hay agua en Colombia. Si no hay agua en Colombia, nos pasa lo que sucede en Centroamérica: nuestro pueblo se va hacia el norte en éxodo, no solo ya por las circunstancias de la violencia actual, sino porque aquí no hay agua y en el norte habría agua”, anotó Petro.
“¿No se destruiría, entonces, la soberanía nacional si nuestro pueblo se va? ¿No se convierte, entonces, en un asunto de seguridad nacional el cuidar desde ya la selva amazónica y lograr que su frontera vuelva a ser su frontera natural?”, preguntó el presidente.
Además, Petro propuso que las Fuerzas Militares tengan una vocación investigativa y de servicio comunitario para impulsar la industria nacional, para lo cual usó ejemplos como los ejércitos de Japón y Estados Unidos. Entre otras ideas de empresa, sugirió la posibilidad de crear servicios fluviales de transporte comercial de pasajeros.
“La investigación y la industrialización pueden ser objetivos legítimos y absolutamente fundamentales de unas fuerzas militares disciplinadas que se pongan en esa tarea. Yo los invito a hacerlo. Los invito a crear empresas”, puntualizó.
También propuso, al igual que en la transmisión de mando de la Policía, que se profesionalice a todo el personal y que el acceso a los cursos de ascenso no se obstaculice por falta de recursos económicos de los uniformados con mayor vocación y compromiso.
“Si quitamos los costos económicos que son barreras de entrada —dicen los economistas así lo llaman— del equipo, de las sábanas, del uniforme que se cobra, etcétera, que puede llegar a ser 20 millones —la cifra exacta no la tengo—, el hijo de un campesino se puede volver general. Eso se llama paz. Entonces, invitaría a estudiar este tipo de reforma. Sí, nos quita una diferenciación social al interior de las fuerzas militares en general, pero vuelve a las fuerzas militares populares, juntas al pueblo, base de la democracia, base de la nación”, explicó el mandatario.
Finalmente, Petro afirmó que “lo que alcanza la paz es la unión entre las Fuerzas Militares y su pueblo, que tenemos que alcanzar porque se ha roto en muchas partes del país por falta de confianza, por hechos terribles, pero que tenemos que reconstruir”.
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