16 mujeres trans han sido asesinadas en lo que va del 2022: observatorio PREDIVA

De acuerdo con la directora de la Fundación Grupo de Acción y Apoyo Trans (GAAT), Danne Aro Belmont, hubo un aumento del 27% respecto al último registro que se tenía hasta el año 2021 para el Día de la Memoria Trans

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Marcha Trans en Colombia - 2020

Foto: Colprensa
Marcha Trans en Colombia - 2020 Foto: Colprensa

En diciembre del año pasado, de acuerdo con cifras de la Defensoría del Pueblo, se supo que 35 mujeres transgénero habían sido asesinadas en Colombia. Para el año 2020, según reportó la organización Colombia Diversa, perdieron la vida de manera violenta 45 de ellas. En lo que va del 2022, ya se contabilizaron 16 decesos dentro de esa población. El caso más reciente ocurrió esta semana, en la noche del pasado 19 de agosto. Fue en la zona de bares de la avenida Primera de Mayo de Bogotá cuando Danna Alejandra Navas Corredor recibió un impacto de bala en medio de una riña.

Eran las once de la noche cuando se registró una pelea en ese sector. Danna, que se encontraba con otras personas departiendo allí, fue atacada con un arma de fuego. Aunque fue trasladada, todavía con vida, al hospital de Kennedy, falleció horas más tarde. De acuerdo con lo que se sabe del caso, no se conoce la identidad de quien detonó aquel artefacto.

“Hicimos la denuncia justamente llamando a las instituciones a prestarle atención a estos casos de violencia y discriminación que terminan con el asesinato de nuestras compañeras en diferentes contextos. La mayoría de estas muertes siguen sin ser investigadas y muchas de las investigaciones no llegan a términos que puedan la facilitar la captura de los responsables y de la judicialización”, comentó sobre la muerte de Danna la directora de la Fundación Grupo de Acción y Apoyo Trans (GAAT), Danne Aro Belmont.

Ella misma, teniendo en cuenta los cálculos del observatorio PREDIVA, confirmó que en lo que va de este año han fallecido 16 mujeres trans como consecuencia de hechos violentos. “Este tipo de acciones y el contexto en los que se desarrollan nuestras identidades como personas trans, es también un llamado para que como sociedad revaluemos mucho esto lugares en los que nos permiten solo habitar y vivir. Esto tiene que ver con temas como discriminaciones y violencias que nos impiden que nuestras identidades puedan habitar otro tipo de espacios”, dijo la directiva de esa organización.

“Hay un aumento del 27 % del último registro que teníamos hasta el año pasado para el Día de la Memoria Trans el 20 de noviembre. Esto enciende una alarma porque quiere decir que estos hechos de violencia y discriminación que han ido en aumento, desde la pandemia (...) estas investigaciones tienen que hacerse con enfoque de género que permita identificar realmente qué es lo que ha ocurrido alrededor de las muertes, no solo de Danna”, concluyó Danne Aro Belmont.

Belmont, en semanas pasadas, se convirtió en noticia en el país luego de que expusiera la cantidad de procesos violentos que vivió desde los 16 años al hablar libremente de su orientación e identidad sexual. Además de ser sometida a exámenes médicos y psiquiátricos, fue llevada a una iglesia cristiana con el objetivo de que se ‘convirtiera’ en un hombre cisgénero heterosexual.

“Me llevaron al púlpito. Empezaron a rezar, a empujarme con la mano en cabeza, estábamos en una sesión como de culto que duró más o menos una hora y media, y al final de este proceso todas las personas que estaban allí teníamos que responder si seguíamos siendo gay, o no (...) Lo que te dicen en ese espacio es que tienes un demonio o un espíritu y que a través de estos rezos vas a dejar de ser gay, bisexual o trans”, contó la directora de la Fundación Grupo de Acción y Apoyo Trans (GAAT) en una entrevista con el programa de investigación del canal Caracol ‘Los informantes’.

Allí me obligaban a estar de pie en este espacio mientras me hacían rezos, mientras me echaban agua bendita, mientras me decían que tenía un demonio que tenían que sacar y que tenían que limpiar. Este proceso se fue extendiendo por muchas horas y eso hizo que no pudiese ir a comer o dormir al mismo tiempo que las personas que estaban en ese espacio”, añadió a su relato.

De acuerdo con la fundación que ella misma encabeza, una de cada cinco personas pertenecientes a la comunidad LGBTTOQ+ es sometida a estas ‘terapias de conversión’.

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