Estudios le aconsejan al Ministerio de Transporte no colocar tranvía por la Carrera Séptima

El debate sobre la implementación de un sistema de movilidad masiva, en este corredor principal para Bogotá, que no lo tiene, ha sugerido alternativas diferentes a la construcción de Transmilenio. ProBogotá considera que son más viable otros mecanismos, por ejemplo, los carriles exclusivos.

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Imagen del que sería uno
Imagen del que sería uno de los corredores verdes de la carrera Séptima. Foto: Alcaldía de Bogotá

Desde la creación y construcción de Transmilenio, siempre se ha tenido la idea que el sistema de transporte masivo de Bogotá, más importante de la ciudad, pase por todas las vías principales, pero siempre ha existido la resistencia que los articulados pasen por la Carrera Séptima, algunos alegan que podría agudizar problemáticas referentes a la contaminación ambiental y de ruido; no obstante, ese corredor está necesitando que se le implemente y regule el servicio de movilidad. Desde el gobierno nacional propusieron el tranvía, pero una serie de estudios presentados por la Fundación para el progreso de la Región, considera que no es viable.

Esta semana la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, sostuvo una reunión con el ministro de transporte, Guillermo Reyes, y la Gobernación de Cundinamarca, donde se siguió discutiendo sobre la continuidad del proyecto Regiotram, allí se determinó que de acuerdo al Conpes, acuerdo pactado con la nación, se determinó que se implementaría la vía férrea por la Carrera Novena; además, se construiría un corredor verde por la Carrera Séptima.

Esto último sería un proyecto de tres tramos, que supuestamente, es más económico que construir Transmilenio, además, es mucho más amigable en términos ambientales. La primera parte iría desde el centro, Calle 1 hasta la Calle 40; la segunda sería desde ese punto, en la localidad de Chapinero, hasta la Calle 100 y el último, abarcaría Usaquén, o sea, desde la Calle 100 hasta la Calle 200.

“Es normal y bienvenido que el gobierno Nacional quiera revisar y tenga propuestas en los proyectos. Tenemos la fortuna de tener un ex alcalde de presidente. En vez de generar preocupación nos alegra y garantiza mayor conocimiento y rigor técnico para sacar los proyectos adelante”, manifestó la alcaldesa Claudia López.

Esto mismo lo expresó el ministro Reyes, asegurando que la idea viene desde la administración de Gustavo Petro, por eso, se le sugirió a la alcaldesa de Bogotá que nuevamente explore esa opción:

“El presidente, que es un abanderado y defensor del tranvía, no solo para Bogotá, sino para ciudades intermedias y grandes, busca demostrarle a la alcaldesa que la opción de tranvía por la Carrera Séptima es la solución, técnicamente, más viable (...) No se trata de acabar con los transmilenios, se trata de que puedan convivir”, explicó Reyes en Blu Radio.

No obstante, desde ProBogotá consideran que el proyecto en vez de ayudar, podría complicar aún más la movilidad en ese corredor. Esto sustentado en varios estudios, que se han realizado desde hace más de dos décadas, concluyendo que lo mejor eran seguir implementando los carriles exclusivos.

“Este sistema debe conectar los nodos de empleo y vivienda entre el nororiente y el centro de la ciudad, y además ofrecer espacio público accesible para bici usuarios, peatones y zonas verdes”.

ProBogotá agrega que en el 2018 se iba a implementar el Transmilenio por la Séptima, pero, que precisamente la administración de Claudia López desestimo el proyecto, en busca de alternativas “más verdes”.

“Desde 1997 la cooperación japonesa - JICA -, concluyó que la alternativa de movilidad para la Séptima en la implementación de carriles exclusivos para buses, propuesta que sirvió de fundamento técnico para el CONPES 3093 de 2000 - Sistema de servicio público urbano de transporte masivo de pasajeros de Bogotá”.

Estos carriles tendrían mayor capacidad para el transporte que el tranvía, ya que la longitud de los trenes generaría bloqueos en la movilidad vehicular, además sería mucho más costoso, estiman que un kilómetro costaría 20 millones de dólares, en cambio 9 kilómetros de carriles exclusivos valdrían unos 9 millones.

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