Jóvenes asesinados en Sucre: sobreviviente aseguró que uniformados amenazaron con violarlo y matarlo

Se vio involucrado en los hechos cuando recibió una llamada en la que le advertían que su hermano, Carlos Ibáñez, estaba detenido en el cruce que une las vías a Chochó, Corozal, Sampués y Sincelejo

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Joven habla de la masacre
Joven habla de la masacre

Al caso de la masacre del Chochó, en Sucre, le siguen surgiendo nuevas aristas. Tras la muerte violenta de tres jóvenes, presuntamente, a manos de uniformados de la Policía Nacional, ciudadanos han salido a hablar de lo ocurrido aquel 25 de julio. Fue esta semana que una de las madres de las víctimas aseguró que casi pierde a otro de sus hijos por el abuso de poder de la fuerza pública del país. Su hijo, Juan Camilo Ibáñez, se sumó al testimonio y reveló lo que ocurrió ese día, cuando fue abordado por integrantes de esa institución que lo amenazaron de asesinarlo y violarlo. En el homicidio múltiple, perdió a uno de sus hermanos y a dos amigos. Su relato fue recogido por el noticiero del Canal Caracol.

Tal y como reveló, fue golpeado por cerca de una decena de policías. Durante los hechos, recibió las amenazas de muerte y de abuso sexual. Se vio involucrado en los hechos cuando recibió una llamada en la que le advertían que su hermano, Carlos Ibáñez, estaba detenido en el cruce que une las vías a Chochó, Corozal, Sampués y Sincelejo. Llegó hasta la zona y. al igual que su familiar, fue retenido a la fuerza. Los policías, recuerda él, le preguntaban si él era cómplice de los jóvenes detenidos. Es de recordar que los tres fueron acusados de haber, supuestamente, asesinado a un patrullero. Según los uniformados, los tres eran integrantes del Clan del Golfo.

A Juan, cuenta, le quitaron sus pertenencias, entre ellas, su documento de identificación. “Después me cogen por el buzo y me estaban ahorcando. A mí me llevaban tres. Me estaban ahorcando. Yo lo único que decía era ‘suéltenme que me están ahorcando’”, relató al detallar que, posterior a ellos, perdió de vista a su hermano. Fue después cuando se conoció que los jóvenes estaban muertos y que, al parecer, habían sido asesinados violentamente por el coronel Benjamín Núñez mientras iban en camino, en una ambulancia, hacia la clínica María Reina de Sincelejo.

Jóvenes asesinados en Sucre
Jóvenes asesinados en Sucre

Mientras el homicidio se perpetraba, los policías entregaron a Juan Camilo a un grupo de policías de la Sijín, quienes, según él, también lo golpean. “Me entregan a ellos. Ya cuando me entregan a ellos, el muchacho me coge por el brazo y me dijo: ‘Súbete al carro’. Yo me subí al carro. Cuando me estoy subiendo al carro me pegan una trompada por la cabeza”. Llegaron, finalmente, hasta la casa en la que vivía su hermana, en donde los uniformados empiezan a destruir sus pertenencias. Lo mismo hicieron en la casa en la que Juan Camilo vive con su esposa.

“Pegaron una patada en la puerta y la abrieron a la fuerza. Y se metieron apuntando a la suegra y a todo el mundo ahí. Y como ahí hay un peladito, tiene un año y medio, al peladito también le dieron un golpe en el ojo derecho. Diciendo que en qué parte tenía yo la pistola. Y la suegra decía: ‘¿Cuál pistola?, si él no tiene pistola’. ‘Búsquela, búsquela, ¿Dónde está la pistola del bandido ese?’”, destacó.

Juan Camilo terminó, de nuevo, en el carro con los funcionarios de la Policía, y fue golpeado y amenazado de nuevo. Fue llevado a una zona apartada y obligado a arrodillarse. En ese momento, dice él, sintió que moriría. “Me dejaron solo dentro del carro y acá afuera hablaban de que me querían matar, que me querían matar. ‘Vamos a matar a esa gonorrea’. Yo les decía: ‘Pero por qué me quieren matar si no estoy haciendo nada malo (...) Cuando me estaban bajando (del carro), me jalaron por el suéter, por las manos, me echaron al piso enseguida. Cuando me tiraron al piso, me quitan el pantalón y me dejaron en bóxer (...) Vamos a violar a ese hijueputa pelado. Vamos a violar a esa gonorrea’, me decían”, puntualizó.

En medio de las torturas de las que aseguró haber sido víctima, uno de los Policías le dijo que tenía dos segundos para salir corriendo y huir de la situación. “Yo voy corriendo con el dolor, yo no podía correr de tanto golpe. Iba caminando y corriendo hasta que llegué a una finca y me metí en la finca, donde está el corral, pum caí en el piso, no podía ni pararme”, recordó. Sobre las diez de la noche, logró llegar a su casa. “¿Qué tal si a mí me hubiesen matado, qué tal que mi mamá hubiese sabido que fueron dos? ¿Cómo estuviera esa muchacha ahora en estos momentos? Dos hermanos muertos, imagínese usted”, concluyó.

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