Luego de que las cámaras de seguridad de un consultorio odontológico captaran la manera en que la excongresista Aida Merlano se fugó en 2019, muchas incógnitas han surgido, no solo con el plan para su escape, sino porque hasta el momento la información brindada por ella no había sido suficiente.
Ahora, Merlano Rebolledo indicó que el salto que dio desde aquel consultorio fue una “cosa de Dios” y dio a conocer un nuevo relato sobre la forma en que se planeó su fuga sin dejar de lado su sorpresa, pues para ella es inexplicable cómo se ejecutó el plan que actualmente la tiene prófuga de la justicia colombiana y detenida en Venezuela.
De acuerdo con su declaración, el día de los hechos llegó al centro odontológico “y pensaba fugarme, porque el grupo o la organización que se cuadró me dijo que debía tirarme del consultorio privado del doctor Mauricio. Cuando fui al baño y me siguió el señor dragoneante, entendí que por ahí no podía tirarme, porque él me podía ver”. También dijo que en ese momento ella fue al baño y se despojó de todos los accesorios que tenía puestos.
Acto seguido, señaló que pese a que el plan estaba hecho a la medida para no correr riesgos, ella tuvo que improvisar, pues una vez dentro del consultorio se dio cuenta que la fuga no estaba garantizada. Al respecto, precisó que estuvo pendiente de todos los movimientos que realizaba el odontólogo.
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“Yo le pregunto qué va a hacer con eso y él me dice: esto es basura; le dije: tranquilo, la tomé y la boto. Se la arrebate prácticamente de las manos y simulé que la iba a botar, pero lo que hice fue esconderla en mi camisa mientras él volteaba a otro lado y yo después saqué esa basura”, narró la excongresista por el Partido Conservador.
Posteriormente, se percató de que era imposible fugarse por el sitio que estaba planeado, por lo cual decidió improvisar a último momento, y un ventanal del consultorio fue su escape, sin calcular la altura sobre la cual tenía que saltar para dar a la calle. “(...) Empecé a mirar y me di cuenta de que este consultorio tenía vista hacia la calle, justo del lado del parqueadero, pero la ventana era muy angosta; yo presioné mi cabeza y entró, y dije: si entra mi cabeza, entra mi cuerpo”. En ese momento se le ocurrió lanzarse.
Por todas aquellas circunstancias, Merlano Rebolledo dijo que su escape se trató de una “cosa de Dios”, pues a última hora gran parte de su plan quedó en nada y tuvo que actuar rápido.
Finalmente, su fuga se dio, y en su declaración detalló que, en el momento en que se disponía a lanzarse por la estrecha ventana, “cogí la cuerda que ya venía preparada con un torniquete. Se supone que yo debía utilizarlo del otro lado, pero yo sabía que el vigilante iba a llegar conmigo hasta ese cuarto y no había forma, porque me iba a ver”.
También relató que al primer descuido del odontólogo y su familia, agarró el bolso que llevaba consigo y lo lanzó por la ventana donde había dejado la tula antes de lanzarse. Después, cayó al suelo y a los pocos segundos se subió a una moto para emprender rumbo desconocido.
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