Los ganaderos consideran que ellos solos no deben cargar el peso de la reducción de precios del ganado, porque mientras se disminuye su poder adquisitivo, su ingreso y su utilidad, el precio de la carne de res continua en tendencia ininterrumpidamente ascendente.
Consideran que este factor debe regirse en las leyes de la economía de la libre oferta y la demanda, pero que las variaciones no se transmiten como es debido a través de toda la cadena. Manifiestan su alto grado de incertidumbre ante el comportamiento registrado en este renglón de la economía nacional y solicitan a las grandes superficies disminuir el precio de la carne de res.
Ante el nivel de la evolución atípica de los precios al consumidor, solicitaron la intervención de las autoridades, particularmente de la Superintendencia de Industria y Comercio y alcaldías (Secretarías de Gobierno y directores de Justicia), para esclarecer esta situación.
En ese sentido se expresaron ganaderos, líderes y estudiosos del sector de varias regiones a lo largo y ancho del territorio colombiano.
Cesar
En el departamento del Cesar, dos ganaderos y líderes del sector ganadero se refirieron a la frágil y desventajosa situación que viven con esta coyuntura.
Para el líder gremial Óscar Daza, “el aumento del precio de la carne al consumidor final no está respondiendo a la oferta y la demanda del mercado”.
Al ganadero se le bajó el precio del ganado en un 18 % aproximadamente y esa reducción no se refleja en el precio final. “El diferencial se lo están ganando indebidamente algunos actores de la cadena cárnica que no responden a la baja del precio al ganadero”, replicó.
Dijo estar completamente de acuerdo con la solicitud de Fedegán de que la Superintendencia de Industria y Comercio investigue sobre el asunto. A juicio de Daza, se debe tener consciencia de que la inflación, así como el aumento de los precios de los insumos, son muy altos y afectan ostensiblemente la producción ganadera bovina del país.
El gerente del Fondo Ganadero del Cesar, Hernán Araújo Castro, aseguró que la ganadería colombiana que se supone es una cadena de producción de carne y leche, tiene unas tipologías que llaman la atención y generan preocupación.
“En el primer eslabón, el precio de compra a los ganaderos es variable y obedece al comportamiento del mercado, esa es la lógica. Extrañamente, cuando el precio de compra al productor baja, esta circunstancia no se refleja en el comportamiento del precio al consumidor, el cual se estabiliza a los ojos de todo el país y, algo aún peor, refleja inexplicablemente una tendencia permanente al alza, con una oferta en crecimiento por el aumento del inventario ganadero”, aseveró.
Sostuvo que ante tal coyuntura es necesario hacerle una exigencia a la Superintendencia de Industria y Comercio, en el sentido que debe intervenir y hacer un estudio pormenorizado sobre esta situación, de tal manera, que se generen sanciones, si es el caso, y promueva los correctivos necesarios para vincular el precio de compra al productor con el precio de venta al consumidor.
Criadores de ganado puro y comercial
A su vez, el director ejecutivo de la Asociación Colombiana de Criadores de Ganado Simmental - Simbrah y sus cruces (Asosimmental), Filippo Rapaioli, anotó que “el mercado presenta un decremento de precios del ganado, se observa en todas las subastas del país”.
Opinó que existen varios factores que intervienen en la caracterización de los precios ganaderos, uno de ellos son las inundaciones que se registran en la Región Caribe y en el centro del país, que ya llevan varios meses. “Sigue lloviendo y debido a esto, muchos ganaderos afectados han tenido que vender el ganado”, adujo.
Adicionalmente, el dirigente considera que en este momento hay una oferta superior a la normal y a ella se atribuye la disminución del precio tanto del ganado gordo (cerca de 10.000 pesos por kilo). Otro punto importante y es que los precios en el segundo semestre suelen ser inferiores a los del primer semestre. Por tal razón, los productores empiezan a descargar sus fincas empezando a ver la llegada del verano que normalmente en la Región Caribe se manifiesta a partir del mes de diciembre.
“Esto influye en el costo del animal en pie en finca el cual no se ve reflejado en el valor de la carne en algunos comercios”, expuso.
Precio de insumos no ceden
Llamó la atención en el sentido que es importante observar y aclarar que los precios de los insumos no han bajado, no obstante, los acontecimientos y vaivenes de la economía internacional e incluso nacional, y eso sucede con varios productos como las sales, la urea y, otros; no pasa nada. En consecuencia, los ganaderos ven cómo el poder adquisitivo se les reduce de manera permanente.
“El ganadero termina poniéndose en cintura, ve que se le reduce el ingreso y la utilidad, y lo justo es que eso se tiene que transmitirse a toda la cadena. En ese sentido la Superintendencia de Industria y Comercio debe investigar una posible especulación con los precios de la carne”, resaltó Rapaioli.
Puntualizó que “se debe trabajar para que la ama de casa y el consumidor final, dejen de pensar que el alto precio de la carne es culpa de los ganaderos y que lo hacen porque quieren vender caro”, puntualizó.
Caldas
El presidente del Comité de Ganaderos de La Dorada- Caldas, Pablo Londoño, dijo que “con el precio actual que nos pagan a los ganaderos, la carne para el consumidor debería haber bajado lo que estimularía el consumo interno de carne de res”.
Fue enfático al decir que “si el precio al ganadero baja, esa disminución debe trasladarse al consumidor final y, con mayor razón, cuando la carne es un producto básico e indispensable de la canasta familiar”.
Casanare
“Las leyes de la economía no se cumplen para los ganaderos y algunos productores del campo. Nos pagan menos por los animales, pero los consumidores pagan más por el precio de la carne”, expresó el director ejecutivo del Comité Regional de Ganaderos de Yopal (Casanare), Daniel Salamanca.
Anotó que se observa que con recurrencia el mismo principio no se cumple en este sector tan importante para la economía del país, específicamente sucede después del sacrificio del bovino, momento en el que sube el precio y así se queda.
“Para el sector ganadero es de suma trascendencia que las autoridades le dediquen sus esfuerzos a evaluar la cadena de valor. ¿Con qué objeto? Precisamente para determinar en qué momento o concretamente, quién la distorsiona”, subrayó el dirigente.
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