Criminales dispararon contra otro conductor de bus en Barranquilla

El hecho ocurrió en la madrugada, cuando la víctima, vinculada a la empresa Coolitoral, a penas estaba empezando a hacer el primer recorrido de su jornada. Al final logró salir ileso

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Conductores protestan por los homicidios en Barranquilla. Foto Secretaría de Tránsito del Atlántico
Conductores protestan por los homicidios en Barranquilla. Foto Secretaría de Tránsito del Atlántico

Después de dos semanas en calma, este 16 de agosto se volvió a reportar un atentado contra otro conductor de transporte público en Barranquilla. El hecho ocurrió en la madrugada, cuando la víctima, vinculada a la empresa Coolitoral, a penas estaba empezando a hacer el primer recorrido de su jornada. Al final logró salir ileso.

Versiones preliminares indican que alrededor de las 4:30 a. m. de este martes todos los conductores de Coolitoral estaban sacando los buses de la nevada, ubicada en la carrera 54 con calle 12. El hombre empezaba a recorrer la calle cuando hombres armados lo empezaron a perseguir en una moto y le dispararon.

“Se le pegaron unos muchachos en una moto, le intentaron abrir la ventanilla, y sacaron un arma y él aceleró. Le hicieron tres disparos”, afirmó otro conductor que fue testigo del hecho.

La víctima logró adelantarse a los criminales y por eso las balas no lo impactaron.

La situación volvió a prender las alarmas entre los conductores, pues temen que los Rastrojos Costeños, grupo que tiene más de dos años intimidándolos, vuelva a empezar un ciclo de asesinatos contra el gremio.

Hay que recordar que a finales de julio, en un lapso de 15 días fueron asesinados tres conductores de bus en Barranquilla. Las víctimas fueron identificadas como Willington Hernández Borja, José del Carmen Hernández Padilla y Jhon Pardo.

Las autoridades informaron que los criminales operan así: Llaman a los conductores para amenazarlos y extorsionarlos exigiéndoles altas sumas de dinero. Para presionar al gremio para que paguen las “cuotas”, salen en moto por la ciudad y siguen el bus del conductor que pretenden atacar. Aprovechan las paradas para recoger pasajeros o los semáforos en rojo y allí desenfundan las armas y atentan contra los conductores. Luego huyen hacia el sur de la ciudad o municipios aledaños como Malambo y Soledad.

El alcalde de Barranquilla, Jaime Pumarejo, indicó que los sicarios está recibiendo sumas entre uno y tres millones de pesos por cada conductor asesinado. Se señala que los cabecillas de los Rastrojos Costeños están instrumentalizando a jóvenes de 16 a 22 años con este fin, aprovechando sus necesidades socioeconómicas para vincularlos a delitos a cambio de dinero.

En esta oportunidad, la Policía Metropolitana de Barranquilla (Mebar) asegura que no se trata de un caso de extorsión, sino un intento de hurto. Sin embargo, los conductores argumentan que eso no tiene sentido, pues el conductor apenas estaba saliendo a hacer su recorrido y no tenía mucho dinero.

Así mismo señalan que desde el sábado volvieron a recibir llamadas extorsivas. Estas son ordenadas por Ober Ricardo Martínez Gutiérrez, alias Negro Ober, cabecilla de los Rastrojos Costeños, y por alias Tommy Masacre y alias Cachetes. Hay que resaltar que los tres delinquen desde la cárcel. A pesar de ser trasladados a “celdas frías”, han logrado burlar la ley.

Por esto ya ha habido diferencias entre el alcalde Pumarejo y las directivas del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec). El mandatario culpó a la entidad por no adelantar la vigilancia pertinente que impida que los delincuentes sigan ordenando delitos desde la cárcel.

“Crímenes contra conductores no quedaron impunes. Policía y Ejército desarticularon célula de Los Rastrojos Costeños y capturaron a cerca de 90 bandidos. Le corresponde al INPEC mayor vigilancia, y a autoridades, seguir al lado de la ciudadanía”, escribió Pumarejo en su cuenta de Twitter.

Cabe anotar que además de los conductores de buses, los comerciantes del Atlántico también están en riesgo. Según la Unión Nacional de Comerciantes (Undeco), 100 negocios, cuyos dueños estaban siendo amedrentados, están cerrados.

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