“En vez de volverse ‘influencers’, estrénense en una diplomacia distinta”: Juan Carlos Flórez envía duro mensaje a los congresistas

El pasado domingo 7 de agosto, en medio de su posesión como el nuevo presidente de la República, Gustavo Petro hizo referencia, en su discurso, a uno de los flagelos que más ha golpeado, históricamente, a Colombia: las drogas. Dentro de su intervención aseguró que la lucha contra las sustancias estupefacientes y el narcotráfico ha sido un ‘fracaso’. El historiador Juan Carlos Flórez, al respecto, y bajo la coyuntura de la tercera edición de su libro ‘Los que sobran’, trazó una línea de ruta de lo que debería hacer el entrante jefe de Estado respecto a su propuesta de legalización.

En su libro, tal y como él mismo lo dice, hace “un recuento de guerras del opio y su consumo masivo en China, la Conferencia de 1909 que ayudó a superar ese problema y la tragedia de los opioides hoy en EE.UU”.

“La guerra contra las drogas fortaleció las mafias y debilitó los Estados. La guerra contra las drogas llevó a los Estados a cometer crímenes y a evaporar el horizonte de la democracia. ¿Vamos a esperar que otro millón de latinoamericanos caigan asesinados y que se eleven a 200.000 los muertos por sobredosis en Estados Unidos cada año? O más bien, cambiamos el fracaso por un éxito que permita que Colombia y Latinoamérica puedan vivir en paz”, subrayó el mandatario en su intervención.

En una charla con María Emma Mejía, para el programa ‘Una mirada al mundo’, explicó que lo que necesita en este momento es encontrar nuevos instrumentos. Expuso que a lo largo de los años, las negociaciones sobre este tema se han reducido a Colombia, ‘ahí es donde la paz resulta coja’, argumentó. Según él, el negocio del narcotráfico está al alza, tanto así, que quienes comercializan con estas sustancias usan la Amazonía brasilera. Flórez calificó la rentabilidad de estas actividades como ‘monstruosa’.

De acuerdo con lo que revelaron las autoridades colombianas, para el año 2021, la comercialización de un kilo de cocaína en el país puede generar ganancias de US$1.225. Teniendo en cuenta ese dato, lo comentado por la ONDCP (Oficina de Política Nacional de Control de Drogas), y lo calculado por el diario La República, si para el año pasado se produjeron 972 toneladas de clorhidrato de cocaína, en el país se habrían movido entre $5 y $6 billones.

Inicialmente, comentó el historiador en su entrevista, lo que Gustavo Petro necesita hacer es preparar un equipo de funcionarios que inicie una ofensiva diplomática, esto para ganar la voluntad de posibles aliados, Italia, uno de ellos, según resalta Flórez. La lucha contra el narcotráfico en ese país europeo, señala él, ha sido ‘extraordinaria’. ”Italia es un ejemplo de lucha”, rezó. “Nuestros alcaldes y gobernadores deben empezar a hacer diplomacia con sus similares”, detalló al entregar otra de las formas de actuar para iniciar la lucha que plantea el presidente colombiano.

Ante la negativa que dio el gabinete del nuevo gobierno de erradicar los cultivos bajo métodos de aspersión aérea, Flórez insiste en que la forma para combatir esta afectación es la negociación. “Hay que cambiar las reglas de juego. Hay que crear un nuevo campo, el campo viejo nos conduce a todos a la derrota”, puntualizó.

“Yo no veo hoy esa institucionalidad, que no es exactamente la Cancillería. No tenemos en Colombia, hoy, ese entrenamiento, y tenemos que reentrenarnos para eso. Se requeriría, dijo Petro en el discurso del domingo, el más interesante, que fue el que hizo ante los ministros, que iba a deducir la burocracia allí (Ministerio de Justicia y Defensa) (...) parte de eso debería ser una burocracia que le entregue al presidente unos instrumentos de cómo se trabaja esta gran ofensiva diplomática internacional”, analizó.

Según Flórez, la primera fase para iniciar el proceso es crear un ‘clima favorable’, situación que, a su percepción, no es muy compleja, pues, habrían varios países interesados en aportar su conocimiento a este planteamiento de la actual administración. El Congreso, resaltó Flórez, el Congreso tendría un papel ‘extraordinario’ dentro de esto. “Afortunadamente hay gente nueva allí. Yo les diría, en vez de volverse ‘influencers’ y ese tipo de cosas, estrénense en una diplomacia distinta del Congreso, una que no sea viajar en primera clase a costillas de otro”, concluyó.

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