Una red de transporte y producción de cocaína en Colombia fue desmantelada por la Fiscalía General de la Nación, tras una investigación que permitió identificar cómo operaban para llevar miles de kilos de cocaína desde el Golfo de Urabá en el Caribe colombiano hacia Centro América e incluso Estados Unidos.
Miembros de la Policía Judicial, con el CTI y el Ejército, llegaron hasta las casas de seis presuntos integrantes de la red, quienes fueron capturados como responsables de cumplir varios roles en la cadena de esta red delincuencial que presuntamente contaba con el apoyo del Clan del Golfo.
La investigación la adelantó la Dirección Antinarcóticos de la Fiscalía junto con agencias estadounidenses. Con la información recaudada se emprendieron la identificación de los responsables, quienes fueron capturados en Medellín y Valdivia, del departamento de Antioquia; Valledupar, Cesar, y Riosucio, Chocó.
De acuerdo con el ente acusador, la organización operaba en gran parte del territorio nacional para obtener el producto final. Los capturados tenían roles definidos dentro de la organización criminal que poseía desde cultivos ilícitos hasta centros de procesamiento de base de coca ubicados en Santander, Norte de Santander y Chocó.
Entre los capturados está Galvis Correa de Ángel, alias Bolo o Flaco, quien sería el cabecilla y principal financiador, propietario de plantaciones de coca y laboratorios clandestinos. Desde estos últimos, se pagaba a transportadores para que llevaran la pasta base hacia el Urabá antioqueño.
Juan Sebastián Gómez Villa, conocido como alias Ñengo, y Jorge Luis Martínez Guzmán, alias Gordo, son señalados por las autoridades como los responsables de coordinar la producción de cocaína, así como de ocultar el estupefaciente para su transporte. Manuela Durango Ortiz, alias La Mona, era la supuesta responsable de manejar los dineros y pagos a los transportadores.
Luego de obtenido el clorhidrato, aparecían en la escena, presuntamente, Euclides Salas Córdoba, alias Canoa; y Juan Esteban Correa Mazo, que son descritos por los investigadores como los encargados del acopio y envío marítimo de varias toneladas de cocaína embarcados hacia países de Centroamérica, pero que tenían como destino final Estados Unidos. Los envíos se habrían hecho a través de lanchas rápidas.
Los seis capturados fueron imputados por una fiscal antinarcóticos los delitos de concierto para delinquir, y tráfico, fabricación o porte de estupefacientes. Todos los procesados recibieron medida de aseguramiento en centro carcelario excepto la encargada de las finanzas, alias La Mona, quien permanecerá privada de la libertad en su lugar de residencia.
El pasado 13 de agosto, la Armada Nacional en una operación conjunta con la Fiscalía logró la incautación de 258 kilogramos de clorhidrato de cocaína que era almacenada en el Barrio Villas de la Candelaria, de Cartagena, que también pertenecería una estructura delincuencial asociada al Clan del Golfo, el que sería el principal cartel narcotraficante del país.
El estupefaciente se encontraba empacado en 259 paquetes rectangulares ocultos en unas cajas de cartón, que resultó positivo para cocaína, que está avaluado en ocho millones de dólares, evitando además la venta de 645 mil dosis de cocaína en el mercado ilegal internacional.
Pero el mercado del narcotráfico no solo se encuentra en las costas nacionales. Este 15 de agosto, tropas de la División de Aviación Asalto Aéreo, en apoyo a la Cuarta y Octava División del Ejército Nacional, en una operación de inteligencia, infiltraron al grupo armado organizado residual GAO-r Santiago Lozada e identificaron uno de sus laboratorios de cocaína en el Vichada.
Se encontraba ubicado en la vereda El Placer, municipio de Cumaribo. En el lugar no había personas, solo se encontraron 806 kilogramos de clorhidrato de cocaína junto a insumos líquidos y sólidos, precursores químicos que serían empleados para el procesamiento del alcaloide.
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