Cada agosto en Colombia el viento tiende a soplar más fuerte y es ahí cuando todos aprovechan para elevar cometas, pues alcanzan sus distancias más altas. Inspirados en eso, y creando una metáfora relacionada, Morat compuso Las Cometas Siempre Vuelan en Agosto, una canción en la que hablan del conflicto interno y le rinden homenaje a los líderes sociales.
“Vemos en las cometas una gran enseñanza: entre más fuerte sea el viento, mejor vuelan las cometas. Quienes arriesgan su vida al trabajar por la paz, la justicia social y la posibilidad de vivir sin miedo y con dignidad en el país más peligroso del mundo para hacerlo son, sin duda, un símbolo de esperanza”, asegura Morat.
En la canción y su video participaron 11 líderes sociales a los que la banda quiso destacar. Pero más allá del homenaje, la letra de Las Cometas Siempre Vuelan en Agosto está llena de juegos de palabras y recordatorios sutiles que recuerdan varios capítulos de la historia de un país afectado por la guerrilla, el narcotráfico, los paramilitares y el mismo Estado.
Esta es la relación de la letra de Las Cometas Siempre Vuelan en Agosto con la historia del conflicto armado en Colombia:
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“Recuerdos que aún se empolvan con cenizas de Nogal”
La canción de Morat empieza haciendo alusión al que es considerado como uno de los peores ataques terroristas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) en Bogotá: la explosión del Club El Nogal.
Eran las 8:15 p.m. del 7 de febrero de 2003 cuando un carro bomba explotó en el parqueadero del lugar que es considerado uno de los símbolos de la elite capitalina. La detonación fue producto de una mezcla de nitrato de amonio y combustible llamada Anfo. Fueron 200 kilos de este agente los que usaron los subversivos para asesinar a 36 personas y dejar a 198 heridas.
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“A un país de mierda el noticiero de las nueve le marca el final porque el humor se había apagado enmascarando tantas cicatrices”
Era el 13 de agosto de 1999, época en la que la violencia en Colombia estaba en sus niveles más críticos, cuando fue asesinado el periodista y comediante Jaime Garzón. Cinco disparos apagaron la vida de quien, como dice Morat en su canción, escondía las cicatrices del país con chistes contados por un lustrabotas llamado Heriberto de la Calle, un personaje que creó Garzón para criticar a los grupos armados y al mismo Estado colombiano.
23 años después, el asesinato de Garzón sigue impune y aún no se ha juzgado a los culpables. El avance más significativo del caso se registró en los últimos años. Primero, en 2016 el Consejo de Estado confirmó la responsabilidad del Estado en el homicidio de Garzón. Posteriormente, la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) emitió un informe en el que se comprueba que grupos paramilitares, con ayuda de organismos del Estado, planearon y ejecutaron el crimen.
Por último hay que anotar que la frase “país de mierda” es otra referencia histórica dentro de la canción. Esa misma frase fue pronunciada por el periodista César Londoño, compañero de trabajo de Garzón, justo después de despedir la emisión del noticiero en la que anunciaron el asesinato del humorista.
Desde ese entonces, esa frase se convirtió en un grito de indignación colectivo ante la violencia en Colombia.
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“Un avión era un sinónimo de fuego prendido en el aire”
Con la letra, y en algunas imágenes del video, Morat recuerda la explosión del vuelo 203 de Avianca que de Bogotá llevaba a más de 100 pasajeros a Cali. Al rededor de las 7:16 a. m. el 27 de noviembre de 1989, el avión Boeing 727 ya estaba sobrepasando los 10.000 pies de altura cuando estalló en el aire y sus pedazos cayeron sobre Soacha (Cundinamarca).
La explosión no fue fortuita. Se trató de un atentado terrorista ordenado por Pablo Escobar, el narcotraficante más conocido de Colombia, que por ese entonces se propuso la misión de asesinar a todos los que consideraba sus enemigos: uno de ellos era el entonces candidato presidencial César Gaviria Trujillo, quien había asegurado que de llegar al poder atraparía a Escobar. El político iba en el vuelo 203.
Al final, en este hecho murieron 110 personas -entre pasajeros y miembros de la tripulación-, pero en la lista no estaba Gaviria. El político sobrevivió, ganó la presidencia y durante su último año de mandato logró dar de baja a Escobar.
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“El “Sí” y el “No” partieron a las víctimas en dos”
En octubre de 2016 los colombianos mayores de 18 años fueron a las urnas para votar el plebiscito para la paz. El tarjetón era sencillo: se leía la pregunta “¿Apoya usted el “Acuerdo final para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera”?”; y dos respuestas, sí o no.
Lo que se buscaba era que la ciudadanía avalara el Acuerdo de Paz con las Farc. En el documento se llegaban a ciertos compromisos que a rasgos generales buscaban la desmovilización de los subversivos de la mencionada estructura y el inicio de un proceso para esclarecer una parte del conflicto armado del país.
El país estuvo muy polarizado y al final las votaciones quedaron 49,78 % por el sí y 50,21 % por el no. Lo curioso es que los datos apuntaron a que quienes votaron a favor del Acuerdo fueron, en su mayoría, las víctimas.
Al final el Acuerdo de Paz tuvo ciertas modificaciones y se firmó por decreto del entonces presidente Juan Manuel Santos. A la fecha el proceso continúa y se han logrado avances para conocer la verdad el conflicto en Colombia.
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“A lo mejor me suena falso cuando intento ser tan positivo porque hay más de seis mil razones para seguir siendo negativos”
Este juego de palabras es uno de los más fuertes de toda la letra, pues hace referencia a uno de los crímenes de lesa humanidad más graves que se reportan en Colombia: las ejecuciones extrajudiciales, también conocidas como falsos positivos.
Cifras de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) dan cuenta de 6.402 víctimas de falsos positivos. Los casos habrían ocurrido entre 2002 y 2008, durante los mandatos del expresidente Álvaro Uribe.
Hasta la fecha la JEP ya ha recogido los testimonios de varios militares que aseguran que durante ese periodo el Gobierno les ofrecía beneficios por cada guerrillero asesinado. Para ganar ascensos y privilegios, los uniformados terminaron apartando a jóvenes de sus casas - principalmente engañados por una promesa de trabajo- y una vez lejos los asesinaban y los hacían pasar por criminales dados de baja en combate.
Coro
“Aunque nos tiemblen las rodillas las calles hay que caminarlas”
A Morat no se le escapó hablar de las protestas que se han presentado en Colombia en los últimos años. Miles de jóvenes han salido a marchar para defender a los líderes sociales y pedir garantías para acceder a derechos básicos.
En medio de las jornadas -especialmente el Paro Nacional de 2019 y el de 2021- se han evidenciado actos violentos en los que han resultado heridos miles de ciudadanos. Según la ONG Temblores, solo en la protesta del año pasado se registraron 3.486 casos de agresión por parte de la fuerza pública a civiles. También se reportaron 75 asesinatos, de los cuales 44 habrían sido con presunta autoría de la policía y los militares.
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