La presentación del proyecto de reforma tributaria del presidente Gustavo Petro, que se dio un día después de su posesión, ha generado cientos de reacciones, principalmente de los gremios productivos. Algunas de estas han sido a favor y otras en contra.
Uno de los que se refirió al tema y señaló algunos aciertos y desaciertos de esta reforma, fue el director del centro de estudios económicos de Fedesarrollo, Luis Fernando Mejía, que ya había hablado del tema, asegurando que hay inquietudes sobre el cálculo del impacto en el recaudo en 2023, dado que el grueso de la reforma viene por aumentos en el pago de impuesto de renta para empresas y personas, por lo que el impacto pleno debería verse solo hasta 2024.
Sin embargo, Mejía amplió su opinión en una entrevista para El Tiempo, donde señalo que pese a que quedaron incluidas algunas sugerencias que hizo el régimen hace unos meses, aún faltan cosas por incorporar; y otras, podrían crear un gran desincentivo para la inversión en el país.
“En términos generales, tiene elementos que van en la dirección correcta, y una parte importante de las recomendaciones de Fedesarrollo quedaron incorporadas. Por ejemplo, el tema de eliminar las exenciones a las empresas y el descuento del ICA, que fue una discusión bastante grande que se dio con el Gobierno anterior. También lo que se hace para mejorar la progresividad de la tributación de las personas, para que paguen un poco más las de más altos ingresos”, puntualizó el analista.
Pese a que el director considera que esto, representa un avance importante y que superan algunos inconvenientes que se tuvieron con el gobierno de Iván Duque, anotó que aún hay temas que deben ser discutidos, pues pueden crear dudas. Por ejemplo, para Mejía no es claro para qué se usarán los recursos, ni como se dará el ajuste fiscal y cuánto se va a utilizar para reducir el déficit fiscal. Además, considera que aún falta hacer reducciones de la tarifa de renta de las empresas, pues comparada con otros países tiende a ser muy alta.
A lo anterior, se le suma que “el Gobierno está subiendo el impuesto a los dividendos, se está manteniendo la tarifa de renta y se plantea eliminar las exenciones, podría aumentar sustancialmente el costo bruto del capital y eso podría ser un desincentivo grande a la inversión. Por eso proponemos una tarifa de renta de empresas al 30 por ciento”.
Por otro lado, en cuanto a uno de los temas que más división ha creado, la gravación de bebidas y alimentos no saludables, anotó que no cree que tenga un impacto significativo en el bolsillo del consumidor ni en el recaudo, pero lo ve como un mensaje contundente a los ciudadanos.
“Estamos analizando la participación de los alimentos y bebidas no saludables en la canasta familiar, y preliminarmente nos está dando que no supera el 3 por ciento para los hogares más pobres. La afectación no sería tan grande desde el punto de vista del gasto y creo que vale la pena dar la discusión”, dijo el director de estudios económicos de Fedesarrollo.
En este sentido, concluye que se podría pensar en un impuesto más pequeño y sería una salida política para la polémica que se ha creado, “porque el propósito de este tipo de impuestos no es generar recaudo, como tampoco el impuesto a las bolsas plásticas. En el 2016 se arrancó en 30 pesos por bolsa y ahora está en 50 pesos. No genera mucho recaudo, pero da una señal a los consumidores”.
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