Aumentar o mantener la carga de impuestos a las empresas ha sido uno de los puntos centrales de la discusión de la reforma tributaria que impulsa el gobierno nacional en cabeza de Gustavo Petro. Mientras el proyecto lo contempla, críticos, como el expresidente Álvaro Uribe, señalan que sería un error.
El exmandatario, quien junto a su partido el Centro Democrático se han declarado en oposición y han defendido la empresa privada, publicó un texto en el que promovió los estímulos tributarios, de los que señaló que “sí sirven, contrario a la exposición de motivos de la Reforma Tributaria y a un sector de economía política”.
El proyecto presentado por el ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, sostiene en la exposición de motivos, donde se argumentan los artículos propuestos, que los beneficios tributarios sectoriales (dirigidos a un sector económico específico) contravienen el artículo 355 de la Constitución Política. Es decir que deben evaluarse desde la óptica de la igualdad del gesto público y la equidad del sistema tributario.
“En Colombia, la carga tributaria de las compañías no se distribuye equitativamente entre los sectores económicos. Esto ha sido señalado por la Comisión de Expertos en Beneficios Tributarios (2021), quienes resaltan que el país cuenta con un conjunto amplio de beneficios tributarios que, a pesar de tener sustento en ciertos casos, ha incidido en tratamientos impositivos asimétricos entre sectores económicos y regiones”, señala el texto del proyecto.
La reforma señala específicamente a las zonas francas, las zonas económicas especiales, las industrias creativas, los hoteles, algunas actividades agrícolas, la construcción, algunos servicios culturales y otras más que gozan de tarifas reducidas del impuesto de renta.
Esa es la afirmación que no convence al expresidente Uribe, quien sostiene que los autores del proyecto “descalifican los estímulos” y los descarta, cuando en su concepto sí sirven para impulsar sectores económicos, así como generar confianza inversionista.
“Estímulos sectoriales como a la hotelería y a los cultivos de tardío rendimiento mostraron en el país grandes crecimientos de la infraestructura turística y de cultivos como Palma Africana, Caucho, Cacao, Aguacate, Madera y otros”, sostuvo el expresidente Uribe.
Según sus argumentos, “los cultivos de tardío rendimiento no los escogen los gobiernos”, sino que su producción depende de condiciones climáticas, de los suelos, de los mercados, situaciones que están condicionadas por la ubicación tropical del país, con un retorno lento, por lo que son necesarios los estímulos.
Además, agregó que “en el turismo se anticipaba una gran posibilidad si los estímulos se acompañaban de la Seguridad Democrática, como en efecto sucedió. Y se avanzó en una buena dotación hotelera en muchos sitios. Los visitantes extranjeros se multiplicaron por 10 y los domésticos por mucho más. La caída derivada de la pandemia se enfrentó con otros estímulos que mucho han ayudado a la recuperación. Eliminar los transitorios antes del vencimiento del plazo legal es un golpe a los empresarios, a los trabajadores y a la confianza. Lo mismo si se afecta el periodo de exención que trajo tanta inversión”, agregó el mandatario.
La reforma contempla que la eliminación parcial o total de los beneficios tributarios permitiría crear un sistema más equitativo y mejorar el recaudo de la Nación. Sin embargo, también establece que no es recomendable aumentar la carga fiscal de las empresas, únicamente quitar los beneficios que tienen actualmente. Por ejemplo, el descuento del ICA, la sobretasa a las entidades financieras, así como condicionar la tarifa del 20 % a las zonas francas siempre que tengan plan de exportaciones.
“Pero la solución que da el Ministerio de Hacienda es peor: afirman que con la caja del Gobierno apoyarían a los que consideren convenientes. ¿Por qué peor?: La solución de caja del Gobierno genera desconfianza y temores de inversionistas a los caprichos y trámites engorrosos de la burocracia, con el agravante de la interferencia ideológica”, cuestionó el expresidente Uribe.
Según el exmandatario, los beneficios tributarios sectoriales generan mayor confianza inversionista que el otorgamiento directo del gobierno, que dependería de la voluntad política. “Se ha cometido el error de quitar los estímulos en momentos en que la inversión ha estado elevada. También han aducido que ya no es necesaria. Olvidan que las inversiones llegan después de un tiempo de adoptarse los estímulos, pues lo exigen los plazos de toma de decisiones, elaboración y financiación de los proyectos. Después de quitarlos sigue la inversión de los que ya venían, sin embargo, se para o se disminuye el ritmo de nuevas iniciativas”, puntualizó el mandatario.
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