Que santista, que uribista y ahora petrista: estas son algunas de las ideologías en las que ha militado Armando Benedetti, hoy designado como embajador de Colombia en Venezuela por el recién posesionado presidente, Gustavo Petro Urrego, quien dejó sobre los hombros del experimentado excongresista restablecer las relaciones diplomáticas con el país vecino luego de que el expresidente Iván Duque se negó a retomarlas en su cuatrienio.
Aunque Benedetti tiene un amplio bagaje político, sobre todo en el legislativo, no posee experiencia a nivel diplomático. Sin embargo, tal parece que no fue impedimento para que el nuevo jefe del Estado colombiano nombrara a este periodista barranquillero de 54 años como una pieza clave en el retorno a la diplomacia con el régimen de Nicolás Maduro.
A Armando Benedetti, así como a su colega y amigo Roy Barreras (actual presidente del Senado), se le conoce por hacer oda al llamado camaleonismo político en Colombia, dado que pasó de ser uno de los principales defensores del expresidente Álvaro Uribe Vélez a ser amigo cercano y hasta mano derecha de dos de los enemigos acérrimos del jefe del Centro Democrático: el también exmandatario Juan Manuel Santos y el hoy presidente colombiano Gustavo Petro.
Este exsenador caribeño, que viene de cuna política, al ser hijo de Benedetti Jimeno (exministro de Comunicaciones durante el gobierno de Ernesto Samper), lleva varios años en el Congreso de la República, por lo que se puede decir que es de los más longevos parlamentariamente hablando.
De hecho, tiene una hermana que también se inclinó por la política y ha trabajado en importantes corporaciones, así como con reconocidas personalidades políticas. Hablamos de la exconcejala bogotana Ángela Benedetti, que, contrario a su hermano, sí posee experiencia diplomática al desempeñarse como embajadora de Colombia en Panamá durante el gobierno Santos.
Así llegó a la política
Uno de los principales aliados del actual primer mandatario colombiano, antes de dar el salto a la política, construyó una nutrida carrera periodística y se desempeñó en varios medios de comunicación colombianos como el diario El Tiempo, el canal Telecaribe e incluso en el inexistente noticiero QAP.
Sin embargo, luego de ser asesor y contribuir con la creación de la Constitución de 1991, quiso probar siendo concejal de Bogotá y ahí comenzó su paso por la política. De hecho, ahí realizó sus primeros pinitos como opositor de la primera alcaldía de Enrique Peñalosa en la capital.
Posteriormente, decidió lanzarse a la Cámara de Representantes en el primer gobierno de Álvaro Uribe, de quien se declaró uno de sus principales aliados políticos: respaldó su proceso de reelección en el 2006, apoyó los proyectos que el entonces presidente promovió y, entre idas y vueltas, alcanzó su primera curul en el Senado de la República en el 2006.
De hecho, casi que no sale de esa corporación: estuvo desde aquel entonces como senador y terminó su paso en julio de este 2022. Aunque se decía que Benedetti no había aspirado al Congreso para enfrentar sus líos por presunto enriquecimiento ilícito, lo cierto es que se estaba guardando para ejercer uno de los más importantes cargos en el primer gobierno de izquierda en Colombia dirigido por su hoy jefe político, el presidente Gustavo Petro Urrego.
Dentro de sus múltiples años siendo senador, alcanzó a dirigir el Partido de la U en 2016. Sin embargo, luego de que varios congresistas, incluidos los de esa colectividad, se opusieron a la implementación del acuerdo de paz y respaldaron al expresidente uribista Iván Duque en su intento por boicotear lo que negoció su antecesor en La Habana, Cuba, Benedetti decidió renunciar al partido junto a su entonces copartidario Roy Barreras, que también militaba en La U.
Hay que resaltar que el exsenador fue de los principales aliados de Juan Manuel Santos y, por ende, lo secundó tanto en su reelección como en la promoción del acuerdo de paz con las Farc, que dio por terminada la guerra con la antigua guerrilla. De hecho, en su paso por la presidencia del Senado del 2010, al 2011, fue el que le puso la banda presidencial al hoy Nóbel de Paz en su posesión.
No obstante, meses después se conoció que la colectividad decidió expulsarlos, tanto a Benedetti como a Barreras, al oponerse a varias de las iniciativas del gobierno Duque que La U, como miembro oficial de la bancada del entonces jefe de Estado, sí secundaban. Posteriormente, tanto Benedetti como el hoy presidente del Senado, terminaron en las toldas del petrismo y ahora ambos juegan roles protagónicos en el actual Gobierno nacional.
Benedetti se ha dado a conocer, entre otras cosas, porque no tiene pelos en la lengua. De hecho, en el Congreso, así como en debates presidenciales en los que participó Gustavo Petro, se le escuchó defenderse, así como a su adalid político, con palabras de grueso calibre.
Ahora, luego de trasegar por los diferentes frentes políticos, Benedetti deberá estar en el próximo cuatrienio mediando entre el Gobierno de Colombia dirigido por Petro y el de Venezuela, guiado por el llamado dictador Nicolás Maduro. Se espera que, dentro de su agenda, se priorice el tema de la ilegalidad de la frontera, la migración de venezolanos, la lucha contra el narcotráfico, entre otros varios retos que, en el anterior gobierno, no se trataron por la necedad de quienes dirigieron la nación entre el 2018 y el 2022.
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