Jhonatan Torres aceptó su responsabilidad en el crimen de su cuñada, la psicóloga Adriana Pinzón, desaparecida desde el pasado 7 de junio y cuyo cuerpo apareció el 25 del mismo mes, y reiteró que no fue la única persona involucrada en el hecho.
“Me arrepiento mucho del acto que cometí. En su momento, entregaré (sic), haré lo posible por poder ayudar, como siempre he estado ayudando, a la Fiscalía en esclarecer los hechos”, dijo Torres en la audiencia.
Además, explicó que el crimen lo cometió en un momento de “calor”: “Me acaloré y perdí el control de mí mismo. Lo lamento mucho. No fue nada económico, sino pasional”, confesó.
Dijo también que “no soy perfecto, como cualquier ser humano. Lo lamento mucho. Pero también pido por mi seguridad y por mi bien y que me sea respetado esto. Claro que soy consciente del acto que cometí, que pido perdón”.
Los delitos que aceptó fueron los de homicidio agravado y desaparición forzada. De igual forma, aceptó firmar un preacuerdo con la Fiscalía para señalar a las otras personas que también estarían involucradas en el caso.
El cuerpo de víctima fue hallado en la madrugada del pasado sábado 25 de junio en una vereda de Zipaquirá, luego de que la mujer hubiera estado desaparecida por 17 días.
En medio de la investigación que ha realizado la Fiscalía General de la Nación desde que Pinzón fue reportada como desaparecida por su familia, se estableció que el principal sospechoso de su muerte era Torres, quien fue detenido desde antes que se encontrara el cuerpo de la psicóloga. Según las autoridades, fue la última persona que estuvo junto a ella antes de que desapareciera y se tiene bastante material probatorio en su contra.
Jimmy Pepinosa, abogado de Torres, había explicado que el móvil de la desaparición y el motivo del asesinato fue meramente económico, pues tenía como objetivo un millonario robo que pretendían hacerle a la mujer. Los perpetradores del crimen querían robarle sus ahorros y quedarse con el dinero de un seguro que Pinzón había firmado recientemente.
La Fiscalía señaló que Torres “previo aval judicial, recibiría una pena de 28 años de prisión y deberá pagar una multa de 600 salarios mínimos mensuales vigentes; además de inhabilidad para ejercer cargos públicos”.
Según Pepinosa, su apoderado habría pedido protección tanto para él como para su esposa, la hermana de la víctima, Sandra Pinzón, a cambio de entregar toda la evidencia posible para el caso. De esta manera se supo que todo el plan fue organizado con la complicidad de un tercero.
El fiscal del caso aseguró que “la Fiscalía cuenta con abundante material de prueba y evidencia física que da cuenta de que Torres Campos habría sido la última persona que vio a la víctima con vida. Asimismo, permitieron detectar las contradicciones en las que, supuestamente, incurrió para evitar que los investigadores lo descubrieran y ubicaran el cuerpo de su cuñada”.
Torres fue capturado luego de que en videos registrados por cámaras de seguridad se le viera abandonando el apartamento de la mujer con unas bolsas negras con dificultad, lo que hizo pensar a las autoridades que se encontraba trasladando en aquel paquete el cuerpo sin vida de la psicóloga.
Sandra Pinzón señaló que el hallazgo se dio gracias a la pericia de los investigadores del CTI de la Fiscalía. “Ellos hicieron una especie de triangulación con puntos detectados, a partir de datos que ellos obtuvieron a través de diversas fuentes como rastreo de aparatos electrónicos y demás. Así dieron con el punto y lograron localizar el cuerpo de mi hermana”.
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