La reforma tributaria radicada en el Congreso por el Gobierno de Gustavo Petro, en cabeza del ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, propone un drástico cambio al Gravamen de Movimientos Financieros, o impuesto del 4x1000.
Actualmente, dicho impuesto se aplica a transacciones bancarias como retiros, traslados, entre otros, que los colombianos realizan desde sus cuentas de ahorro o corrientes. Consiste en cobrar cuatro pesos por cada 1000.
No obstante, el Estatuto Tributario plantea algunas excepciones a este impuesto. Por ejemplo, las transacciones que no excedan mensualmente 350 UVT (13′301.400 millones de pesos), para lo cual el titular deberá indicar a la respectiva entidad financiera que su cuenta deberá ser la única beneficiaria de la exención.
Con el cambio, planteado en el artículo 44 de la reforma, ya no sería necesario marcar la cuenta exenta del impuesto ni acercarse a la entidad bancaria para hacer la solicitud. Ahora, la responsabilidad caería directamente en los bancos, que deberían adoptar “un sistema de control que permita la verificación, control y retención del Gravamen a los Movimientos Financieros”.
Así, las personas que hagan movimientos menores a los 350 UVT, o 13,3 millones de pesos, no tendrían que pagar el 4x1000. En otras palabras, todo movimiento que no exceda el monto mencionado estaría exento del impuesto.
Según lo explicó el director de la DIAN, Luis Carlos Reyes, a través de su cuenta de Twitter: “Se acaba el 4×1.000 para quienes hagan movimientos menores a $13,3 millones al mes”.
Y agregó: “Ya existe una exención para una sola cuenta bancaria marcada. En adelante, los bancos deberán consolidar información entre ellos, para que la exención se aplique sin necesidad de marcar la cuenta”
De igual manera, indicó que los valores totales de las transacciones en diferentes cuentas se sumarían para determinar cuándo se aplique el tributo. Esto implica que a la hora de recaudar el impuesto ya no se tenga en cuenta un solo producto.
Por ejemplo, según explicó un experto a Pulzo, si en una cuenta un usuario mueve 7 millones de pesos, y en otra cuenta mueve otros 7 millones, se le cobraría el impuesto por haber sobrepasado los 13,3 millones.
Este impuesto fue creado originalmente como un 2x1000, es decir, un tributo de 2 pesos por cada 1000 por transacción, para hacer frente a la crisis bancaria por la que estaba pasando el país. Aunque fue planteado de forma temporal, ya han pasado 24 años y no ha sido derogado.
Se convirtió en una forma de financiación para la reconstrucción de las zonas afectadas por el terremoto del Eje Cafetero de 1999. Luego subió a 3x1000 y en 2006 a 4x1000. También ayudó a la financiación pública cuando los precios del petróleo se desplomaron en 2014.
Su recaudo llega directamente a la DIAN y de ahí a las arcas del Gobierno para financiar el presupuesto general de cada año.
Según indicó la entidad de recaudo tributario, con corte a abril de 2022, desde la implementación del 4x1000 se han recaudado 107,4 billones de pesos. Además, su recaudo bruto a aumentado año tras año.
Diversos estudios han concluido que dicho impuesto desestimula a la gente a guardar su dinero en las entidades financieras, así como los impulsa a realizar transacciones en efectivo. Dichas prácticas no son sanas para la economía, ya que lo ideal es que las transacciones sean visibles.
De igual manera, voceros de los bancos han indicado que la mayoría de la gente busca evitar pagar el impuesto. No obstante, su recaudo significa un aporte importante a las arcas públicas.
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