Gustavo Bolívar criticó que las dos hijas de Pizarro no le hubieran puesto la banda presidencial a Petro

La imposición de la banda presidencial a Gustavo Petro, fue uno de los momentos más emotivos y simbólicos del evento. Algo que por tradición debe hacer el presidente del Senado, en este caso Roy Barreras, fue cedido a la senadora del Pacto Histórico, María José Pizarro.

“Llamo ahora a una hija de la izquierda, a una hija de la historia, esa historia que fue interrumpida por las balas asesinas, pero que gracias a usted (Gustavo Petro) que encarnó esa voluntad, se retomó el cause. Senadora María José Pizarro”, señaló Roy Barreras.

En la transmisión institucional se vio cuando la senadora se acercó sorprendida a la tarima principal y Roy Barrera inició la imposición de la banda presidencial, para que luego María José Pizarro, profundamente conmovida, como se ve en la grabación, terminó este acto protocolario. La senadora que decidió hacerle honor a su padre, Carlos Pizarro, mediante su traje en el que tenía la imagen del político y exguerrillero del M-19 en la espalda, puso la banda a Gustavo Petro y mientras se llevaba a cabo este acto, sus lágrimas rodaron por su rostro.

Luego el nuevo jefe de Estado y la senadora se abrazaron, mientras el presidente del Senado, Roy Barreras; y el presidente de la Cámara de Representantes, David Racero, aplaudían este encuentro. El momento estuvo cargado de simbolismo, pues, Pizarro fue uno de los líderes ideológicos que más admiró Petro en su juventud al ser el líder máximo de la guerrilla en la cual milito.

El gesto fue aplaudido por muchos ciudadanos y políticos. Sin embargo, Gustavo Bolívar, senador del movimiento de Gobierno, lanzó una pequeña crítica. Pues pese a que la pareció un gran acto, recodó que el líder político, asesino en los 90, tuvo dos hijas y no solo una.

Por su parte, María José Pizarro habló de cómo la tomó por sorpresa la invitación de Roy Barreras con Blu Radio y aseguró:

“Me enteré ahí mismo realmente. Roy Barreras me había citado el día anterior a la Plaza Bolívar, pero me dijo, por favor, ven para cuadrar unas cosas de logística. Cuando llegué me dijo: ‘tengo que ensayar el tema de la banda, ven me acompañas’. Lo acompañé, pensé que era más una casualidad allí. Yo hice de presidente, él colocó la banda, o sea, lo hizo más como él iba a hacerlo junto con la gente de protocolo. Bueno, me despedí y al otro día, para mi sorpresa, él tuvo ese inmenso gesto de reconocimiento conmigo, como mujer en la política, como madre, también como hija de esta historia, como hija de mi padre, así que la verdad estaba profundamente conmovida”.

Y agregó: “Tuvimos una inmensa oportunidad en 1990. Yo era tan solo una niña. Mi padre dejó las armas junto con ese grupo de hombres y mujeres en esos años, fue la primera guerrilla en América Latina en firmar un acuerdo de paz exitoso, hasta el día de hoy, porque de sus miembros ninguno regresó a las armas. Mi papá fue asesinado cuando era candidato presidencial, 45 días después de dejar las armas, de firmar la paz, cuando era candidato a la Presidencia. Tenía una intención de voto muy alta en nuestro país. Después de su asesinato se vino la materialización de uno de sus sueños, que era precisamente ese gran diálogo nacional, que se cumplió con la Constitución de 1991 y que ahora empieza a cumplirse nuevamente con ese gran acuerdo nacional que se ha convocado”.

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