La espada de Bolívar hoy tiene muchas más historias que se han ido construyendo incluso después de la gesta libertadora. La última se consolidó el pasado domingo 7 de agosto, día de la conmemoración de la Batalla de Boyacá y día de transmisión de mando al nuevo gobierno entrante de Gustavo Petro, quién hizo protagonista a esta espada en la ceremonia, que viene hilada a otra historia del día que el M-19 la hurtó como muestra y símbolo de rebeldía. El expresidente Iván Duque le negó el préstamo de la espada, entonces Gustavo Petro en cuanto fue investido como presidente de la República dio como primera orden llevar la espada de Bolívar hasta su púlpito.
En medio de estas historias se entrelaza otra más, el día que Pablo Escobar, en medio de todas sus excentricidades, le regaló la espada de Bolívar a su hijo Juan Pablo Escobar, como si fuera un juguete cualquiera, al cual Juan Pablo no le prestó mucha atención porque no cortaba tanto como él quería.
Luego de que la espada fuera robada por el M-19 se especuló que fue vendida a Pablo Escobar, líder del cartel de Medellín. Su hijo Juan Pablo, hoy conocido como Sebastián Marroquín, contó en un libro que un día su padre llegó con una espada y le dijo que había sido de Simón Bolívar. Años más tarde se la pidió porque debía devolverla a quienes se la dieron.
Juan Pablo Escobar, en los libros que ha escrito sobre su padre les contó los por menores de este excéntrico regalo que le dio su padre. “Los detalles que recuerdo de ese artefacto son vagos porque estaba rodeado de docenas de juguetes; así que guardé la espada en mi habitación en la hacienda Nápoles. Con la espada de Bolívar ocurrió lo único que podía pasar con un adolescente que recibe un regalo como ese: que la espada terminó refundida por ahí, en alguna finca o apartamento. Le perdí el rastro porque no me importaba”, le dijo Juan Pablo a Cambio.
SegúnJuan Pablo, cinco años después de que su padre se la diera, en 1991, Otto y Arete, hombres que trabajan con su papá, se acercaron a pedirle de vuelta la espada. Él se negó, pero en una llamada, Escobar le dijo: “Hijo, devuélvame la espada que tengo que entregársela a unos amigos que me la regalaron. La necesitan para devolverla como gesto de buena voluntad”.
El debate sobre el regalo de Pablo Escobar a su hijo Juan Pablo Escobar se reabrió por un trino que hizo la senadora Paloma Valencia en el que indicaba que el hijo de Escobar tenía la espada: “Esta es la espada de Bolívar, la luce el hijo de Pablo Escobar a quien se la la había dado el M19”.
La espada que le vendieron a Escobar era falsa
Juan Pablo Escobar en algún momento habló con José Otty Patiño Hormaza, más conocido como Otty Patiño, cofundador del M-19, quien le dijo que la espada que su padre le había dado era falsa.
“Eso es falso, no porque usted no haya tenido una espada en sus manos ni porque su papá no le haya dicho ‘vea, Grégory, esta es la espada de Bolívar’. No sé por qué lo hizo su papá, a lo mejor alguien lo estafó, aunque era difícil engañar a Pablo Escobar, y le dijo le vendo la espada de Bolívar; de pronto él la compró, no sabía qué hacer con ella y se la dio a usted. Es difícil, pero es una posibilidad. Lo que sí es cierto es que esa no era la espada de Bolívar, no fue la que sacamos nosotros de la Quinta”, relató Juan Pablo Escobar al medio Cambio.
<b>Contexto histórico: el día que el M-19 se robó la espada de Bolívar</b>
“Bolívar, tu espada vuelve a la lucha”, decía un letrero ubicado sobre un cojín rojo dentro de una urna de vidrio, donde debía estar el arma con la que el Libertador consiguió la emancipación de la Gran Colombia frente al imperio español, resguardada desde entonces en el Museo Quinta de Bolívar, en pleno centro de Bogotá. Lo insólito había sucedido: se robaron la espada de Simón Bolívar. Y con ello, se dio inició al movimiento insurgente del M-19.
Lea la historia completa aquí: M-19, Fidel Castro y Pablo Escobar: la historia del robo de la espada de Simón Bolívar y su insólito itinerario
Esa madrugada del 17 de enero de 1974, cinco hombres ejecutaron una acción planeada durante meses. Los guardias del museo fueron reducidos. Irrumpieron en la habitación contigua a los aposentos que una vez fueron de la independentista Manuela Sáenz, rompieron el vidrio de la urna y sacaron la espada, no sin antes dejar el panfleto. El hecho supuso un golpe mediático sin precedentes en Colombia.
Finalmente, el 31 de enero de 1991, en una ceremonia en la Quinta de Bolívar de Bogotá, el M-19 devolvió la espada de Simón Bolívar.
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